COLUMNA DE OPINIÓN DEL CUERPO DE BOMBEROS DE CHILE: Los fanales: un viejo sistema de comunicación bomberil , que en caso de llamados se enciende para que los bomberos sepan que su carro bomba se encuentra prestando servicios en algún siniestro
COLUMNA DE OPINIÓN DEL CUERPO DE BOMBEROS DE CHILE: Los fanales: un viejo sistema de comunicación bomberil
Distintos sistema de comunicación han existido durante los casi 160 años de vida de los bomberos en Chile. Desde el sonido de las campanas hasta serenos, han sido los encargados de avisar a los voluntarios sobre una emergencia, que en más de una ocasión rompieron el orden imperante en la ciudad.
Sin embargo un viejo sistema aún no ha sido extinguido por la tecnología y en la actualidad sigue operando silenciosamente en distintos puntos de las ciudades, por lo general en las fachadas de los cuarteles de bomberos.
Estos son los “Fanales”, los cuales se componen de una estructura de metal rodeado de vidrios y con una ampolleta de color rojo que cuelga fuera de las compañías y que en caso de llamados se enciende para que los bomberos sepan que su carro bomba se encuentra prestando servicios en algún siniestro u otro tipo de emergencia.
Asimismo, en caso de un incendio declarado este simple artefacto la diferencia que tiene es que tintinea anunciando que algo se está quemando y que la compañía se encuentra en el lugar apagando el siniestro.
Existen de variados tipos. Uno de ellos es apernado a la pared, como cualquier tipo de iluminación pública, o del exterior de una casa, mientras otros se ubican en la mitad de la calle colgados por cables en dos de sus extremos, dándoles el sostén para que se mantengan estáticos.
Esta idea partió en la década de 1950 en el cuartel de la Décimo Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago y debido a su gran aporte, el Segundo Comandante de la época, Arturo Vargas Matta, la emuló en distintos cuarteles y zonas de la metrópoli.
Uno de ellos fue en la ex casa de la Primera Compañía, ubicada en pleno centro de la capital, en la esquina de las calles Moneda con San Antonio, donde uno de estos instrumentos, entre medio del paso de los “Trolleys” y el caminar de las personas, anunciaba las emergencias que se producían durante el día y la noche.
De igual manera, en otras compañías y sectores de Santiago también se instalaron estos artefactos, donde uno de ellos y con la autorización respectiva de la Iglesia Católica, a un costado del templo ubicado en calle Santo Domingo, frente al Cuartel General, se colocó un fanal que sólo alertaba de los incendios a los voluntarios de la Tercera, Cuarta y Sexta Compañías que se encontraban en ese entonces en dicho edificio.
Con el paso de los años, este ingeniosa forma de comunicación bomberil comenzó a dar frutos y es por ello que frente al Palacio de La Moneda, en calle Nataniel Cox, donde se encuentra la Quinta Compañía de Bomberos, se decidió poner otro fanal, entre medio de dos edificios en dirección a la Alameda, siendo este último el de mejor ubicación, ya que la mayoría de los voluntarios que transitaban por el lugar se percataban inmediatamente de algún incendio que aconteciera en la capital.
Esta singular forma de comunicar los siniestros y que lleva seis décadas funcionando demuestra que por más que avance la tecnología hay elementos del pasado que por más rústicos que sean, hasta el día de hoy son un medio de información capaz de acomodarse a los nuevos tiempos y además, siguen vigentes en la vida bomberil de cualquier voluntario, quien al ver tan singular farol encendido sabe que en algún lugar de su ciudad hay una emergencia y que bomberos la está combatiendo.
fuente: http://www.bomberos.cl/
Distintos sistema de comunicación han existido durante los casi 160 años de vida de los bomberos en Chile. Desde el sonido de las campanas hasta serenos, han sido los encargados de avisar a los voluntarios sobre una emergencia, que en más de una ocasión rompieron el orden imperante en la ciudad.
Sin embargo un viejo sistema aún no ha sido extinguido por la tecnología y en la actualidad sigue operando silenciosamente en distintos puntos de las ciudades, por lo general en las fachadas de los cuarteles de bomberos.
Estos son los “Fanales”, los cuales se componen de una estructura de metal rodeado de vidrios y con una ampolleta de color rojo que cuelga fuera de las compañías y que en caso de llamados se enciende para que los bomberos sepan que su carro bomba se encuentra prestando servicios en algún siniestro u otro tipo de emergencia.
Asimismo, en caso de un incendio declarado este simple artefacto la diferencia que tiene es que tintinea anunciando que algo se está quemando y que la compañía se encuentra en el lugar apagando el siniestro.
Existen de variados tipos. Uno de ellos es apernado a la pared, como cualquier tipo de iluminación pública, o del exterior de una casa, mientras otros se ubican en la mitad de la calle colgados por cables en dos de sus extremos, dándoles el sostén para que se mantengan estáticos.
Esta idea partió en la década de 1950 en el cuartel de la Décimo Tercera Compañía del Cuerpo de Bomberos de Santiago y debido a su gran aporte, el Segundo Comandante de la época, Arturo Vargas Matta, la emuló en distintos cuarteles y zonas de la metrópoli.
Uno de ellos fue en la ex casa de la Primera Compañía, ubicada en pleno centro de la capital, en la esquina de las calles Moneda con San Antonio, donde uno de estos instrumentos, entre medio del paso de los “Trolleys” y el caminar de las personas, anunciaba las emergencias que se producían durante el día y la noche.
De igual manera, en otras compañías y sectores de Santiago también se instalaron estos artefactos, donde uno de ellos y con la autorización respectiva de la Iglesia Católica, a un costado del templo ubicado en calle Santo Domingo, frente al Cuartel General, se colocó un fanal que sólo alertaba de los incendios a los voluntarios de la Tercera, Cuarta y Sexta Compañías que se encontraban en ese entonces en dicho edificio.
Con el paso de los años, este ingeniosa forma de comunicación bomberil comenzó a dar frutos y es por ello que frente al Palacio de La Moneda, en calle Nataniel Cox, donde se encuentra la Quinta Compañía de Bomberos, se decidió poner otro fanal, entre medio de dos edificios en dirección a la Alameda, siendo este último el de mejor ubicación, ya que la mayoría de los voluntarios que transitaban por el lugar se percataban inmediatamente de algún incendio que aconteciera en la capital.
Esta singular forma de comunicar los siniestros y que lleva seis décadas funcionando demuestra que por más que avance la tecnología hay elementos del pasado que por más rústicos que sean, hasta el día de hoy son un medio de información capaz de acomodarse a los nuevos tiempos y además, siguen vigentes en la vida bomberil de cualquier voluntario, quien al ver tan singular farol encendido sabe que en algún lugar de su ciudad hay una emergencia y que bomberos la está combatiendo.
fuente: http://www.bomberos.cl/
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