IN MEMORIAM: A 30 años de la muerte de John Lennon
Las banderas ondearon a media asta en Nueva York. Pero el asesinato de Lennon, hace tres décadas, causó conmoción mundial. Nadie estaba preparado para enterarse de la muerte del ídolo de la generación de los años 60.
En la última foto de John Lennon sólo se ve a su asesino a su lado. El hombre esboza una sonrisa tímida y mira a su ídolo con sus grandes anteojos mientras Lennon le firma un disco. Un par de horas después, los dos hombres volverán a verse: Mark David Chapman sacará su revólver y le disparará cinco veces por la espalda.
"¿Sabes lo que has hecho?", le gritó un portero que se encontraba cerca. El asesino contestó impávido: "Acabo de matar a John Lennon".
¿“Más famoso que Jesús”?
Lennon había cumplido 40 años hacía poco y era una figura de culto para toda una generación. Primero fue su música lo que fascinó a las personas en todo el mundo. Luego fueron sus posturas políticas, su arte y sus happenings los que encantaron y enloquecieron a millones de personas, incluido Chapman, su asesino. El joven tejano estaba fascinado con Lennon. Incluso se casó con una japonesa, a imagen y semejanza de la unión de Lennon con Yoko Ono.
Sin embargo, en algún momento, la admiración se transformó en ira. Chapman creía que el músico inglés era el culpable de sus estados de ánimo. Cuando el fanático religioso se enteró además de que Lennon había descrito a los Beatles como "más famosos que Jesús", la ira se volvió odio.
Bajo presión
Por esa época John Lennon vivía en Estados Unidos. Nueva York se había convertido en su hogar y desde su caro apartamento en el barrio de West Side tenía una vista privilegiada de su querido Central Park. Sin embargo, el exitoso ex Beatle había estado bajo fuerte presión: de la industria discográfica, de las autoridades inmigratorias, de los fans, de los medios, y sobre todo de sí mismo.
Después del alcohol y las drogas vino la separación de Yoko Ono, luego la reconciliación y en 1975 su hijo Sean. Lennon se dedicó a Sean y al hogar y ya casi no aparecía en público. La estrella mundial se había convertido en “un hombre de su casa”.
¿Puedo hacer algo más por ti?
Chapman firmó su permiso de vacaciones como "John Lennon" y voló a Nueva York. Construyó un altar en su cuarto de hotel y reemplazó en su ejemplar del Evangelio de San Juan la palabra "John" (Juan) por "Lennon". Esperó a Lennon delante del edificio "Dakota", donde vivía el músico, con un ejemplar de "El cazador oculto", de J.D.Salinger, cuyo personaje principal, el adolescente rebelde Holden Caulfield, era su héroe.
Lennon le firmó un disco delante de su vivienda y le preguntó amablemente: "¿Puedo hacer algo más por ti?". Chapman se quedó turbado. ¿Ése era el diablo? Sorprendido por la amabilidad de Lennon, dejó su calibre 38 escondida.
Sin embargo, cuando Lennon volvió a aparecer horas más tarde, Chapman seguía teniendo consigo su revólver y casetes con 14 horas de música de los Beatles. El inglés bajó de su limusina y pasó delante del joven de 25 años. "Mr. Lennon", lo llamó, y le descerrajó cinco tiros. Lennon aún vivía cuando llegó al hospital, pero murió 19 minutos después de haber recibido los disparos. El asesino fue detenido rápidamente. Esperó a los policías delante del "Dakota", leyendo su libro.
Despertar de un sueño
El asesinato de Lennon causó conmoción mundial. Nadie estaba preparado para enterarse del magnicidio de uno de los pacifistas más famosos. Los fans se reunieron en todas partes, tocaron su música y cantaron sus canciones. "Recuerdo el ruido que hacía la gente que estaba fuera", recordó su hijo Sean, que en ese entonces tenía cinco años. "Recuerdo las fogatas y las canciones y los cercos policiales".
Sean, que tiene ahora 35 años, se parece mucho a su padre físicamente y canta sus canciones. "Fue como si despertara de un sueño. Desde ese momento, no volví a ser niño", ha dicho.
Chapman no volvió a estar en libertad. Cada vez que hay un pedido de libertad condicional, Yoko Ono lucha contra él, hasta ahora siempre con éxito. Los discos de Lennon se siguen vendiendo, es una estrella. El ex Beatle sabía que las estrellas no mueren en la cama. "O nos morimos en un accidente de avión, o nos mata algún loco", había dicho él mismo en 1965.
