Anorexia

Anorexia, palabra procedente del griego (pérdida de peso), la anorexia ha pasado a engrosar las listas de enfermedades tras un fugaz paso por el mundo de la moda. La anorexia es un trastorno corporal derivado de un desarreglo en la conducta alimenticia, que lleva a los enfermos a ingerir los mínimos alimentos posibles con tal de tener un peso corporal no acorde con su edad, estatura y morfología. A día de hoy, la anorexia a Organización Mundial de la Salud sigue sin catalogar a la anorexia como enfermedad en sí, sino que la engloba en el apartado de trastornos mentales y de comportamiento. Qué es la anorexia? Síntomas, causas y tratamientos en el siguiente especial.



Descripción de Anorexia
¿Qué es la anorexia?, pues simple y llanamente un trastorno corporal derivado de un desarreglo en la conducta alimenticia, que lleva a los enfermos a ingerir los mínimos alimentos posibles con tal de tener un peso corporal no acorde con su edad, estatura y morfología.

Pese a ser una enfermedad moderna existen casos documentados de su existencia en tiempos pasados, si bien por entonces no existían los medios para describirla ni diagnosticarla, y puede que se tratara simplemente de un trastorno sociológico derivado de la necesidad de llevar la contraria a los cánones de la época, en los que la virtud era tener sobrepeso como símbolo de salud y riqueza.

Es desde la década de los 60 cuando tímidamente arranca esta enfermedad en la edad moderna, y desde entonces su progresión ha sido alarmante, con especial énfasis en los últimos 15 años.

Se trata de un trastorno que afecta especialmente a las mujeres, muy directamente a las adolescentes, y que se da sobretodo en sociedades altamente industrializadas.

CAUSAS Y SINTOMATOLOGÍA
Causas de la Anorexia
No es tan fácil encontrar culpables a los que asignar esta enfermedad, si bien queda claro que hay factores sociales que ayudan a entender los motivos por los que una persona cae en la anorexia.

En una sociedad altamente desarrollada y competitiva, las nuevas generaciones buscan espejos donde reflejarse, espejos todos ellos que representan el triunfo, el poder, la riqueza, la presencia y la belleza. Es por ello, que los adolescentes se fijan en los cantantes, deportistas o modelos de turno, y en mayor o menor medida quieren verse como ellos.

Es algo sociológico, ya que el bombardeo mediático de prensa, revistas, televisión e internet, nos lleva a ver que la imagen del éxito esta asociada a estas bellezas que circulan en portadas de todo el mundo, y…cuando este mismo mundo no ha preparado una respuesta adecuada y gratificante para los que no se sienten así, sino que encima presenta infinidad de noticias en los que se vincula la facilidad para encontrar trabajo con la guapura de uno, que los ingresos de los altos son superiores a los de los bajos, y que la capacidad de generar emociones en los demás es proporcional a lo "bueno" o no que estés, pues…es fácil, conseguir un buen número de infelices.

Ahora bien, ¿hay algo más, no?; pues sí, ya antes de entrar en otras causas más específicas, recordad que la adolescencia es un período de comparativas y que a esa edad muchas veces no se tiene el tacto para no herir con la palabras, por lo que mucha veces la causa de estas anorexias viene por parte de la burla de compañeros, de la comparativa con otras chicas de su edad, por el rechazo de un chico, o incluso por la conjunción de varios factores a la vez. Reforzar la autoestima en los adolescentes debe ser tan importante en su educación como las mates, la informática o el inglés.

Numerosos estudios avanzan en la dirección de una suma de factores desencadenantes sin un denominador común, y por tanto no hay validez ni uniformidad en las causas que derivan en anorexia, ya que son causas presentes en innumerables familias a los que no les afecta.

En general, aparte de una posible predisposición física, hay factores personales que pueden desencadenar una serie de sensaciones que faciliten el tránsito hacia una anorexia: Un problema de obesidad propio o de un familiar cercano, la muerte de un ser querido, el fracaso escolar, algún tipo de accidente con secuelas, la separación de los padres, el abandono del hogar, alguna experiencia traumática, agresividad en el hogar, una sobreprotección enfermiza, miedo a no cumplir unas expectativas impuestas por los padres, etc….

Sintomatología de la anorexia
Quizás más que en ninguna otra enfermedad, los síntomas que llevan a sospechar la evidencia de un trastorno alimenticio y por ende anorexia, son muy claros y fáciles de detectar.

Una persona que estando en su peso empieza a hacer dieta, a eliminar ciertos alimentos, a practicar un exceso de deporte y que empieza a sentir una atracción fatal con la báscula, no es más que el primer síntoma de una búsqueda sin sentido de un menor peso corporal, y por tanto, el síntoma más evidente de que hay una disfunción entre la realidad y el mundo soñado.

La distorsión de su imagen, que lejos de verse reflejada correctamente pese a la pérdida de peso, refleja una imagen de sobrepeso, y por tanto, de pánico a la obesidad. Si a ello añadimos otros trastornos secundarios como la falta del ciclo menstrual o una irregularidad tremenda del mismo, tendremos evidencias de que la anorexia se ha hecho dueña de esa persona, y podrá ser diagnosticada tanto por su entorno familiar como en cualquier centro médico.

Otros síntomas menores pueden ser las variaciones térmicas del paciente, ya que a menor peso, menos calorías tiene el cuerpo para enfrentarse a los rigores climáticos, y es normal que sus sensaciones, especialmente respecto al frío sean constantes.

