Ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte, se refiere a problemas del Tatio y la Institucionalidad Ambiental

Columna de opinión

Chile tiene una oportunidad histórica


Dicen que algo muy propio de los latinos es usar más la palabra que la acción. Quisiera decir que hoy tenemos la posibilidad de seguir siendo latinos, es decir, seguir usando las palabras, pero juntándolas con la acción y lograr así hacer nacer en Chile el Ministerio de Medio Ambiente y la Superintendencia Ambiental que merecemos. ¿A qué me refiero? Si logramos tener un Ministerio como el que estamos tramitando en el Congreso, podremos evitar que en el futuro se instale un pozo de exploración geotérmica a un kilómetro aproximadamente de un proyecto consolidado de turismo como son los géiseres del Tatio. ¿Cómo?, muy simple, teniendo un artículo en la ley que obligue a los proyectos de inversión, que al ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, sean analizados teniendo en cuenta cómo se relacionan con los planes de desarrollo regional y comunal. Un ejercicio tan simple pero tan contundente como el planteado en ese artículo, nos permitiría sopesar, en cada oportunidad, en forma serena y con elementos técnicos, si corresponde poner en riesgo una riqueza consolidada frente a la eventualidad de un nuevo proyecto.


Por tanto, si tuviéramos que hacer una reflexión acerca de lo que hasta este momento parece ser lo más grave del suceso ocurrido en el Tatio, tendríamos que decir que -en términos de percepción pública- puso en duda una energía renovable no convencional tan beneficiosa para Chile y respecto de la cual nuestro país tiene un potencial extraordinario. Hay que saber que en el mundo nadie duda que la geotermia no sólo es compatible con el Medio Ambiente sino que resulta ser aconsejable dado el cambio climático que estamos viviendo. Y ello, por una operación descuidada y negligente de una empresa, enfrenta eventuales cuestionamientos.


Cuando se autorizó el proyecto de geotermia en el Tatio, algunos de los aspectos que estuvieron en análisis fueron las características del proyecto, la seguridad de su implementación, cómo debía realizarse, etc. Todas las respuestas fueron positivas. Era posible. No había ninguna norma que lo prohibiera, ya que el proyecto estaba diseñado correctamente y con una buena operación jamás habría ocurrido la fumarola. Sin embargo, la norma o el artículo que no existía –y que hoy estamos impulsando en el proyecto de ley que busca crear el Ministerio de Medio Ambiente- es aquel que le exigía a la autoridad evaluar la compatibilidad de ese proyecto de geotermia con la actividad turística ya consolidada. Dicho de otra manera, si yo como funcionaria pública hubiera dicho que el proyecto era incompatible con la actividad turística, no habríamos tenido como sostener legalmente esa afirmación. Tengo que decir que las comunidades pusieron este punto, pero no había argumento legal para oponerse.


Entonces, responsablemente tengo que decir: Chile tiene una oportunidad histórica, y ella nos la muestra este hecho lamentable de contingencia ambiental ocurrida en el Tatio. Una oportunidad histórica de cambiar, de tener una norma que permita en el futuro que cuando se evalúe un “nuevo Tatio”, podamos decir no a este proyecto si comprobamos que es incompatible con la segunda actividad turística más importante del país.
Ana Lya Uriarte
Ministra de Medio Ambiente,

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