Dato: El Cine .
El Cine .
El Séptimo Arte, testigo del mundo, juez de la sociedad, fábrica de sueños. Estas son algunos de los tantos nombres que ha recibido el cine. Para Charles Chaplin era una de las más grandes formas de arte: “la que mejor puede traducir el nuevo dinamismo de nuestro mundo moderno”
Durante todo el siglo XX ha sido el cinema el arte más popular, convirtiéndose en algunos países en una gran industria, que lo ha llevado a avanzar constantemente en su técnica.
Las primeras películas nacieron cuando Thomas Alva Edison construyó el gran aparato para proyectarlas en 1891. La gente en ese entonces hacía largas colas en Estados Unidos, para depositar cinco centavos en una ranura y ver durante 15 segundos por el CINESTOSCOPIO de Edison.
Luego, en París, los hermanos Louis y Auguste Lumiére causaron sensación al construir un nuevo proyector en el sótano del Grand Café. Ese fue el primer local comercial que se destinó a la proyección de un filme y la gente se volcó a ver aquellas primeras películas de los Lumiére. Presentaban una noticia, mostraban a la gente en sus oficios diarios. La salida de una fábrica, las calles de la ciudad. “Es la vida misma, el movimiento tomado de la realidad”, decía en esa época el periódico de París La Poste.
Los Nickelodeons, la primera cadena de cines, se construyó en Estados Unidos a partir de 1905. El cinematógrafo se convirtió en esos primeros años del siglo en el medio de expresión que eclipsó a todos los demás, divertía, educaba, se utilizó políticamente, hacía feliz y entristecía a la gente.
Con mucha rapidez los empresarios desarrollaron nuevas técnicas, nuevos temas y nuevos medios para distribuir las películas. A los pocos años del debut de los Lumiére, su reportero Feliz Mesguich filmó Buffalo Bill y su espectáculo del salvaje Oeste, en 1903; también una cacería de tigres y la ascensión del monte Fiji en Japón. Todo hecho de cierta importancia comenzó a ser captado por las cámaras del cine.
Si la cámara no estaba en el lugar de la noticia, el acontecimiento podía reproducirse. Meliés otro de los grandes iniciadores del cine, reprodujo el hundimiento del acorazado “Maine” en un acuario. La erupción del Monte Pelé, en la isla Martinica, en 1902, se reprodujo con una maqueta.
Como espectáculo, el cine no tenía igual, Meliés lo convirtió en pura magia: figuras y objetos que aparecían o desaparecían en una nube de humo, cabezas sin cuerpo que crecían hasta tamaños desmesurados. Incluso en nuestros días las películas de Meliés con sus fantásticas tramoyas y trucos, deleitan al público. Viaje a la Luna (1902) y la Conquista del Polo (1912) constituyen obras clásicas de los inicios del cine.
Hollywood: La Meca del Cine .
Antes de la Primera Guerra Mundial la industria europea dominaba el cine, pero debido a la conflagración, el centro de negocio cinematográfico (actores y camarógrafos) se trasladó a California, en Estados Unidos, inicialmente a una plantación de naranjales cercana a Los Ángeles llamada Hollywood.
En 1914 el actor Charles Chaplin, que entonces contaba con 25 años, realizó en Hollywood, en un solo año, 35 películas para Mack Sennett. Chaplin el moralista, dignificaba en sus representaciones los fracasos humanos, como el hombrecillo perdido en un mundo hostil.
Nacía también en esa época el starsystem, la gran técnica de publicidad: aparición de grandes personajes, enormes contratos, clubes de fans, revistas y fomento a la correspondencia con los admiradores.
En Alemania, la desilusión de la derrota de 1918 dio origen a películas de tono pesimista, pero de un brillante realismo. Entre ellas, “Los crímenes del museo de cera”, de 1924; y “La calle sin alegría”, de 1925, en la que Greta Garbo personificaba los sufrimientos causados por la atroz inflación alemana.
En los Estados Unidos la producción de los años treinta estuvo marcada por la ley seca y la gran depresión; las películas de gangster estaban en su apogeo; los musicales y las comedias hacían la vida un poco más tolerable frente al paro y la pobreza.
Tras la Segunda Guerra Mundial el cine continuó siendo el espectáculo más popular en todo el mundo. Unas 200 millones de personas acudían a él todas las semanas.
