COLUMNA DE OPINIÓN DEL CUERPO DE BOMBEROS DE CHILE:¿Que hacer si detecta una fuga de gas en su domicilio?

¿Que hacer si detecta una fuga de gas en su domicilio?


Consejos básicos



El uso del gas en los hogares es fundamental para la realización, de manera cómoda, de una serie de actividades cotidianas como lo es el calentamiento del agua para el baño, la cocción de alimentos y la calefacción de habitaciones cuando el invierno se deja caer, sobre todo, en las regiones del centro sur del país.



El multipropósito que otorga este combustible tiene también una arista ecológica, al ser considerada una energía bastante más limpia que otras utilizadas para sus fines -como el carbón, la madera y la parafina- y es también más económica su adquisición, al estar disponible en contenedores de distintos medidas y precios. En resumen, aseverar que el gas es el combustible doméstico por excelencia, capaz de brindar una alta capacidad calórica, de manera práctica y conveniente, es correcto.









Los gases que el comercio ofrece son prácticamente dos: el gas natural y el gas licuado de petróleo (GLP). El primero ha estado en la portada de los periódicos en innumerables oportunidades (la última vez tras el conflicto experimentado en la región magallánica), y debe su nombre de natural dada la baja intervención de procesos industriales para su posterior distribución. Es extraído de yacimientos de petróleo y carbón y su composición está basada en el gas metano (cerca de un 80%), además de la mezcla de otros gases ligeros.



Por otro lado, también es comercializado el GLP, el que es un subproducto del petróleo y corresponde a la mezcla de dos gases: Propano (68%) y Butano (30%). Este gas es almacenado en estado líquido, gasificándose a presión ambiente. Esta característica permite su almacenamiento en cilindros desde 5 kilos hasta en estanques móviles de los camiones de 15 mil litros.









Ambas variedades de combustible no presentan problema alguno si se operan de la manera apropiada, y son conservados en los depósitos de seguridad diseñados para tal objeto, sin embargo, de no cumplirse ciertas normas básicas, la situación puede variar drásticamente. En el hogar, el principal peligro lo representan las fugas de gas, las que podrían llegar a generar tragedias insospechadas.



En el caso del gas natural y dado su peso menor al del aire, éste tenderá a elevarse no existiendo mayores inconvenientes si el incidente se registra en espacios abiertos (por ejemplo, una fuga desde el medidor o desde una cañería rota en la calle). Para estos efectos, es fundamental mantener la calma -el sonido del gas escapando es fuerte y molesto- aislar la zona y llamar a bomberos, para que controlen la situación.









El caso será radicalmente distinto si el escape de gas ocurre dentro de un domicilio. Y mas grave si el combustible liberado es GLP. A diferencia del gas Natural, el gas licuado de petróleo es mas pesado que el aire y por ende, no se elevará. Tenderá a mantenerse a nivel del suelo, abarcando las superficies o niveles más bajos. Al ocurrir esto, son dos los factores que hay que tener en cuenta: el primero tiene relación con la capacidad que tienen ambos gases de desplazar el oxigeno, y el segundo, el riesgo de inflamación, al darse ciertas condiciones.



Es importante aclarar que el gas comercializado para el uso domiciliario no es tóxico ni venenoso, pero si puede provocar asfixia en aquellas personas que lo inhalen en un periodo de tiempo determinado. Además, e independiente que la conexión esté bien realizada, la combustión del gas en una estufa utilizada en una zona sin ventilación provocará que el oxigeno existente se consuma, provocando el mismo efecto anterior.






Más dañino -y con un mayor riesgo de mortalidad, debido al monóxido de carbono- es el uso del calefón en el mismo cuarto de baño o la cocina. Si no existe la posibilidad de cambiar su ubicación, es imprescindible generar la ventilación apropiada abriendo las ventanas (mientras está en funcionamiento) o disponer de aberturas que permitan el paso de aire fresco.









Para mitigar los daños que puede causar la inhalación de gas, es fundamental trasladar a la persona hacia una zona en donde haya aire fresco. Si además la conciencia del afectado se ve deprimida, debe llamarse de inmediato a los servicios de Salud a los que esté afiliado (SAMU o servicios privados).



También debe tener conciencia del alto grado de inflamabilidad que revisten estos combustibles. Por ello, por ningún punto de vista encienda o apague luces si sospecha de un escape de gas. Abra puertas y ventanas con el objeto de ventilar el espacio y cierre las llaves de paso.



No olvide llamar a bomberos y mantener la ventilación hasta que bomberos señale lo contrario. Nunca permita que terceros, ante la duda de una fuga, intenten ubicarla empleando fósforos. Además, cuando instale un cilindro nuevo al regulador, jamás retire el sello ayudado de un cuchillo, una tijera o cualquier objeto con filo. Esto podría ocasionar la ruptura del anillo de goma que permite una conexión segura, permitiendo el escape del combustible.









FUENTE: http://www.bomberos.cl/ 

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