Los productores de vino preparan un lobby europeo que frene el desplome del consumo
Las Denominaciones de Origen de Vinos de toda la Unión Europea constituirán en octubre una federación continental que aspirará a constituirse en un lobby de presión ante las instituciones de Bruselas. Su principal objetivo será frenar el fortísimo desplome del consumo de vino por la vía de concienciar a las autoridades para que cambien algunas normas y decisiones que operan en contra del sector, en opinión de sus representantes. Por ejemplo, en cuanto a las fuertes restricciones para promocionar la demanda de vino y presentarlo como un producto saludable, si se bebe con moderación.
Directivos de los consejos reguladores de Denominaciones de Origen de toda España se encuentran estos días en la Comunitat Valenciana y debaten las estrategias a seguir para convencer al ejecutivo de Bruselas sobre los cambios de políticas que debería acometer para revitalizar las ventas de vinos europeos y resolver la grave crisis actual.
Las Denominaciones de Origen españolas ya constituyen una Conferencia nacional, que celebró ayer en Valencia su asamblea. Su secretario general es el valenciano José Alfonso Sierra, secretario también del consejo regulador de Utiel-Requena, y esta es la primera vez en veinte años que tal agrupación vitivinícola española se reúne en Valencia.
Visita a Camps
Tras la asamblea, celebrada en la sede de la Denominación de Origen Vinos de Valencia, los más de sesenta directivos participantes visitaron al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien se comprometió a defender los intereses del sector en las instancias europeas, de donde llegan las "agresiones' que, en opinión de los representantes vinícolas, más daño están haciendo al sector.
Posteriormente, los representantes de consejos reguladores visitaron zonas vitícolas y bodegas de Alicante. Hoy harán lo propio en Utiel-Requena y mañana domingo participarán en la primera jornada de la feria Vinoélite.
Además de los presidentes y altos directivos de casi todos los consejos reguladores de toda España participan representantes de Portugal, Francia e Italia, como hito precursor de lo que será la Federación Europea que nacerá oficialmente en octubre.
El presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), Fernando Prieto Ruiz, y el secretario general de la misma, José Alfonso Sierra, dijeron claramente ayer que la principal meta de la Federación Europea será la defensa de los vinos de calidad, precisamente frente a la nueva normativa europea. Y no es una contradicción que el teórico 'enemigo', en este caso, venga de dentro. Sierra dejó claro que "con su política, Bruselas está colocando al vino fuera del terreno de juego".
Prieto y Sierra criticaron diversos aspectos de la Organización Común del Mercado (OCM) vinícola que no comparten, como la autorización de mezclas de vinos, las normas de etiquetado, que no pueda haber libertad de plantaciones o las limitaciones a la hora de emprender campañas de publicidad y promoción genérica. Frente a todos estos aspectos negativos, la nueva Federación Europea aspirará a ser el "único interlocutor válido" en las mesas de negociación, porque hasta el momento se ha tenido muy poco en cuenta a los propios interesados a la hora de establecer las reglas de juego que les afectan directamente. En este sentido manifestaron que no pretenden "ser agresores", sino simplemente que se les "haga caso", y que les dejen expresar sus preocupaciones.
Contra las mezclas
Un punto esencial de oposición a Bruselas está en las mezclas de vinos. La Comisión Europea las ve adecuadas, pero las denominaciones de origen son contrarias. El problema estriba sobre todo en los vinos rosados. Hay empresas que mezclan tintos y blancos baratos para obtenerlos, pero los productores de calidad defienden que un rosado bueno y apropiado sólo es el que se hace directamente de uvas tintas. Este es un producto fetén, recomendable, auténtico, afrutado, suave y con fecha de caducidad, porque antes del año se oxida. Por consiguiente hay un elemento claro para controlar su estado. Lo otro, mezclar vinos, es inapropiado y da pie a fraudes o tejemanejes. En todo caso, que se diga claramente en la etiqueta si es rosado puro o de mezcla, y que el consumidor compare y elija.
La demanda se hunde
El consumo no deja de caer, año tras año. La media europea está en 18,5 litros tan sólo por habitante y año, por debajo ya de Australia. En 1976 estaba en 72 litros.
