Pesimistas chilenos se ajustan cinturón por inflación

Por Rodrigo Martínez

Junto a las lechugas en su puesto en La Vega, un popular mercado agrícola en Santiago, Pedro Muñoz dice que una alta inflación le ha traído nuevos clientes que, buscando mejores precios, están dejando de comprar verduras en los supermercados de los barrios acomodados.

"A mí no me ha ido tan mal, pero la economía está mal, es cosa de ver las noticias, es catastrófico", asegura Muñoz, quien a sus 65 años se lamenta de una escalada de los alimentos y los combustibles, originada en el exterior, que ha disparado la inflación a niveles no vistos desde los primeros años en democracia.

El pesimismo se ha apoderado de muchos chilenos que acostumbrados a inflaciones bajas -cercanas al 2 por ciento a mediados de esta década- incluso discuten si el país está en crisis, algo que las autoridades y los economistas descartan.

La inflación en la abierta economía de Chile subió a un 9,5 por ciento en 12 meses a junio, el triple de lo que era hace justo hace un año, y ha obligado al autónomo Banco Central a una agresiva alza en las tasas de interés para enfrentarla.

Sólo el registro mensual de junio, de 1,5 por ciento, fue el más alto para ese mes desde 1991, poco después de que asumió el primer Gobierno democráctico del bloque de centroizquierda Concertación, en el poder desde entonces y que enfrenta elecciones municipales en octubre próximo y presidenciales en diciembre del 2009.

"Se ha visto que la percepción económica ha tendido a ser crecientemente pesimista respecto de la situación económica", dice Carolina Segovia, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), que realiza sondeos de opinión en el país.

"La inflación prácticamente había desaparecido de la lista de problemas prioritarios hace algunos años y hoy día surge con más fuerza, aun cuando todavía está muy por debajo de otros temas que la gente considera relevantes", como la delincuencia, agrega.

La sensación en las calles contrasta con un auge en el precio del cobre, la principal exportación del país, que ha disparado el superávit fiscal de la nación a niveles récord.

"Antes iba más al supermercado", dice Marisol Díaz, quien como otras dueñas de casa está optando por mercados y ferias libres a la hora de comprar verduras. En junio, las ventas de los supermercados en la capital chilena cayeron un 6,4 por ciento, según datos de la Cámara Nacional de Comercio.

En una polémica declaración, el ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma, llamó hace poco a la población a "apretar los dientes", frente a la situación económica.


PUNTO DE INFLEXION

Los números muestran que la economía chilena sigue creciendo, aunque a tasas más moderadas que en trimestres anteriores, pero con altos índices de inversión, generación de empleo y otros indicadores que dan cuenta de una fortaleza del país.

Para el 2008, analistas, autoridades y el Fondo Monetario Internacional (FMI) coinciden en una cifra de crecimiento económico ligeramente por encima del 4,0 por ciento. La última vez que el país estuvo en recesión fue en 1999.

"Yo comparto plenamente el diagnóstico de que no hay una crisis. O sea, aquí no hay una caída a nivel de producto, no hay una destrucción masiva del empleo, los números más duros siguen siendo buenos", dice Pablo Correa, director del Departamento de Estudios y economista jefe de Santander GBM en Chile.

Correa reconoce que la aceleración de la inflación -que en su opinión comenzaría a moderarse en su tasa en 12 meses en el resto del año-, ha sido muy intensa.

"Si bien hay una parte importante de los contratos salariales que están indexados a la inflación, también hay un porcentaje importante de la población que no tiene este seguro y eso sí te genera una caída importante en el ingreso disponible, que no veíamos yo creo hace por lo menos 10 años", afirma.

Según el economista, de todos modos Chile no volvería a ver inflaciones anuales en torno al 3 por ciento, la meta del Banco Central, sino hasta el 2011, es decir más allá de las expectativas del público, de la autoridad monetaria y del FMI.

Santander calcula un 7,1 por ciento de inflación para 2008.


EN LA RECTA A ELECCIONES

En directa alusión a las críticas de algunos parlamentarios de la oposición de derecha, hace unos días la presidenta Michelle Bachelet pidió no exagerar los problemas económicos del país y rechazó la idea de una crisis.

El más reciente sondeo del CEP mostró que un 52 por ciento de los chilenos desaprueba la forma como Bachelet y su equipo está manejando la economía. La misma encuesta puso al empresario y líder opositor de centro derecha Sebastián Piñera como favorito para ganar los comicios.

De acuerdo con Segovia, si la inflación empeora, tendrá un impacto en las elecciones presidenciales, pero si se modera, podría perder su relevancia, por lo que los próximos meses son clave.

Mientras, el Gobierno ha inyectado 1.000 millones de dólares en un fondo para moderar los aumentos en los precios de los combustibles, ya que Chile importa casi todo el petróleo que consume. Un litro de gasolina vale unos 1,3 dólares.

"Es como parchar un pantalón que uno quiere", dice sobre el fondo Raymundo Silva, un profesor, a la espera de echar gasolina a su camioneta. "Uno le va poniendo parches tratando de que no muera, pero al final tu sabes que igual cae", añade.

(Reporte de Rodrigo Martínez, Editada por por Rodolfo Saavedra)


REUTERS RM MV MF RS/
Fuente.Agencia Reuters

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