El Excelsior Ernst, justo frente a la imponente catedral gótica de Colonia, ha sido nombrado el mejor hotel de Alemania

En el edificio de cara a la Catedral de Colonia no existen excusas del tipo “lamentablemente...”, “no hay”, “no se puede”. En el Excelsior Ernst de Colonia el huésped es rey y “Servicio” se escribe con mayúscula.



Multicultural



Youssef Belal, nacido en Egipto, es recepcionista de este hotel de lujo desde hace 23 años. Aquí no sólo los huéspedes provienen de variadas regiones del mundo, sino también sus empleados. Entre ellos hay italianos, españoles, portugueses, franceses, turcos.



"Es algo típico del ramo. La hotelería es en principio, en relación con los puestos de trabajo, una empresa de integración. Pues entre nosotros no cuenta la procedencia o el pasaporte que se tenga, sino sólo qué aporta uno como persona, qué calificación tiene. Por supuesto, uno tiene que dominar idiomas extranjeros y tener sentido del servicio”, dice Wilhelm Luxem, director de la instalación.



Trabajo en equipo



Luxem está orgulloso de que la guía alemana de hoteles Schlummer-Atlas haya elegido al Excelsior como “Hotel del Año”. Pero en torno a su propia elección como “Hotelero del Año” se muestra reservado: “Uno debe velar por hacer un buen trabajo y el trabajo de un hotelero es muy variado. Para mí es un bonito reconocimiento personal, que no puedo sino extender a mi equipo, porque nada de esto puede hacerse solo”, insistió a Deutsche Welle.



Hotel de lujo



Sólo una calle lo separa de la imponente Catedral de Colonia. El hotel es considerado como centro social de la región de Renania, donde se ubica. Aquí se alojan prominentes de la cultura, la política y la economía alemana e internacional. Las habitaciones y suites cuestan entre 250 y 1.850 euros por noche (entre 335 y 2.470 dólares aproximadamente). Quien lo desee puede alquilar una suite con dos o tres habitaciones, un salón con una una lujosa “lámpara araña”, equipo de fax, televisión satelital o un baño de vapor en la ducha.





Quienes pernoctan aquí suelen ser huéspedes bien exigentes. Ya lo eran cuando Carl Ernst construyó el hotel hace unos 147 años: “Ernst era un exitoso restaurador de la Real Estación Ferroviaria de Colonia, como se le llamaba entonces. Esto no puede compararse con un actual administrador de estación ferroviaria, pues en aquel entonces los restauradores eran en sí mismos la 'crema y nata' de las estaciones. Quien viajaba en tren en esos tiempos pertenecía a la mejor parte de la sociedad, por así decirlo, y tenía altas aspiraciones. Ernst, que era por entonces un restaurador de renombre, aspiraba a convertirse en hotelero”, cuenta el actual director del hotel Excelsior Ernst.



Renovación constante



Ernst no tuvo éxito y a los pocos años vendió el hotel a los actuales dueños. Al huésped de hoy le esperan en el Excelsior Ernst confort y elegancia: “Las instalaciones tienen que ser renovadas constantemente. Hay que ofrecer nuevos servicios y respaldarlos con nuevas inversiones. Es necesario un intensivo movimiento de capitales y los dueños lo han logrado a través de varias generaciones. Por eso estamos muy bien equipados y somos, por supuesto, un producto exclusivo”, explica Luxem.



¿Sin crisis económica?



Unos 180 trabajadores se ocupan de huéspedes que pagan muy bien. Ello garantiza el alto nivel del servicio y contribuyó a que el hotel fuera incluido desde los años `60 en la asociación internacional “Leading Hotels of the World”. Así el Excelsior se cuenta hoy entre los 450 mejores hoteles del mundo.



Los huéspedes habituales del hotel mantuvieron su fidelidad a pesar de la crisis económica de 2009, "aunque los huéspedes en viajes de negocios sí disminuyeron", comentó a Deutsche Welle el director del hotel. Pero gracias a un acuerdo con los trabajadores en torno a "modelos más flexibles de empleo", la dirección del hotel se precia de haber mantenido a bordo a todos sus empleados.



Muchos hoteles alemanes de cuatro y cinco estrellas no sobrevivieron a la crisis sin consecuencias visibles. Los niveles de ocupación bajaron entre los hoteles de grandes ciudades y aeropuertos de forma más notable que entre los de menos categoría. Varios hoteles de lujo de Berlín tuvieron que despedir trabajadores.



Pero 2010 ha sido ciertamente un buen año para el Excelsior Ernst de Colonia. Adicionalmente, la “Hanse-Stube”, su restaurante gourmet dedicado a la cocina francesa, obtuvo una estrella de reconocimiento de la famosa Guía Michelín de restaurantes. Ya el año anterior la guía alemana de restaurantes Schlemmer-Atlas (hermana menor de la guía de hoteles Schlummer-Atlas) había nombrado al Taku, restaurante de comida del este de Asia en el Excelsior, como "mejor restaurante de comida extranjera de Alemania".



Autor: Monika Lohmüller / Rosa Muñoz Lima

Editor: Enrique López Magallón

fuente: http://www.dw-world.de

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