Cine estereoscópico o en 3D
IÑAKI AIZPURU DIRECTOR DE LA ESCUELA DE CINE Y VÍDEO
Cada vez son más equiparables las calidades de imagen y sonido que se obtienen en las salas de proyección y las de nuestros salones. La calidad de las nuevas pantallas planas de Alta Definición con sus sofisticados sistemas de sonido, unido a las comodidades que proporcionan nuestros hogares se sobrepone muchas veces a la tentación de ver una buena película en cualquier sala comercial. Estos factores, junto con la piratería, las descargas por internet, el encarecimiento de las entradas, el exceso de salas, los cambios de hábitos en el consumo del producto cinematográfico, etc. han motivado la actual crisis de las salas de exhibición en las que la afluencia ha ido bajando lenta pero inexorablemente durante los últimos años lo que ha originado la necesaria reacción de las salas para cortar esa sangría de espectadores implantando el cine digital e incorporando las proyecciones estereoscópicas. Aunque en Donostia hay intentos de alguna sala en modernizar sus instalaciones con esta nueva tecnología, el parque español de salas digitales con proyecciones en 3D se puede cuantificar actualmente en unas cien, en Euskadi esta cifra ronda en torno a seis, mientras que en Europa sobrepasan las mil quinientas. La irrupción de este nuevo, estimulante y atractivo formato ha aumentado considerablemente la cifra de espectadores asistentes a esas salas y todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en los próximos años convirtiendo el visionado en 3D, sobre todo para ciertos géneros cinematográficos, en la forma habitual de exhibición y el verdadero motor de la digitalización de las salas cinematográficas. Difícilmente se concebirán en el futuro proyectos de dibujos animados fuera de esta tecnología. El estreno de la película Up en el pasado Festival de Cannes ha supuesto la confirmación de ese apoyo entusiasta del público y un hito en la exhibición de películas en las salas, siendo para muchos equiparable al paso del cine mudo al sonoro o del blanco y negro al color.
Pero el uso de proyectores digitales presenta una serie de opciones cuya trascendencia está, lógicamente, todavía pendiente de explorar. Ya hay empresarios innovadores que plantean entre sus objetivos fomentar la exhibición de nuevos contenidos audiovisuales alternativos, devolver al cine el concepto social de punto de encuentro y ampliar la ventana al público asistente, tomando iniciativas en nuevas áreas no explotadas en la exhibición cinematográfica, como las retransmisiones de cualquier competición de Fútbol, la final de Roland Garros o una Ópera desde el Kursaal o el Teatro Victoria Eugenia. No parece lejano el día en el que podrá plantearse el estreno mundial en múltiples salas de forma simultánea de películas emitidas desde un único emisor.
Nuestra aspiración a Capital, referencia Audiovisual Europea 2016, nos obliga a una adecuación al cine estereoscópico o 3D, si no de todas, sí por lo menos de un número significativo de nuestras salas. La alternativa parece clara, o la muerte lenta por disminución del número de espectadores, o la innovación con estas nuevas y prometedoras iniciativas de las más dinámicas y emprendedoras salas de cine.
fuente. http://www.diariovasco.com
Cada vez son más equiparables las calidades de imagen y sonido que se obtienen en las salas de proyección y las de nuestros salones. La calidad de las nuevas pantallas planas de Alta Definición con sus sofisticados sistemas de sonido, unido a las comodidades que proporcionan nuestros hogares se sobrepone muchas veces a la tentación de ver una buena película en cualquier sala comercial. Estos factores, junto con la piratería, las descargas por internet, el encarecimiento de las entradas, el exceso de salas, los cambios de hábitos en el consumo del producto cinematográfico, etc. han motivado la actual crisis de las salas de exhibición en las que la afluencia ha ido bajando lenta pero inexorablemente durante los últimos años lo que ha originado la necesaria reacción de las salas para cortar esa sangría de espectadores implantando el cine digital e incorporando las proyecciones estereoscópicas. Aunque en Donostia hay intentos de alguna sala en modernizar sus instalaciones con esta nueva tecnología, el parque español de salas digitales con proyecciones en 3D se puede cuantificar actualmente en unas cien, en Euskadi esta cifra ronda en torno a seis, mientras que en Europa sobrepasan las mil quinientas. La irrupción de este nuevo, estimulante y atractivo formato ha aumentado considerablemente la cifra de espectadores asistentes a esas salas y todo apunta a que esta tendencia se mantendrá en los próximos años convirtiendo el visionado en 3D, sobre todo para ciertos géneros cinematográficos, en la forma habitual de exhibición y el verdadero motor de la digitalización de las salas cinematográficas. Difícilmente se concebirán en el futuro proyectos de dibujos animados fuera de esta tecnología. El estreno de la película Up en el pasado Festival de Cannes ha supuesto la confirmación de ese apoyo entusiasta del público y un hito en la exhibición de películas en las salas, siendo para muchos equiparable al paso del cine mudo al sonoro o del blanco y negro al color.
Pero el uso de proyectores digitales presenta una serie de opciones cuya trascendencia está, lógicamente, todavía pendiente de explorar. Ya hay empresarios innovadores que plantean entre sus objetivos fomentar la exhibición de nuevos contenidos audiovisuales alternativos, devolver al cine el concepto social de punto de encuentro y ampliar la ventana al público asistente, tomando iniciativas en nuevas áreas no explotadas en la exhibición cinematográfica, como las retransmisiones de cualquier competición de Fútbol, la final de Roland Garros o una Ópera desde el Kursaal o el Teatro Victoria Eugenia. No parece lejano el día en el que podrá plantearse el estreno mundial en múltiples salas de forma simultánea de películas emitidas desde un único emisor.
Nuestra aspiración a Capital, referencia Audiovisual Europea 2016, nos obliga a una adecuación al cine estereoscópico o 3D, si no de todas, sí por lo menos de un número significativo de nuestras salas. La alternativa parece clara, o la muerte lenta por disminución del número de espectadores, o la innovación con estas nuevas y prometedoras iniciativas de las más dinámicas y emprendedoras salas de cine.
fuente. http://www.diariovasco.com
Comentarios