Las molestas infecciones por hongos en las uñas se "disparan" en verano

Las infecciones en las uñas se disparan con la llegada del verano y el uso de piscinas y duchas públicas, ya que el desarrollo de los hongos se ve favorecido por ambientes cálidos, cerrados y húmedos. Sin embargo, sólo con seguir unas fáciles medidas higiénicas podemos prevenir esta molesta patología, que puede llegar a ser mucho más que un problema estético.






La onicomicosis o infección de las uñas por hongos no es sólo cuestión de estética, ya que su detección y el tratamiento precoz son fundamentales a la hora de mejorar la efectividad del tratamiento y evitar contagios, cronicidad, deformaciones de las uñas y complicaciones con otras enfermedades como la diabetes o la anemia.

Además, tampoco es una patología infrecuente, puesto que, tal y como destacan desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) y la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), más 1.300.000 españoles la padecen en la actualidad.

En concreto, destacan estos expertos, cerca del 7 por ciento de las consultas que se realizan al dermatólogo lo hacen por un problema en las uñas. De estos pacientes, el 65 por ciento sufre onicomicosis, en la mayoría de los casos en las uñas de los pies (60 por ciento), a causa de hongos denominados dermatofitos, y el resto en las de las manos (40 por ciento), por cándidas.

Y el verano es una época especialmente proclive, ya que tal y como destaca el doctor José Luis Garavís, vicepresidente de Semergen, con la llegada del buen tiempo los casos de onicomicosis se disparan, debido principalmente a que “algunos de los lugares donde es más fácil contraer la infección son las piscinas y duchas públicas y a que, además, el calor y la humedad favorecen su contagio”.



¿Qué es la onicomicosis?
Unas uñas sanas tienen una superficie regularmente curva, sonrosada, brillante por el reflejo de la luz, con estrías longitudinales perceptibles con la edad. Su cuidado es reflejo de la higiene, ocupación y personalidad del individuo, sin embargo, las alteraciones ungueales (de las uñas) son motivo de afectación psicológica, de dolor, de infecciones, de dificultades en el trabajo y en las relaciones sociales.

La onicomicosis es una infección de las uñas de las manos o de los pies producida por diferentes tipos de hongos (dermatofitos, cándidas, mohos, etc.). Los hongos son organismos vivientes (se reproducen, alimentan y mueren) que, por estar muy extendidos en la naturaleza, pueden asentarse directamente en el borde de las uñas o pasar a ellas a través de la piel vecina contaminada.

Cuando los hongos dermatofitos alcanzan las uñas y encuentran unas condiciones apropiadas, se reproducen lenta pero progresivamente, invadiendo las uñas de forma asimétrica. La invasión se realiza sin dolor, con sequedad, pérdida de elasticidad, engrosamiento y deformación con aspecto carcomido. También hay cambios irregulares de color (desde el blanco al amarillento), según la profundidad que alcance la infección, que siempre tiene un aspecto sucio.

Dentro de la gran variedad de hongos que pueden colonizar las uñas hay que destacar las levaduras Candidas porque producen inflamación periungueal (alrededor de la uña) con enrojecimiento, hinchazón, calor y dolor. Si la inflamación persiste, termina haciendo una fosa entre la uña y el pliegue cutáneo, destruyendo la capa protectora y engrosando la uña. En este caso no hay sequedad, sino que la invasión se realiza de forma húmeda, con dolor y color desde el rojo al violeta. La evolución hace que la uña crezca irregularmente y en cada detención produzca un pliegue o banda transversal.



Zonas de riesgo de contagio
El desarrollo de los hongos en las uñas se ve favorecido por ambientes cálidos, cerrados y húmedos. Por ello, la onicomicosis se produce principalmente en trabajadores que tienen que calzar zapatos gruesos y también en deportistas que, además del calzado cerrado, utilizan frecuentemente duchas de gimnasios.

Otro grupo de riesgo son las personas que tienen algunas enfermedades crónicas que dan lugar a una disminución de sus defensas ante la infección, como son los diabéticos, pacientes con neuropatías periféricas, trastornos circulatorios periféricos o con algún tipo de inmunodeficiencia. Entre éstos habría que destacar las personas de edad avanzada u obesas.

Además, las uñas son un buen marcador para otras muchas patologías sistémicas: trastornos cardio-circulatorios (dedos en palillo de tambor), respiratorios (síndrome de las uñas amarillas), hepáticos (uña de Terry), renales (líneas de Muehrcke), hormonales (diabetes), inmunitarios (SIDA), autoinmunes (lupus, dermatomiositis, etc.), o dermatosis a distancia (psoriasis, alopecia, etc.).

“Dentro de las diferentes infecciones por hongos englobadas en la onicomicosis, la infección por dermatofitos es más frecuente en varones que en mujeres, en los pies que en las manos, en mayores de 40 años que en jóvenes, pero las cifras son relativas según los diferentes factores de riesgo. La infección por Candidas, por su parte, es más frecuente en las mujeres y el 70 por ciento se localiza en las manos por el trabajo con agua, traumatismos en la manicura, oclusión y maceración por guantes de goma, etc.”, destaca el doctor Luis Olmos, dermatólogo y profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Atendiendo a los factores de riesgo, este experto apunta que la humedad representa un 35 por ciento de riesgo, las zonas públicas de recreo un 23 por ciento, la mala higiene un 16 por ciento, los traumatismos un 14 por ciento y la edad un 11 por ciento. A este respecto, el doctor Garavís señala que las duchas públicas de gimnasios y las piscinas son los lugares donde más fácilmente se puede contraer esta infección, “ya que debido al calor y la humedad, las esporas de los hongos pueden permanecer vivas durante mucho tiempo en los restos de uñas o queratina, que es la sustancia de la que están constituidas las uñas”.



