El Cayman S es mucho más que un auto potente

By JAIME FLOREZ
Especial para El Nuevo Herald
Cuando el mercado norteamericano vivía y respiraba SUVs, Porsche, la marca alemana famosa por sus autos deportivos, sorprendió a todos con el Cayenne, que no es otra cosa que un utilitario deportivo montado sobre la misma plataforma de la Volkswagen Touareg, pero con la marca y algunos aditamentos que le han puesto para imprimirle su propia identidad y justificar unos cuantos miles de dólares más en el precio de venta al consumidor.

El ingrediente de exclusividad ha sido característica intrínseca de la marca Porsche, cuyos autos atraen al segmento con mayor capacidad adquisitiva. Sin embargo, con el ánimo de hacerlos más populares, un par de veces en su historia reciente han puesto en el mercado modelos que se ofrecían a precios más asequibles. Primero, hace unas décadas, fue el 944, de no muy grata recordación y más recientemente el Boxster, este sí poseedor de buenas cifras de ventas y aceptación del público, gracias entre otras cosas a su condición de descapotable.

De todas maneras quedaba aún una brecha significativa entre el precio del Boxster, que empieza apenas por debajo de los $47,000 y el del más barato de los 911, que ya está por encima de los $76,000, y es justamente ese espacio vacío el que Porsche llenó con el Cayman S, un coupé de dos puestos, de diseño completamente novedoso, equipado con motor central, de tipo boxer, es decir con seis cilindros opuestos horizontalmente, con 3.4 litros de desplazamiento y capaz de producir 320 caballos de potencia.

Hemos tenido la oportunidad de probarlo en varias pistas y comprobar su capacidad de llegar de 0 a 60 millas por hora en 5.1 segundos. Y eso no es todo, el Cayman recorre un cuarto de milla en 13.6 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 171 millas por hora. Lo sorprendente, entretanto, es que toda esa potencia y agilidad se traduce también en cifras de consumo de combustible muy económicas, algo así como 19 millas por galón en la ciudad y 26 en la autopista, y en bajos niveles de contaminación.

La transmisión estándar del Cayman S es manual de seis velocidades, con las relaciones entre cambios modificadas, para hacerlas más cortas que en el Boxster y en el 911, especialmente entre primera y segunda. De manera opcional se ofrece una de las más sofisticadas transmisiones en este segmento, la PDK, una revolucionaria caja automática de cambios de 7 marchas con doble embrague, desarrollada por Porsche, cuyo nombre impronunciable, Porsche Doppelkuplung, por fortuna ha sido abreviado. Es cierto, la transmisión manual es más emocionante, pero en este caso la automática no se queda atrás. Basta con decir que con cambio automático el Cayman S va de 0 a 60 MPH en 5.8 segundos.

Mientras que los frenos son los mismos que equipan al 911, el chasis y la suspensión se basan en los del Boxster, aunque un poco más grandes y con mayor rigidez, gracias a su arquitectura de techo duro, frente a la de convertible del Boxster. Su combinación de resortes helicoidales, amortiguadores, brazos de control y barras de torsión hacen que su rodaje sea suave y su manejo sobresalientemente preciso. Alcanzaría con decir que se comporta de maravilla en las curvas más exigentes de la carretera y a gran velocidad, igual que lo hace al parquearse en un espacio paralelo a la acera.

En lo que tiene que ver con seguridad, el Porsche Cayman S cuenta con el sistema PSM, las siglas en inglés de Porsche Stability Management, que reúne tecnologías para controlar una serie de funciones, entre ellas el antibloqueo de los frenos y el control de la tracción para evitar que las ruedas resbalen, y que permiten intervenir en el manejo del vehículo para controlarlo mejor en situaciones apremiantes. En el caso de Porsche, esa intervención esta diseñada para permitir una conducción más deportiva, al tiempo que hace más emocionante y menos riesgoso el placer de conducir.

El Cayman S, sin embargo, es mucho más que un automóvil potente. Es además un auto de gran desempeño en las pistas y ostenta una apariencia deportiva extremadamente atractiva, combinación que no muy frecuentemente resulta en un vehículo cómodo para viajes largos. Podría decirse que el Cayman es la excepción que confirma esta regla. Se destaca la alta calidad de sus acabados y de los materiales empleados, y el tamaño de sus compartimientos de equipaje, que si bien siguen siendo limitados, cuentan con una capacidad sensiblemente mayor que la de otros vehículos de la misma categoría. El precio básico del Cayman S comienza en los $60.200.

fuente. http://www.elnuevoherald.com

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