Ecoetiquetado de productos pesqueros
Ecoetiquetado de productos pesqueros
La sociedad muestra cada vez más preocupación por las cuestiones medioambientales, lo que ha que a originado cambios en los mensajes publicitarios. La calidad y el origen, que han sido los mensajes tradicionales, coexisten con declaraciones sobre las propiedades nutricionales de los alimentos, la sostenibilidad, la huella del carbono o el ahorro energético.
Lunes, 09 de Mayo de 2011
Avanzamos, por tanto, hacia un mercado en el que el proceso de compra se vuelve un poco más complicado para el consumidor, que a la hora de elegir debe evaluar y saber diferenciar todas las etiquetas que acompañan a un producto y saber interpretarlas.
En general, los ciudadanos de los países desarrollados son los que muestran una mayor conciencia medioambiental en el proceso de compra, lo que se refleja en una mayor oferta de productos con ecoetiquetas. Así, por ejemplo, los países que cuentan con más certificaciones MSC (Marine Stewardship Council) son los del centro y norte de Europa, Canadá, EEUU y Nueva Zelanda. No obstante, en los últimos años, las organizaciones pesqueras de los países en desarrollo también se están posicionando en materia de sostenibilidad y, especialmente, las que exportan sus productos a países desarrollados.
Qué son y cómo empezaron los sistemas de ecoetiquetado
Conforme a la definición de la FAO, los sistemas de ecoetiquetado son los que permiten a los productos pesqueros exhibir un logotipo, distintivo o una declaración que certifican que el pescado ha sido capturado de conformidad con las normas de conservación y sostenibilidad. El logotipo o la declaración tienen la finalidad de posibilitar el reconocimiento y selección del producto por parte de los compradores, contribuyendo así a promover y estimular la utilización sostenible de los recursos pesqueros.
En la última década, han proliferado los programas voluntarios de ecoetiquetado de los productos pesqueros, basados en su mayor parte, en el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO (publicado en 1995, en el que se establecen principios y normas para la explotación sostenible de los recursos acuáticos vivos, en consonancia con el medio ambiente). Muchos de estos sistemas voluntarios han sido impulsados por las organizaciones conservacionistas, las industrias privadas y los gobiernos, y parten del supuesto de que el comportamiento de compra del consumidor no se basa solo en el precio y las normas obligatorias de calidad y sanidad, sino que existen otros atributos que el consumidor valora y que tienen que ver con objetivos ecológicos, ambientales, económicos y sociales.
Ante la enorme proliferación de los sistemas de ecoetiquetado voluntarios, la FAO publicó en el 2005 las "Directrices para el Ecoetiquetado de Pescado y Productos Pesqueros de la Pesca de Captura Marina", documento en el que se establecen los principios, consideraciones generales, términos y definiciones, requisitos mínimos, criterios, etc., para el ecoetiquetado de pescado y productos pesqueros de la pesca extractiva.
El Gobierno Español también está apoyando estas iniciativas mediante el Proyecto de Ley de Pesca Sostenible, aprobado en septiembre de 2010, con el objetivo principal de realizar una explotación racional, responsable y sostenible de los recursos pesqueros, de acuerdo con la normativa comunitaria, internacional y el Código de Conducta para la Pesca Responsable de FAO
Una oferta de ecoetiquetas muy amplia
Existe una gran diversidad en cuanto a ecoetiquetado en los productos de la pesca. Cada organización establece su propio estándar de certificación, bien de forma independiente, o bien, en colaboración con otras organizaciones, como las de productores, consumidores, centros de investigación o administraciones públicas.
Así, en el campo de la certificación de pesca extractiva, destacan el Marine Stewardship Council (MSC), Friend of the Sea, Dolphin Safe, KRAV o la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF). En el campo de la acuicultura destacan certificaciones como Friend of the Sea, Naturland, Bioland, Global Aquaculture Aliance (Best Aquaculture Practices), KRAV o el Aquaculture Stewardship Council (ASC).
Además, existen organizaciones conservacionistas como Greenpeace, WWF, el acuario de la Bahía de Monterrey o el Blue Ocean Institute, que publican listas rojas de especies en peligro de extinción o informes sobre las políticas de compras de las grandes cadenas de distribución o sobre los esquemas de ecoetiquetado voluntario.
La certificación que más notoriedad ha adquirido a nivel mundial es, sin lugar a dudas, el MSC. El balance a finales del 2010 era de 70 pesquerías certificadas y 117 más en período de evaluación. En el informe MSC de los años 2009-2010 no figura ninguna pesquería española certificada, ni en proceso de evaluación, aunque es muy probable que haya pesquerías para las que se haya solicitado la pre-evaluación.