Visita al médico: cuanto antes, mejor
El principal mensaje de los expertos es que los pacientes deben acudir al médico lo antes posible. Sin embargo, señalan, lo que ocurre, es que debido a que las lesiones por onicomicosis son indoloras, los pacientes las perciben como un problema únicamente estético.

“No les conceden importancia y esperan que se resuelvan de forma espontánea, ignorando que si dejamos evolucionar la infección sin un tratamiento adecuado, ésta puede representar un problema importante para el paciente: puede ser dolorosa, alterar la forma de caminar, ser causa de otras infecciones y llegar incluso a tener que recurrir a la extirpación quirúrgica de la uña”, subraya la doctora Paloma Casado, médico de Atención Primaria y vicepresidenta primera de la Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

El doctor Garavís insiste también en el riesgo de cronicidad cuando la onicomicosis no es tratada precoz ni adecuadamente, partiendo de que el proceso curativo es lento per se. “Incluso si se está realizando un tratamiento correcto la uña tardará mucho tiempo en adquirir un aspecto normal, ya que tiene un crecimiento muy lento: las de los pies tardan un año en completar su crecimiento y las de las manos seis meses aproximadamente”, apunta este experto.

En esta misma línea, el doctor Luis Olmos ha reiterado la importancia de tratar la onicomicosis cuanto antes, para evitar complicaciones con patologías como la diabetes o la anemia, así como posibles sobreinfecciones (con estafilococos, estreptococos, bacilos coliformes o pseudomonas). “Además pueden producirse deformaciones antiestéticas del espesor, la concavidad, los pliegues o bandas transversales y longitudinales, el color, o el descascarillado”, añade.



Prevención y tratamiento
Frecuentar baños, piscinas o playas sin las precauciones higiénicas adecuadas, como llevar chanclas; llevar zapatos que no transpiren lo suficiente, como las zapatillas de deporte, o que compriman en exceso el pie, como los tacones terminados en punta, pueden favorecer la aparición de este tipo de infecciones. Asimismo, realizarse una "mala manicura", en la que se produzcan cortes y se utilicen demasiadas lacas; no secarse correctamente pies y manos a la salida de la ducha y no emplear jabón para arrastrar la suciedad; o comerse las uñas, son también factores que elevan el riesgo de coger y contagiar estos hongos.

Por ello, los expertos recomiendan determinados hábitos que pueden ayudar en la prevención o tratamiento de esta patología. Entre ellos destacan: controlar las posibles enfermedades sistémicas, muy relacionadas con la edad; evitar traumatismos y hábitos de auto manipulación, como arrancar cutículas, manicuras inexpertas, etc; cortar las uñas en cuanto empiecen a molestar en la actividad diaria (las de las manos en curva y las de los pies en recto); o usar calzado amplio y cómodo.

Asimismo, es muy importante la higiene diaria con agua, jabón y cepillo de cerdas suaves, con un secado cuidadoso (espacios interdigitales incluidos); así como seleccionar bien los cosméticos que se usan en las uñas, por sus posibles irritaciones y oclusiones (la humedad es el mayor riesgo de infección); y cuidar las uñas de los pies con la misma meticulosidad que las de las manos.

Respecto al tratamiento de la onicomicosis, el doctor Olmos explica que difiere dependiendo de si la matriz de la uña está o no afectada y de los factores que puedan favorecer la persistencia del hongo. “En general, no se necesita tratamiento oral y basta con la aplicación local de una laca que contenga amorolfina. El problema es que hay que tener paciencia, ya que las uñas crecen muy lentamente y hasta que no se reemplaza la parte enferma no se resuelve la infección. Aplicar la amorolfina dos veces por semana es sencillo, aunque a veces sea necesario hacerlo durante 6-9 meses”, destaca.

Si hay afectación de la matriz o factores favorecedores que no se puedan evitar como inmunodeficiencias o diabetes, continúa este experto, “se suele recomendar la terapia combinada de, por ejemplo, terbinafina 250 mg/día vía oral, con una laca ungueal de amorolfina”. Pero a pesar de la eficacia de estos tratamientos, este especialista concluye recordando la importancia del tratamiento precoz y, por tanto, la necesidad de acudir al médico tan pronto se sospeche una posible infección por onicomicosis.


FUENTE: http://www.saludalia.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las 3 banderas de Chile

FALLECE ROY GARBER, UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE LA SERIE “GUERRA DE ENVÍOS” EN A&E

Falleció hija de dos años de la periodista Mónica Rincón.Clara Galdames dejó de existir en horas de esta mañana, tras llevar días internada en la UTI por problemas al corazón. La niña había presentado complicaciones físicas desde su nacimiento.