Autor: Rosa Muñoz Lima/ dpa
Editor: Enrique López
fuente: http://www.dw-world.de/
En la última foto de John Lennon sólo se ve a su asesino a su lado. El hombre esboza una sonrisa tímida y mira a su ídolo con sus grandes anteojos mientras Lennon le firma un disco. Un par de horas después, los dos hombres volverán a verse: Mark David Chapman sacará su revólver y le disparará cinco veces por la espalda.
"¿Sabes lo que has hecho?", le gritó un portero que se encontraba cerca. El asesino contestó impávido: "Acabo de matar a John Lennon".
¿“Más famoso que Jesús”?
Lennon había cumplido 40 años hacía poco y era una figura de culto para toda una generación. Primero fue su música lo que fascinó a las personas en todo el mundo. Luego fueron sus posturas políticas, su arte y sus happenings los que encantaron y enloquecieron a millones de personas, incluido Chapman, su asesino. El joven tejano estaba fascinado con Lennon. Incluso se casó con una japonesa, a imagen y semejanza de la unión de Lennon con Yoko Ono.
Sin embargo, en algún momento, la admiración se transformó en ira. Chapman creía que el músico inglés era el culpable de sus estados de ánimo. Cuando el fanático religioso se enteró además de que Lennon había descrito a los Beatles como "más famosos que Jesús", la ira se volvió odio.
Bajo presión
Por esa época John Lennon vivía en Estados Unidos. Nueva York se había convertido en su hogar y desde su caro apartamento en el barrio de West Side tenía una vista privilegiada de su querido Central Park. Sin embargo, el exitoso ex Beatle había estado bajo fuerte presión: de la industria discográfica, de las autoridades inmigratorias, de los fans, de los medios, y sobre todo de sí mismo.
Después del alcohol y las drogas vino la separación de Yoko Ono, luego la reconciliación y en 1975 su hijo Sean. Lennon se dedicó a Sean y al hogar y ya casi no aparecía en público. La estrella mundial se había convertido en “un hombre de su casa”.
¿Puedo hacer algo más por ti?
Chapman firmó su permiso de vacaciones como "John Lennon" y voló a Nueva York. Construyó un altar en su cuarto de hotel y reemplazó en su ejemplar del Evangelio de San Juan la palabra "John" (Juan) por "Lennon". Esperó a Lennon delante del edificio "Dakota", donde vivía el músico, con un ejemplar de "El cazador oculto", de J.D.Salinger, cuyo personaje principal, el adolescente rebelde Holden Caulfield, era su héroe.
Lennon le firmó un disco delante de su vivienda y le preguntó amablemente: "¿Puedo hacer algo más por ti?". Chapman se quedó turbado. ¿Ése era el diablo? Sorprendido por la amabilidad de Lennon, dejó su calibre 38 escondida.
Sin embargo, cuando Lennon volvió a aparecer horas más tarde, Chapman seguía teniendo consigo su revólver y casetes con 14 horas de música de los Beatles. El inglés bajó de su limusina y pasó delante del joven de 25 años. "Mr. Lennon", lo llamó, y le descerrajó cinco tiros. Lennon aún vivía cuando llegó al hospital, pero murió 19 minutos después de haber recibido los disparos. El asesino fue detenido rápidamente. Esperó a los policías delante del "Dakota", leyendo su libro.
Despertar de un sueño
El asesinato de Lennon causó conmoción mundial. Nadie estaba preparado para enterarse del magnicidio de uno de los pacifistas más famosos. Los fans se reunieron en todas partes, tocaron su música y cantaron sus canciones. "Recuerdo el ruido que hacía la gente que estaba fuera", recordó su hijo Sean, que en ese entonces tenía cinco años. "Recuerdo las fogatas y las canciones y los cercos policiales".
Sean, que tiene ahora 35 años, se parece mucho a su padre físicamente y canta sus canciones. "Fue como si despertara de un sueño. Desde ese momento, no volví a ser niño", ha dicho.
Chapman no volvió a estar en libertad. Cada vez que hay un pedido de libertad condicional, Yoko Ono lucha contra él, hasta ahora siempre con éxito. Los discos de Lennon se siguen vendiendo, es una estrella. El ex Beatle sabía que las estrellas no mueren en la cama. "O nos morimos en un accidente de avión, o nos mata algún loco", había dicho él mismo en 1965.
Autor: Rosa Muñoz Lima/ dpa
Editor: Enrique López
fuente: http://www.dw-world.de/
Comentarios