En algunos casos se ha dado tendencia a la hiperactividad, si bien no detectada como enfermedad sino como estímulo provocado por el enfermo para evitar la inactividad y por tanto la posibilidad de que su organismo no queme las pocas calorías ingeridas.

Es frecuente que los afectados presenten irritabilidad, alteraciones en la conducta del sueño y frecuentemente van ligados a algún tipo de depresión u otros trastornos emocionales.

De forma ocasional también pueden aparecer otros síntomas no específicos y consecuencia de problemas añadidos a esta mal nutrición, como pude ser el estreñimiento, palidez extrema de su pigmentación, e incluso la pérdida de las uñas o el cabello.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Lo primero decir que a fecha de hoy, la Organización Mundial de la Salud sigue sin catalogar a la anorexia como enfermedad en sí, sino que la engloba en el apartado de trastornos mentales y de comportamiento.

Respecto al diagnóstico a realizar, en este caso el propio paciente es ajeno a esta enfermedad pero no sus seres cercanos, familia, escuela u amigos, por lo que serán estos los que normalmente enciendan la luz de alarma.

Dado que los síntomas son muy claros, se le remitirá el paciente tanto a los servicios psiquiátricos como al endocrino, que son los que elaborarán el informe para determinar el grado de afectación y poner al paciente en tratamiento.

El endocrino fijará una serie de pruebas médicas para ratificar el diagnóstico y eliminar la posibilidad de que haya otras enfermedades con sintomatología pareja, ya sean digestivas, metabólicas o nerviosas. Así incluirá desde una analítica de sangre, otra de orina, pruebas de control sobre las funciones de la tiroides, eliminación de la posibilidad de que la persona sea celiaca, que no tenga la enfermedad de addison, etc….

Por su parte el gabinete de psicólogos y psiquiatras realizará una serie de valoraciones para intentar conocer los motivos por los que el paciente ha llegado a la anorexia, y en cualquier caso a darle sentido a un trastorno en la conducta alimenticia, y cuyo origen no es físico sino que deriva de algún bloqueo mental auto-impulsado.

Con todas las pruebas médicas hechas y comprobado el diagnóstico, se formará un equipo de seguimiento del paciente que incluirá tanto a los profesionales médicos descritos como a la familia del afectado, con tal de evaluar la posterior trayectoria o recuperación del paciente.

Tratamiento de la anorexia
Reconocido el paciente por los especialistas correspondientes, la primera medida a tomar será intentar reintroducir ciertos alimentos en la dieta, si bien a sabiendas que el enfermo pueda rechazarlos al no reconocer este problema. Para ello, los médicos son los que en función de la gravedad del caso optarán por un tratamiento hospitalario o no, y por tanto con la ayuda de los familiares directos, establecerán una serie de mecanismos en la conducta alimenticia con tal de frenar la pérdida de peso y el deterioro de otros órganos corporales.

En los tratamientos no hospitalarios, el seguimiento recaerá en la familia, si bien se hará un control médico semanal para evaluar la mejora, y valorar psíquicamente al paciente para desestimar que no sufra otros trastornos durante este proceso.

El riesgo de que la persona afectada por anorexia sea tratada en su domicilio, reside en que si ésta no acepta que está enferma, pues sigue viéndose obesa ante el espejo, la ingesta de alimentos, pese a estar supervisada por sus parientes, pueda derivar en la prima hermana de la anorexia, y que es la famosa bulimia, con lo que tendríamos un caso en que la paciente anoréxica no reconoce su enfermedad pese a lo que diga su entorno, y por tanto, para convencer a los que la rodean, sí participa de las comidas familiares, y si come, pero ante cualquier descuido de su vigilancia, al cabo de pocos minutos se induce al vómito para eliminar los alimentos ingeridos, con lo que el problema no sólo no se resolverá, sino que le puede reportar otras molestias derivadas de la insistencia en provocar el vómito. Si su patrón de comportamiento es ese, el médico determinará que debe tratarse de bulimia y por tanto se evaluará de nuevo al paciente junto al gabinete psiquiátrico con el fin de valorar su posible ingreso hospitalario.

Sin farmacología para recetar al paciente por parte del endocrino, y teniendo en cuenta que la progresiva introducción de alimentos de nuevo en la dieta de los pacientes puede ser un proceso bastante largo, puede decirse que mayoritariamente y para evitar las dudas, recaídas, trastornos vinculantes y demás, sí que se le administrarán medicamentos por parte del psiquiatra, especialmente antidepresivos.

Para el tratamiento hospitalario, sólo se accede cuando el episodio de anorexia comporta una malnutrición evidente, con alteraciones psíquicas graves y cuando se observa el deterioro de otros signos vitales, lo que puede desembocar si no es tratada en la muerte.

Ocasionalmente, los médicos también determinarán el ingreso hospitalario cuando el desorden alimenticio lleve una progresión peligrosa y vean discrepancias o malas conductas en lo progenitores o familiares de la persona afectada, por lo que es mejor aislarla del entorno.

En estos casos lo primero será administrarle sueros intravenosos para frenar el deterioro de su masa corporal, continuas visitas del psicoterapeuta, y con el avance de los días, introducir los primeros alimentos sólidos. Normalmente se le administrarán antidepresivos para restablecer su percepción ante el mundo, para ganar autoestima, y con el fin de que su salida del hospital no comporte un retorno a la enfermedad.

Señalar también que el seguimiento por parte de su entorno evitará la posibilidad de una recaída, cosa bastante frecuente en esta enfermedad, y sobre todo al afectar a la población adolescente.

fuente: http://www.vivirmejor.es

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