España:Las lecciones que da el vino
M. BARRIO Más de un centenar de personas participó en la mañana de ayer en la III Cata de Vinos San Agustín organizada por el Consejo Regulador dentro del programa festivo. Dirigida por el enólogo y veedor del órgano vinícola, se celebró en el liceo del teatro Latorre y no fueron pocas las personas que se tuvieron que quedar fuera al haberse completado el aforo.
Aprovechando que la vendimia viene este año temprana, además de los vinos, se pudo realizar una cata de uvas de las cuatro variedades autóctonas de la D.O.: verdejo, malvasía, garnacha tinta y tinta de Toro. Unas «breves pinceladas», especificó Gallego, para poder dar a conocer a los asistentes los factores que se tienen en cuenta a la hora de la maduración tales como la turgencia de los hollejos, comprobar si la pepita está totalmente maderizada o verde, los sabores o saber dónde se fijan los aromas y los taninos.
En cuanto a los vinos, se cataron seis: un blanco malvasía, un rosado de tinta de Toro, un tinto joven, un tinto roble, un crianza y un reserva. El enólogo ofreció a los participantes en la cata unas nociones básicas para saber «interpretar» un vino a la hora de adquirirlo o de pedirlo en un restaurante. Se trata, señaló Gallego, de que sepan «cómo cuidar el vino, cómo tengo que pedirlo o cómo tengo que conservarlo». Así mismo, explicó las diferencias que existen en la curva de la vida de los caldos. En este sentido recordó el carácter perecedero de los blancos, los rosados o los tintos jóvenes, cuya longevidad comienza a bajar a partir del año o los dos años a lo sumo, mientras que el resto de los vinos, añadió, son de guarda. De la misma manera aportó algunos datos sobre la elaboración y en este punto hizo incidencia en «la importancia que está teniendo la viticultura» y cómo el enólogo «se acera cada vez más a la viña». Dentro de este capítulo se refirió también al incremento que han experimentado los cuidados dispensados en la vendimia, de forma que «cada vez son más selectivas, se realizan por pagos, por zonas y por parcelas», lo cual, subrayó, «está haciendo que la calidad sea cada día más alta».
fuente: http://www.laopiniondezamora.es
Aprovechando que la vendimia viene este año temprana, además de los vinos, se pudo realizar una cata de uvas de las cuatro variedades autóctonas de la D.O.: verdejo, malvasía, garnacha tinta y tinta de Toro. Unas «breves pinceladas», especificó Gallego, para poder dar a conocer a los asistentes los factores que se tienen en cuenta a la hora de la maduración tales como la turgencia de los hollejos, comprobar si la pepita está totalmente maderizada o verde, los sabores o saber dónde se fijan los aromas y los taninos.
En cuanto a los vinos, se cataron seis: un blanco malvasía, un rosado de tinta de Toro, un tinto joven, un tinto roble, un crianza y un reserva. El enólogo ofreció a los participantes en la cata unas nociones básicas para saber «interpretar» un vino a la hora de adquirirlo o de pedirlo en un restaurante. Se trata, señaló Gallego, de que sepan «cómo cuidar el vino, cómo tengo que pedirlo o cómo tengo que conservarlo». Así mismo, explicó las diferencias que existen en la curva de la vida de los caldos. En este sentido recordó el carácter perecedero de los blancos, los rosados o los tintos jóvenes, cuya longevidad comienza a bajar a partir del año o los dos años a lo sumo, mientras que el resto de los vinos, añadió, son de guarda. De la misma manera aportó algunos datos sobre la elaboración y en este punto hizo incidencia en «la importancia que está teniendo la viticultura» y cómo el enólogo «se acera cada vez más a la viña». Dentro de este capítulo se refirió también al incremento que han experimentado los cuidados dispensados en la vendimia, de forma que «cada vez son más selectivas, se realizan por pagos, por zonas y por parcelas», lo cual, subrayó, «está haciendo que la calidad sea cada día más alta».
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