España: El mejor vino, desde el espacio
E n el castillo de Fieuzal, centro de un emporio de gran categoría vitícola en la zona Pessac-Léognan, han apostado por la modernidad para mejorar la calidad e impulsar unos vinos prestigiosos desde hace veinte o treinta años.
Gracias a la última tecnología, las vendimias se preparan desde el año pasado con la ayuda de imágenes por satélite que permiten vigilar la maduración y decidir la recogida de los racimos de uva de manera muy diferenciada hasta el interior de cada parcela.
Desde 2008, este viñedo de 85 hectáreas dispone del Oenoview, un servicio de apoyo técnico desarrollado por Infoterra, una filial del grupo EADS Astrium y el Instituto Cooperativo del Vino.
Después de tres años de colaboración entre los especialistas en viñedos y los de tratamiento de las imágenes por satélite, este sistema permite conocer con gran claridad el contenido hídrico tan importante para la buena maduración del racimo.
«Nuestro trabajo consiste en reunir los diferentes indicadores que se pueden disponer por satélite y combinarlos con los análisis del Instituto Cooperativo del Vino sobre las cepas, el peso de las uvas y su contenido bioquímico», señala Henri Douche, responsable del departamento de Agricultura de Infoterra.
Las imágenes, con una resolución de dos megas, se capturan desde el espacio por el satélite Formosat 2 de Taiwan, que sobrevuela Francia todos los días. Comparando sus imágenes con las conseguidas en la Tierra, se obtiene una información complementaria que permite calibrar la calidad del racimo.
Para concretar esta relación, los especialistas en tratamiento de imágenes utilizan rayos infrarrojos de proximidad, de máxima sensibilidad. Ello les ha permitido construir una biblioteca de modelos entre las medidas realizadas en el campo y la imagen», explica M. Douche.
A pocas semanas de la vendimia, Stephen Carrier, gerente del Château de Fieuzal desde julio de 2007, espera con impaciencia las últimas imágenes de síntesis que le permitirán saber el momento preciso en el que cada racimo cambia de color, la auténtica llave para obtener la maduración óptima.
«Gano años de información, es un útil fundamental que nos permite trabajar para generaciones futuras», explica este hijo de viticultores con amplia experiencia porque trabajó en el castillo Linches Bages en Pauillac y más tarde en Napa Valley, en California.
Al igual que en el campo de los cereales, Infoterra ha desarrollado un programa que permite reducir el consumo de pesticidas en la viña con una dosificación más precisa y diferenciada. «Nos queda todo por hacer en los viñedos», señala Carrier, que apuesta más por una reducción del uso de productos fitosanitarios que por su supresión total.
Gracias a la última tecnología, las vendimias se preparan desde el año pasado con la ayuda de imágenes por satélite que permiten vigilar la maduración y decidir la recogida de los racimos de uva de manera muy diferenciada hasta el interior de cada parcela.
Desde 2008, este viñedo de 85 hectáreas dispone del Oenoview, un servicio de apoyo técnico desarrollado por Infoterra, una filial del grupo EADS Astrium y el Instituto Cooperativo del Vino.
Después de tres años de colaboración entre los especialistas en viñedos y los de tratamiento de las imágenes por satélite, este sistema permite conocer con gran claridad el contenido hídrico tan importante para la buena maduración del racimo.
«Nuestro trabajo consiste en reunir los diferentes indicadores que se pueden disponer por satélite y combinarlos con los análisis del Instituto Cooperativo del Vino sobre las cepas, el peso de las uvas y su contenido bioquímico», señala Henri Douche, responsable del departamento de Agricultura de Infoterra.
Las imágenes, con una resolución de dos megas, se capturan desde el espacio por el satélite Formosat 2 de Taiwan, que sobrevuela Francia todos los días. Comparando sus imágenes con las conseguidas en la Tierra, se obtiene una información complementaria que permite calibrar la calidad del racimo.
Para concretar esta relación, los especialistas en tratamiento de imágenes utilizan rayos infrarrojos de proximidad, de máxima sensibilidad. Ello les ha permitido construir una biblioteca de modelos entre las medidas realizadas en el campo y la imagen», explica M. Douche.
A pocas semanas de la vendimia, Stephen Carrier, gerente del Château de Fieuzal desde julio de 2007, espera con impaciencia las últimas imágenes de síntesis que le permitirán saber el momento preciso en el que cada racimo cambia de color, la auténtica llave para obtener la maduración óptima.
«Gano años de información, es un útil fundamental que nos permite trabajar para generaciones futuras», explica este hijo de viticultores con amplia experiencia porque trabajó en el castillo Linches Bages en Pauillac y más tarde en Napa Valley, en California.
Al igual que en el campo de los cereales, Infoterra ha desarrollado un programa que permite reducir el consumo de pesticidas en la viña con una dosificación más precisa y diferenciada. «Nos queda todo por hacer en los viñedos», señala Carrier, que apuesta más por una reducción del uso de productos fitosanitarios que por su supresión total.
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