Controversia sobre los programas de certificación ecológica de los productos pesqueros
A pesar de que todas estas iniciativas constituyen importantes avances a la hora de aumentar el grado de sostenibilidad de las actividades pesqueras y acuícolas, un estudio del año 2010 sobre la efectividad de los programas de certificación ecológica de los productos pesqueros, encargado por la World Wildlife Fund (WWF) a la empresa de consultoría estadounidense Accenture Development Partnerships (ADP), aduce una baja efectividad de las etiquetas actuales y demanda la introducción de mejoras. Entre los siete programas evaluados, el del MSC fue el que obtuvo la mejor calificación, seguido de Naturland, Friend of the Sea, KRAV, Dolphin Safe, Mel-Japan y Southern Rocklobster. Según el informe de ADP, con la excepción del MSC, el resto de los esquemas de certificación analizados no evalúan las pesquerías de forma comprensible y suficientemente eficaz para garantizar la sostenibilidad de la pesca y la salud de los ecosistemas marinos.
La organización de consumidores de EEUU Food&Waterwatch publicó en el año 2010 un informe en el que tras analizar una serie de eco-etiquetas en los productos de la pesca, se cuestiona si realmente incrementan la sostenibilidad en el mercado y plantea la necesidad de que surjan iniciativas gubernamentales en este sentido. Entre las conclusiones del informe se destaca que los programas de certificación revisados muestran deficiencias en aspectos relacionados con el elevado coste de la certificación (prohibitivo para muchas organizaciones de productores), ambigüedad y falta de transparencia en los criterios de evaluación, insuficiencia para garantizar la sostenibilidad de las pesquerías y ecosistemas marinos, ausencia de criterios relativos a la huella del carbono, esquemas cerrados y poco participativos o, incluso, incongruencia con los criterios establecidos por la FAO para los programas de certificación de las pesquerías.
Opiniones en este mismo sentido han sido publicadas por organizaciones conservacionistas como el Acuario de la Bahía de Monterrey, Oceana o Greenpeace.
El papel de las administraciones públicas en los esquemas de ecoetiquetado
De momento, en la UE no existe una certificación oficial para el ecoetiquetado de los productos pesqueros. Lo que sí existe es una normativa que regula el sistema voluntario de etiqueta ecológica de la UE (Reglamento 66/2010) que se puede aplicar a cualquier bien o servicio suministrado para distribución, consumo o utilización en el mercado comunitario. El logotipo actual es la denominada “Eurohoja” y, en el campo de los productos del mar, se puede aplicar a la producción acuícola de pescado, marisco y algas.
No obstante, está pendiente la determinación de los criterios de concesión de la etiqueta ecológica para los productos alimentarios, incluidos los de la pesca y la acuicultura. Para determinar dichos criterios, la Comisión ha encargado un estudio para investigar la viabilidad de establecer unos criterios fiables que cubran el comportamiento ambiental durante la totalidad del ciclo de vida de los productos. En función de los resultados de dicho estudio, se determinará si es viable y cuáles serán los criterios de concesión de la etiqueta ecológica para los productos acuícolas y de la pesca.
Evolución esperada de los sistemas de ecoetiquetado de los productos pesqueros
Dado que el comercio de productos pesqueros atraviesa un auge sin precedentes y existe una preocupación cada vez mayor por los niveles de explotación de la pesca marina, es previsible que a corto y medio plazo se mantenga la tendencia positiva de los últimos 10 años en la aplicación y mejora de las actuales y nuevas ecoetiquetas. El futuro a largo plazo dependerá de la credibilidad que ofrezcan los sistemas de certificación voluntarios y del grado de participación de organismos como la FAO o las administraciones públicas en los esquemas de ecoetiquetado de los productos pesqueros. Alberto González de Zarate para alimentatec.com
fuente: prochile
La sociedad muestra cada vez más preocupación por las cuestiones medioambientales, lo que ha que a originado cambios en los mensajes publicitarios. La calidad y el origen, que han sido los mensajes tradicionales, coexisten con declaraciones sobre las propiedades nutricionales de los alimentos, la sostenibilidad, la huella del carbono o el ahorro energético.
Lunes, 09 de Mayo de 2011
Avanzamos, por tanto, hacia un mercado en el que el proceso de compra se vuelve un poco más complicado para el consumidor, que a la hora de elegir debe evaluar y saber diferenciar todas las etiquetas que acompañan a un producto y saber interpretarlas.
En general, los ciudadanos de los países desarrollados son los que muestran una mayor conciencia medioambiental en el proceso de compra, lo que se refleja en una mayor oferta de productos con ecoetiquetas. Así, por ejemplo, los países que cuentan con más certificaciones MSC (Marine Stewardship Council) son los del centro y norte de Europa, Canadá, EEUU y Nueva Zelanda. No obstante, en los últimos años, las organizaciones pesqueras de los países en desarrollo también se están posicionando en materia de sostenibilidad y, especialmente, las que exportan sus productos a países desarrollados.
Qué son y cómo empezaron los sistemas de ecoetiquetado
Conforme a la definición de la FAO, los sistemas de ecoetiquetado son los que permiten a los productos pesqueros exhibir un logotipo, distintivo o una declaración que certifican que el pescado ha sido capturado de conformidad con las normas de conservación y sostenibilidad. El logotipo o la declaración tienen la finalidad de posibilitar el reconocimiento y selección del producto por parte de los compradores, contribuyendo así a promover y estimular la utilización sostenible de los recursos pesqueros.