De este cambio radical arrancan los problemas. Y para contrarrestarlos hace falta información y promoción. Quien produce mucho y no se anuncia, no vende. Pero Bruselas pone demasiados reparos porque, según señala, el vino es a fin de cuentas una bebida alcohólica. No tiene en cuenta que es alcohol natural y con graduaciones muy por debajo de las bebidas destiladas. Los viticultores no tienen acceso a las importantes ayudas para financiar campañas de promoción de productos agroalimentarios. Ahí tendrá que plantear una dura batalla el futuro lobby, para convencer sobre los valores del vino como alimento saludable y cultural, y como medio de vida de cientos de miles de familias del medio rural que la UE tanto empeño pone en desarrollar.
fuente. http://www.lasprovincias.es
Directivos de los consejos reguladores de Denominaciones de Origen de toda España se encuentran estos días en la Comunitat Valenciana y debaten las estrategias a seguir para convencer al ejecutivo de Bruselas sobre los cambios de políticas que debería acometer para revitalizar las ventas de vinos europeos y resolver la grave crisis actual.
Las Denominaciones de Origen españolas ya constituyen una Conferencia nacional, que celebró ayer en Valencia su asamblea. Su secretario general es el valenciano José Alfonso Sierra, secretario también del consejo regulador de Utiel-Requena, y esta es la primera vez en veinte años que tal agrupación vitivinícola española se reúne en Valencia.
Visita a Camps
Tras la asamblea, celebrada en la sede de la Denominación de Origen Vinos de Valencia, los más de sesenta directivos participantes visitaron al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, quien se comprometió a defender los intereses del sector en las instancias europeas, de donde llegan las "agresiones' que, en opinión de los representantes vinícolas, más daño están haciendo al sector.
Posteriormente, los representantes de consejos reguladores visitaron zonas vitícolas y bodegas de Alicante. Hoy harán lo propio en Utiel-Requena y mañana domingo participarán en la primera jornada de la feria Vinoélite.
Además de los presidentes y altos directivos de casi todos los consejos reguladores de toda España participan representantes de Portugal, Francia e Italia, como hito precursor de lo que será la Federación Europea que nacerá oficialmente en octubre.
El presidente de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV), Fernando Prieto Ruiz, y el secretario general de la misma, José Alfonso Sierra, dijeron claramente ayer que la principal meta de la Federación Europea será la defensa de los vinos de calidad, precisamente frente a la nueva normativa europea. Y no es una contradicción que el teórico 'enemigo', en este caso, venga de dentro. Sierra dejó claro que "con su política, Bruselas está colocando al vino fuera del terreno de juego".
Prieto y Sierra criticaron diversos aspectos de la Organización Común del Mercado (OCM) vinícola que no comparten, como la autorización de mezclas de vinos, las normas de etiquetado, que no pueda haber libertad de plantaciones o las limitaciones a la hora de emprender campañas de publicidad y promoción genérica. Frente a todos estos aspectos negativos, la nueva Federación Europea aspirará a ser el "único interlocutor válido" en las mesas de negociación, porque hasta el momento se ha tenido muy poco en cuenta a los propios interesados a la hora de establecer las reglas de juego que les afectan directamente. En este sentido manifestaron que no pretenden "ser agresores", sino simplemente que se les "haga caso", y que les dejen expresar sus preocupaciones.
Contra las mezclas
Un punto esencial de oposición a Bruselas está en las mezclas de vinos. La Comisión Europea las ve adecuadas, pero las denominaciones de origen son contrarias. El problema estriba sobre todo en los vinos rosados. Hay empresas que mezclan tintos y blancos baratos para obtenerlos, pero los productores de calidad defienden que un rosado bueno y apropiado sólo es el que se hace directamente de uvas tintas. Este es un producto fetén, recomendable, auténtico, afrutado, suave y con fecha de caducidad, porque antes del año se oxida. Por consiguiente hay un elemento claro para controlar su estado. Lo otro, mezclar vinos, es inapropiado y da pie a fraudes o tejemanejes. En todo caso, que se diga claramente en la etiqueta si es rosado puro o de mezcla, y que el consumidor compare y elija.
La demanda se hunde
El consumo no deja de caer, año tras año. La media europea está en 18,5 litros tan sólo por habitante y año, por debajo ya de Australia. En 1976 estaba en 72 litros.
De este cambio radical arrancan los problemas. Y para contrarrestarlos hace falta información y promoción. Quien produce mucho y no se anuncia, no vende. Pero Bruselas pone demasiados reparos porque, según señala, el vino es a fin de cuentas una bebida alcohólica. No tiene en cuenta que es alcohol natural y con graduaciones muy por debajo de las bebidas destiladas. Los viticultores no tienen acceso a las importantes ayudas para financiar campañas de promoción de productos agroalimentarios. Ahí tendrá que plantear una dura batalla el futuro lobby, para convencer sobre los valores del vino como alimento saludable y cultural, y como medio de vida de cientos de miles de familias del medio rural que la UE tanto empeño pone en desarrollar.
fuente. http://www.lasprovincias.es
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