Los alemanes comen cada vez más rápido
No sólo en el trabajo los alemanes tienen que ser cada vez más flexibles, sino también a la hora de comer. El estudio Nestlé 2011 revela las costumbres y tendencias alimenticias en Alemania.
Entre las metas y los ámbitos de importancia en la vida de los alemanes, la alimentación ocupa el quinto lugar después de los amigos o la pareja, la familia, la educación y la independencia. Esto no ha cambiado en los últimos dos años, cuando apareció el primer estudio Nestlé 2009. En cambio, ha aumentado la importancia de comida y bebidas buenas.
Pero el mayor deseo de los alemanes es tener más tranquilidad y tiempo a la hora de comer. La vida diaria de los alemanes exige cada vez más flexibilidad y movilidad, sobre todo en el ámbito del trabajo. Por eso una alimentación sana se ha convertido en un reto diario: el transcurso del día de cada tercera persona es irregular y muchos comen por frustración o estrés. La alimentación ha pasado a segundo plano y las horas de la comida se adaptan a los intervalos de tiempo libre. El 67 por ciento de los alemanes quisiera poder dedicarse más a su alimentación.
¿Trabajar o comer?
El 80 por ciento de los alemanes que trabajan tiempo completo comen al medio día fuera de casa. Pero al mismo tiempo el 65 por ciento de ellos opina que la comida en los restauranes de las empresas no es saludable. Como resultado, el 28 por ciento de los alemanes con empleo sólo come bien y a su gusto durante los fines de semana.
Otro problema relacionado al trabajo se presenta entre los jóvenes menores de treinta años, quienes cada vez más sustituyen comidas enteras por refrigerios. En general el consumo de snacks ha aumentado mucho, 40 por ciento de los encuestados dice comer demasiadas golosinas y comida rápida. Estos jóvenes llamados “Heavy Snackers” (consumidores fuertes de snacks) sufren en mayor grado de déficit alimenticio porque comen tarde, irregularmente, menos sano y con avidez. El estudio Nestlé advierte que la carga de trabajo y un transcurso irregular del día son las causas de una alimentación deficitaria muy generalizada en Alemania.
Importa más la calidad que el precio
Alrededor de 4 000 ciudadanos participaron en el estudio sobre el consumo de los alemanes del Instituto Demoscópico Allensbach (Institut für Demoskopie Allensbach). Otras encuestas acerca de la conducta en las compras y el mercado de consumo de niños y jóvenes complementaron los resultados.
En el estudio Nestlé 2009, el 48 por ciento de los alemanes afirmaba que el precio bajo de los alimentos era muy importante. Actualmente este porcentaje perdió casi diez puntos porcentuales. Independientemente de la crisis económica mundial, la sensibilidad por el precio ha ido disminuyendo entre los consumidores alemanes. En cambio, ha aumentado la exigencia de calidad en los alimentos. Tres de cada cuatro personas opina que los alimentos en Alemania son de buena hasta muy buena calidad. Aunque los productos ecológicos se siguen consumiendo, los alimentos de origen regional se han vuelto más populares. Otro criterio importante son las condiciones bajo las que se producen los alimentos y la frescura.
En cuanto al tema de la alimentación, en general existe una gran diferencia entre los hombres y las mujeres: mientras que el 56 por ciento de las mujeres en Alemania dice estar conciente de su alimentación, sólo el 32 por ciento de los hombres afirma esta cuestión.
Autora: Violeta Campos
Editora: Emilia Rojas
fuente: http://www.dw-world.de/
No sólo en el trabajo los alemanes tienen que ser cada vez más flexibles, sino también a la hora de comer. El estudio Nestlé 2011 revela las costumbres y tendencias alimenticias en Alemania.
Entre las metas y los ámbitos de importancia en la vida de los alemanes, la alimentación ocupa el quinto lugar después de los amigos o la pareja, la familia, la educación y la independencia. Esto no ha cambiado en los últimos dos años, cuando apareció el primer estudio Nestlé 2009. En cambio, ha aumentado la importancia de comida y bebidas buenas.
Pero el mayor deseo de los alemanes es tener más tranquilidad y tiempo a la hora de comer. La vida diaria de los alemanes exige cada vez más flexibilidad y movilidad, sobre todo en el ámbito del trabajo. Por eso una alimentación sana se ha convertido en un reto diario: el transcurso del día de cada tercera persona es irregular y muchos comen por frustración o estrés. La alimentación ha pasado a segundo plano y las horas de la comida se adaptan a los intervalos de tiempo libre. El 67 por ciento de los alemanes quisiera poder dedicarse más a su alimentación.
¿Trabajar o comer?
El 80 por ciento de los alemanes que trabajan tiempo completo comen al medio día fuera de casa. Pero al mismo tiempo el 65 por ciento de ellos opina que la comida en los restauranes de las empresas no es saludable. Como resultado, el 28 por ciento de los alemanes con empleo sólo come bien y a su gusto durante los fines de semana.
Otro problema relacionado al trabajo se presenta entre los jóvenes menores de treinta años, quienes cada vez más sustituyen comidas enteras por refrigerios. En general el consumo de snacks ha aumentado mucho, 40 por ciento de los encuestados dice comer demasiadas golosinas y comida rápida. Estos jóvenes llamados “Heavy Snackers” (consumidores fuertes de snacks) sufren en mayor grado de déficit alimenticio porque comen tarde, irregularmente, menos sano y con avidez. El estudio Nestlé advierte que la carga de trabajo y un transcurso irregular del día son las causas de una alimentación deficitaria muy generalizada en Alemania.
Importa más la calidad que el precio
Alrededor de 4 000 ciudadanos participaron en el estudio sobre el consumo de los alemanes del Instituto Demoscópico Allensbach (Institut für Demoskopie Allensbach). Otras encuestas acerca de la conducta en las compras y el mercado de consumo de niños y jóvenes complementaron los resultados.
En el estudio Nestlé 2009, el 48 por ciento de los alemanes afirmaba que el precio bajo de los alimentos era muy importante. Actualmente este porcentaje perdió casi diez puntos porcentuales. Independientemente de la crisis económica mundial, la sensibilidad por el precio ha ido disminuyendo entre los consumidores alemanes. En cambio, ha aumentado la exigencia de calidad en los alimentos. Tres de cada cuatro personas opina que los alimentos en Alemania son de buena hasta muy buena calidad. Aunque los productos ecológicos se siguen consumiendo, los alimentos de origen regional se han vuelto más populares. Otro criterio importante son las condiciones bajo las que se producen los alimentos y la frescura.
En cuanto al tema de la alimentación, en general existe una gran diferencia entre los hombres y las mujeres: mientras que el 56 por ciento de las mujeres en Alemania dice estar conciente de su alimentación, sólo el 32 por ciento de los hombres afirma esta cuestión.
Autora: Violeta Campos
Editora: Emilia Rojas
fuente: http://www.dw-world.de/
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