Prudencia en el Gasto Fiscal.Por Carlos Kuschel, senador por la Región de Los Lagos
Opinión
El gobierno ha llamado a los chilenos a la prudencia en el gasto. Este llamado sirve para el propio gobierno que ha sido muchas veces imprudente y descuidado, ineficiente e ineficaz, demagogo y clientelista en sus gastos.
Ahora parece que este año el aumento del gasto, público no duplicará o triplicará el crecimiento económico como ha sucedido en los tres últimos presupuestos fiscales, sino que este incremento será parecido al de la economía.
El excesivo gasto público, por varios años consecutivos termina por generar presiones inflacionarias o inflación más aún en momentos de inflación internacional de energías, transportes y alimentos.
En Chile tenemos paralizadas las inversiones en energías baratas de largo plazo y se concretan inversiones de corto plazo. En materia alimenticia la reacción del gobierno también ha ido en la dirección de agrandar la inflación de alimentos al reducir los recursos para la regeneración de praderas en momentos en que además los fertilizantes han subido un 112% en un año.
La prudencia en el aumento del gasto público permitirá que el Banco Central no eleve las tasas de interés como lo hizo hace diez años dañando a la pequeña y mediana empresa de regiones, al empleo y a la competitividad de Chile.
Hoy, Agosto de 2008 hemos oído, por primera vez a todas las autoridades políticas de la Concertación propugnar una moderación y responsabilidad en el incremento del gasto público.
Por otra parte, el gasto público exagerado además de elevar la tasa de interés presiona el tipo de cambio o valor del dólar hacia la baja complicando la economía de las regiones como la Décima que depende de las exportaciones y la sustitución de importaciones en los sectores pesqueros, acuícolas, ganaderos, agrícolas y turismo como base de sus actividades generadoras de empleos y servicios.
Después de varios años estos anuncios del gobierno me parecen apropiados. Creo que esta situación se pudo haber evitado en buena proporción si se hubiera asumido la misma actitud hace uno y dos años.
En estos momentos ya soportamos una inflación alta que socave los ingresos de las personas más necesitadas, y soportamos alzas en las tasas de interés que reducen el gasto y la demanda de las personas y familias con riesgo de volver a perder puestos de trabajo.
Una actitud prudente y oportuna ayuda a que el costo social sea menor y más breve.
Ahora parece que este año el aumento del gasto, público no duplicará o triplicará el crecimiento económico como ha sucedido en los tres últimos presupuestos fiscales, sino que este incremento será parecido al de la economía.
El excesivo gasto público, por varios años consecutivos termina por generar presiones inflacionarias o inflación más aún en momentos de inflación internacional de energías, transportes y alimentos.
En Chile tenemos paralizadas las inversiones en energías baratas de largo plazo y se concretan inversiones de corto plazo. En materia alimenticia la reacción del gobierno también ha ido en la dirección de agrandar la inflación de alimentos al reducir los recursos para la regeneración de praderas en momentos en que además los fertilizantes han subido un 112% en un año.
La prudencia en el aumento del gasto público permitirá que el Banco Central no eleve las tasas de interés como lo hizo hace diez años dañando a la pequeña y mediana empresa de regiones, al empleo y a la competitividad de Chile.
Hoy, Agosto de 2008 hemos oído, por primera vez a todas las autoridades políticas de la Concertación propugnar una moderación y responsabilidad en el incremento del gasto público.
Por otra parte, el gasto público exagerado además de elevar la tasa de interés presiona el tipo de cambio o valor del dólar hacia la baja complicando la economía de las regiones como la Décima que depende de las exportaciones y la sustitución de importaciones en los sectores pesqueros, acuícolas, ganaderos, agrícolas y turismo como base de sus actividades generadoras de empleos y servicios.
Después de varios años estos anuncios del gobierno me parecen apropiados. Creo que esta situación se pudo haber evitado en buena proporción si se hubiera asumido la misma actitud hace uno y dos años.
En estos momentos ya soportamos una inflación alta que socave los ingresos de las personas más necesitadas, y soportamos alzas en las tasas de interés que reducen el gasto y la demanda de las personas y familias con riesgo de volver a perder puestos de trabajo.
Una actitud prudente y oportuna ayuda a que el costo social sea menor y más breve.
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