Edad Media: Los germanos y el cristianismo:
( K. Algermissen: Lexikon für Theologie und Kirche. 2a Ed. 4 vol. 1960.)
La cristianización de los germanos:
Los primeros germanos se convirtieron al cristianismo a raíz del contacto con los miembros de las primeras comunidades cristianas en Alemania ( artesanos romanos, comerciantes romanos, griegos y asirios; esclavos orientales, etc ). A partir del siglo IV d. C, se produjo la conversión de toda la población urbana en la región del Rhin, del Danubio y de los Alpes.
El primer período de la misión sistemática comenzó en el siglo IV entre los pueblos germano orientales que avanzaron hacia el sur y que en Dacia conocieron el arrianismo. A fines del siglo IV los Ostrogodos, vándalos, borgoñones, suevos y longobardos recibieron el arrianismo, más después de la cristianización de los francos reconvirtieron al cristianismo romano católico.
Segundo período. A fines del siglo V , los Francos se convirtieron al cristianismo romano católico ( Clodoveo).
Tercer período: desde fines del siglo VI , cristianización de los anglos, sajones y jutos por la misión benedictina iniciada por San Gregorio Magno. A partir del siglo VII estos pueblos enviaron misioneros al continente ( Misión Anglosajona).
Cuarto período. Cristianización de los pueblos del interior de Alemania: alamanes, turingios, bávaros, por los misioneros irlandeses, escoceses y anglosajones.
Quinto período: cristianización de los germanos del norte: de los daneses a partir de 822; de Noruega e Islandia a partir de 955; de Suecia, Finlandia y Groenlandia en los siglos XI, XII y XIII.
Entre algunos pueblos como los sajones y daneses, la conversión se produjo por medio de la fuerza y a veces de acciones bélicas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la comunidad religiosa política siguió el ejemplo del príncipe, en conformidad al principio germánico de lealtad y servicio. Una vez producida la conversión, que a menudo se realizaba en forma de bautismos en masa, la nueva fe recibió una base religiosa y moral a través de la enseñanza misionera.
Frecuentemente la cristianización de los pueblos del interior de Germania estuvo condicionada políticamente : la subordinación a los francos implicaba la aceptación del cristianismo romano-católico que constituía la religión oficial de los francos.
Los principales motivos de la conversión fueron. El poder del Dios cristiano sobre el destino, los dioses, los demonios y los embrujos; la doctrina cristiana referente a premio y castigo en el más allá; la idea cristiana del dominio definitivo de Dios en vez de la vaga idea germánica de un crepúsculo de los dioses; la superioridad teórica y ética del cristianismo; la importancia del poder temporal del cristianismo y de la felicidad temporal de sus partidarios; circunstancialmente la convicción de la proximidad del Juicio Final; además de la importancia cultural y política de Roma, la sede de San Pedro.
No se puede decir que los germanos hayan aceptado el cristianismo porque hubiese sido congruente con su naturaleza; pues una religión sobrenatural fundada en la revelación no es conforme con la naturaleza de ningún pueblo en particular. Sin embargo, el cristianismo pudo satisfacer entre los germanos un profundo anhelo de redención. Los germanos y la cultura clásica transmitida por la Iglesia Romana fueron los fundamentos de la historia de occidente. La incorporación al mundo romano-católico puso fin a un desarrollo autóctono e independiente de los germanos, pero hizo que éstos se introdujeran en la cultura universal. El politeísmo germano fue reemplazado por el monoteísmo, una ética basada en motivos puramente temporales por la moral cristiana referida a Dios, la idea del destino por la fe en la Providencia.
La cristianización de los germanos:
Los primeros germanos se convirtieron al cristianismo a raíz del contacto con los miembros de las primeras comunidades cristianas en Alemania ( artesanos romanos, comerciantes romanos, griegos y asirios; esclavos orientales, etc ). A partir del siglo IV d. C, se produjo la conversión de toda la población urbana en la región del Rhin, del Danubio y de los Alpes.
El primer período de la misión sistemática comenzó en el siglo IV entre los pueblos germano orientales que avanzaron hacia el sur y que en Dacia conocieron el arrianismo. A fines del siglo IV los Ostrogodos, vándalos, borgoñones, suevos y longobardos recibieron el arrianismo, más después de la cristianización de los francos reconvirtieron al cristianismo romano católico.
Segundo período. A fines del siglo V , los Francos se convirtieron al cristianismo romano católico ( Clodoveo).
Tercer período: desde fines del siglo VI , cristianización de los anglos, sajones y jutos por la misión benedictina iniciada por San Gregorio Magno. A partir del siglo VII estos pueblos enviaron misioneros al continente ( Misión Anglosajona).
Cuarto período. Cristianización de los pueblos del interior de Alemania: alamanes, turingios, bávaros, por los misioneros irlandeses, escoceses y anglosajones.
Quinto período: cristianización de los germanos del norte: de los daneses a partir de 822; de Noruega e Islandia a partir de 955; de Suecia, Finlandia y Groenlandia en los siglos XI, XII y XIII.
Entre algunos pueblos como los sajones y daneses, la conversión se produjo por medio de la fuerza y a veces de acciones bélicas. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la comunidad religiosa política siguió el ejemplo del príncipe, en conformidad al principio germánico de lealtad y servicio. Una vez producida la conversión, que a menudo se realizaba en forma de bautismos en masa, la nueva fe recibió una base religiosa y moral a través de la enseñanza misionera.
Frecuentemente la cristianización de los pueblos del interior de Germania estuvo condicionada políticamente : la subordinación a los francos implicaba la aceptación del cristianismo romano-católico que constituía la religión oficial de los francos.
Los principales motivos de la conversión fueron. El poder del Dios cristiano sobre el destino, los dioses, los demonios y los embrujos; la doctrina cristiana referente a premio y castigo en el más allá; la idea cristiana del dominio definitivo de Dios en vez de la vaga idea germánica de un crepúsculo de los dioses; la superioridad teórica y ética del cristianismo; la importancia del poder temporal del cristianismo y de la felicidad temporal de sus partidarios; circunstancialmente la convicción de la proximidad del Juicio Final; además de la importancia cultural y política de Roma, la sede de San Pedro.
No se puede decir que los germanos hayan aceptado el cristianismo porque hubiese sido congruente con su naturaleza; pues una religión sobrenatural fundada en la revelación no es conforme con la naturaleza de ningún pueblo en particular. Sin embargo, el cristianismo pudo satisfacer entre los germanos un profundo anhelo de redención. Los germanos y la cultura clásica transmitida por la Iglesia Romana fueron los fundamentos de la historia de occidente. La incorporación al mundo romano-católico puso fin a un desarrollo autóctono e independiente de los germanos, pero hizo que éstos se introdujeran en la cultura universal. El politeísmo germano fue reemplazado por el monoteísmo, una ética basada en motivos puramente temporales por la moral cristiana referida a Dios, la idea del destino por la fe en la Providencia.
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