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
El Séptimo Arte, testigo del mundo, juez de la sociedad, fábrica de sueños. Estas son algunos de los tantos nombres que ha recibido el cine. Para Charles Chaplin era una de las más grandes formas de arte: “la que mejor puede traducir el nuevo dinamismo de nuestro mundo moderno”
Durante todo el siglo XX ha sido el cinema el arte más popular, convirtiéndose en algunos países en una gran industria, que lo ha llevado a avanzar constantemente en su técnica.
Las primeras películas nacieron cuando Thomas Alva Edison construyó el gran aparato para proyectarlas en 1891. La gente en ese entonces hacía largas colas en Estados Unidos, para depositar cinco centavos en una ranura y ver durante 15 segundos por el CINESTOSCOPIO de Edison.
Luego, en París, los hermanos Louis y Auguste Lumiére causaron sensación al construir un nuevo proyector en el sótano del Grand Café. Ese fue el primer local comercial que se destinó a la proyección de un filme y la gente se volcó a ver aquellas primeras películas de los Lumiére. Presentaban una noticia, mostraban a la gente en sus oficios diarios. La salida de una fábrica, las calles de la ciudad. “Es la vida misma, el movimiento tomado de la realidad”, decía en esa época el periódico de París La Poste.
Los Nickelodeons, la primera cadena de cines, se construyó en Estados Unidos a partir de 1905. El cinematógrafo se convirtió en esos primeros años del siglo en el medio de expresión que eclipsó a todos los demás, divertía, educaba, se utilizó políticamente, hacía feliz y entristecía a la gente.
Con mucha rapidez los empresarios desarrollaron nuevas técnicas, nuevos temas y nuevos medios para distribuir las películas. A los pocos años del debut de los Lumiére, su reportero Feliz Mesguich filmó Buffalo Bill y su espectáculo del salvaje Oeste, en 1903; también una cacería de tigres y la ascensión del monte Fiji en Japón. Todo hecho de cierta importancia comenzó a ser captado por las cámaras del cine.
Si la cámara no estaba en el lugar de la noticia, el acontecimiento podía reproducirse. Meliés otro de los grandes iniciadores del cine, reprodujo el hundimiento del acorazado “Maine” en un acuario. La erupción del Monte Pelé, en la isla Martinica, en 1902, se reprodujo con una maqueta.
Como espectáculo, el cine no tenía igual, Meliés lo convirtió en pura magia: figuras y objetos que aparecían o desaparecían en una nube de humo, cabezas sin cuerpo que crecían hasta tamaños desmesurados. Incluso en nuestros días las películas de Meliés con sus fantásticas tramoyas y trucos, deleitan al público. Viaje a la Luna (1902) y la Conquista del Polo (1912) constituyen obras clásicas de los inicios del cine.
Hollywood: La Meca del Cine .
Antes de la Primera Guerra Mundial la industria europea dominaba el cine, pero debido a la conflagración, el centro de negocio cinematográfico (actores y camarógrafos) se trasladó a California, en Estados Unidos, inicialmente a una plantación de naranjales cercana a Los Ángeles llamada Hollywood.
En 1914 el actor Charles Chaplin, que entonces contaba con 25 años, realizó en Hollywood, en un solo año, 35 películas para Mack Sennett. Chaplin el moralista, dignificaba en sus representaciones los fracasos humanos, como el hombrecillo perdido en un mundo hostil.
Nacía también en esa época el starsystem, la gran técnica de publicidad: aparición de grandes personajes, enormes contratos, clubes de fans, revistas y fomento a la correspondencia con los admiradores.
En Alemania, la desilusión de la derrota de 1918 dio origen a películas de tono pesimista, pero de un brillante realismo. Entre ellas, “Los crímenes del museo de cera”, de 1924; y “La calle sin alegría”, de 1925, en la que Greta Garbo personificaba los sufrimientos causados por la atroz inflación alemana.
En los Estados Unidos la producción de los años treinta estuvo marcada por la ley seca y la gran depresión; las películas de gangster estaban en su apogeo; los musicales y las comedias hacían la vida un poco más tolerable frente al paro y la pobreza.
Tras la Segunda Guerra Mundial el cine continuó siendo el espectáculo más popular en todo el mundo. Unas 200 millones de personas acudían a él todas las semanas.
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
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