La nueva alza, en los precios de las gasolinas, origina frustración en los chilenos.Por Sergio Romero, senador por la Región de Valparaíso
La nueva alza, en los precios de las gasolinas, origina frustración en los chilenos y la convicción, respecto de que en nuestro país no existe una política nacional de combustibles, ni de transportes.
Todos, hemos sido testigos de cómo el Gobierno ha impulsado el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles, que si bien modera la situación en algunos aspectos, como es el caso de la parafina y el gas licuado, no es menos cierto que no ha tenido la virtud de resolver en profundidad el tema, ya que ha bajado el precio internacional del barril de petróleo, pero en Chile los valores de los combustibles no ceden.
Las bencinas de 93, 95 y 97 octanos ya cuentan con su cuarta alza consecutiva, con un aumento de $13 pesos por litro, superando los $700, en torno a los $720, y sobre los $750 pesos, respectivamente. Recuerdo, como si fuera ayer cuando las autoridades gubernamentales anunciaban que, producto de la operatividad del Fondo de Estabilización, no se superaría los $700 pesos por litro ; sin embargo vemos que esta es una nueva promesa incumplida y que, lamentablemente, pagan los chilenos de los sectores más bajos y la “nunca bien ponderada clase media”. En menos de un mes, las gasolinas han tenido un aumento de $46 pesos; no obstante el precio del crudo ha disminuido un 14% en las últimas semanas. ¿Cómo se explica esto?
Frente a este escenario, la pregunta que vale la pena formularse es si ¿existe realmente una política nacional de combustibles y una de transporte?. Los últimos acontecimientos develan que no hay indicios de un plan de acción definido, para enfocar una situación que, lamentablemente, tiende a ser permanente y no transitoria.
Es imperioso mejorar y reflotar el transporte en Chile, dramáticamente afectado por los vaivenes de la economía. Y allí radica la necesidad de diseñar y poner en marcha, políticas que apunten en la dirección correcta.
Combustibles y Transporte van de la mano. El Gobierno, no puede seguir con sus parches y debe establecer una “banda de precios” que coloque en un tubo las fluctuantes alzas del precio internacional del crudo: a mayor valor del barril de petróleo, menor impuesto específico de los combustibles.
Ahora bien, si de transporte hablamos, la decisión de la Cámara de Diputados se ha resuelto por medio de una situación increíble. El Gobierno, ha conseguido el voto divisorio, vía destinar más de 1000 millones de pesos, para una provincia del sur del país. Es decir, si finalmente se aprueban las platas para el Transantiago, los vecinos de Quilpué, Quillota, Los Andes, La Ligua o San Felipe, deberán “pagar las ganas”, ya que el exiguo subsidio par las comunas sobre 50 mil habitantes variará entre $10 y $60 pesos, que entrará a operar dentro de 8 a 10 meses. “Es pa’ mayo” y las comunas de menos habitantes “bien gracias!”
Todos, hemos sido testigos de cómo el Gobierno ha impulsado el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles, que si bien modera la situación en algunos aspectos, como es el caso de la parafina y el gas licuado, no es menos cierto que no ha tenido la virtud de resolver en profundidad el tema, ya que ha bajado el precio internacional del barril de petróleo, pero en Chile los valores de los combustibles no ceden.
Las bencinas de 93, 95 y 97 octanos ya cuentan con su cuarta alza consecutiva, con un aumento de $13 pesos por litro, superando los $700, en torno a los $720, y sobre los $750 pesos, respectivamente. Recuerdo, como si fuera ayer cuando las autoridades gubernamentales anunciaban que, producto de la operatividad del Fondo de Estabilización, no se superaría los $700 pesos por litro ; sin embargo vemos que esta es una nueva promesa incumplida y que, lamentablemente, pagan los chilenos de los sectores más bajos y la “nunca bien ponderada clase media”. En menos de un mes, las gasolinas han tenido un aumento de $46 pesos; no obstante el precio del crudo ha disminuido un 14% en las últimas semanas. ¿Cómo se explica esto?
Frente a este escenario, la pregunta que vale la pena formularse es si ¿existe realmente una política nacional de combustibles y una de transporte?. Los últimos acontecimientos develan que no hay indicios de un plan de acción definido, para enfocar una situación que, lamentablemente, tiende a ser permanente y no transitoria.
Es imperioso mejorar y reflotar el transporte en Chile, dramáticamente afectado por los vaivenes de la economía. Y allí radica la necesidad de diseñar y poner en marcha, políticas que apunten en la dirección correcta.
Combustibles y Transporte van de la mano. El Gobierno, no puede seguir con sus parches y debe establecer una “banda de precios” que coloque en un tubo las fluctuantes alzas del precio internacional del crudo: a mayor valor del barril de petróleo, menor impuesto específico de los combustibles.
Ahora bien, si de transporte hablamos, la decisión de la Cámara de Diputados se ha resuelto por medio de una situación increíble. El Gobierno, ha conseguido el voto divisorio, vía destinar más de 1000 millones de pesos, para una provincia del sur del país. Es decir, si finalmente se aprueban las platas para el Transantiago, los vecinos de Quilpué, Quillota, Los Andes, La Ligua o San Felipe, deberán “pagar las ganas”, ya que el exiguo subsidio par las comunas sobre 50 mil habitantes variará entre $10 y $60 pesos, que entrará a operar dentro de 8 a 10 meses. “Es pa’ mayo” y las comunas de menos habitantes “bien gracias!”
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