En la última década, han proliferado los programas voluntarios de ecoetiquetado de los productos pesqueros, basados en su mayor parte, en el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO (publicado en 1995, en el que se establecen principios y normas para la explotación sostenible de los recursos acuáticos vivos, en consonancia con el medio ambiente). Muchos de estos sistemas voluntarios han sido impulsados por las organizaciones conservacionistas, las industrias privadas y los gobiernos, y parten del supuesto de que el comportamiento de compra del consumidor no se basa solo en el precio y las normas obligatorias de calidad y sanidad, sino que existen otros atributos que el consumidor valora y que tienen que ver con objetivos ecológicos, ambientales, económicos y sociales.
Ante la enorme proliferación de los sistemas de ecoetiquetado voluntarios, la FAO publicó en el 2005 las "Directrices para el Ecoetiquetado de Pescado y Productos Pesqueros de la Pesca de Captura Marina", documento en el que se establecen los principios, consideraciones generales, términos y definiciones, requisitos mínimos, criterios, etc., para el ecoetiquetado de pescado y productos pesqueros de la pesca extractiva.
El Gobierno Español también está apoyando estas iniciativas mediante el Proyecto de Ley de Pesca Sostenible, aprobado en septiembre de 2010, con el objetivo principal de realizar una explotación racional, responsable y sostenible de los recursos pesqueros, de acuerdo con la normativa comunitaria, internacional y el Código de Conducta para la Pesca Responsable de FAO
Una oferta de ecoetiquetas muy amplia
Existe una gran diversidad en cuanto a ecoetiquetado en los productos de la pesca. Cada organización establece su propio estándar de certificación, bien de forma independiente, o bien, en colaboración con otras organizaciones, como las de productores, consumidores, centros de investigación o administraciones públicas.
Así, en el campo de la certificación de pesca extractiva, destacan el Marine Stewardship Council (MSC), Friend of the Sea, Dolphin Safe, KRAV o la International Seafood Sustainability Foundation (ISSF). En el campo de la acuicultura destacan certificaciones como Friend of the Sea, Naturland, Bioland, Global Aquaculture Aliance (Best Aquaculture Practices), KRAV o el Aquaculture Stewardship Council (ASC).
Además, existen organizaciones conservacionistas como Greenpeace, WWF, el acuario de la Bahía de Monterrey o el Blue Ocean Institute, que publican listas rojas de especies en peligro de extinción o informes sobre las políticas de compras de las grandes cadenas de distribución o sobre los esquemas de ecoetiquetado voluntario.
La certificación que más notoriedad ha adquirido a nivel mundial es, sin lugar a dudas, el MSC. El balance a finales del 2010 era de 70 pesquerías certificadas y 117 más en período de evaluación. En el informe MSC de los años 2009-2010 no figura ninguna pesquería española certificada, ni en proceso de evaluación, aunque es muy probable que haya pesquerías para las que se haya solicitado la pre-evaluación.
Controversia sobre los programas de certificación ecológica de los productos pesqueros
A pesar de que todas estas iniciativas constituyen importantes avances a la hora de aumentar el grado de sostenibilidad de las actividades pesqueras y acuícolas, un estudio del año 2010 sobre la efectividad de los programas de certificación ecológica de los productos pesqueros, encargado por la World Wildlife Fund (WWF) a la empresa de consultoría estadounidense Accenture Development Partnerships (ADP), aduce una baja efectividad de las etiquetas actuales y demanda la introducción de mejoras. Entre los siete programas evaluados, el del MSC fue el que obtuvo la mejor calificación, seguido de Naturland, Friend of the Sea, KRAV, Dolphin Safe, Mel-Japan y Southern Rocklobster. Según el informe de ADP, con la excepción del MSC, el resto de los esquemas de certificación analizados no evalúan las pesquerías de forma comprensible y suficientemente eficaz para garantizar la sostenibilidad de la pesca y la salud de los ecosistemas marinos.
La organización de consumidores de EEUU Food&Waterwatch publicó en el año 2010 un informe en el que tras analizar una serie de eco-etiquetas en los productos de la pesca, se cuestiona si realmente incrementan la sostenibilidad en el mercado y plantea la necesidad de que surjan iniciativas gubernamentales en este sentido. Entre las conclusiones del informe se destaca que los programas de certificación revisados muestran deficiencias en aspectos relacionados con el elevado coste de la certificación (prohibitivo para muchas organizaciones de productores), ambigüedad y falta de transparencia en los criterios de evaluación, insuficiencia para garantizar la sostenibilidad de las pesquerías y ecosistemas marinos, ausencia de criterios relativos a la huella del carbono, esquemas cerrados y poco participativos o, incluso, incongruencia con los criterios establecidos por la FAO para los programas de certificación de las pesquerías.
Opiniones en este mismo sentido han sido publicadas por organizaciones conservacionistas como el Acuario de la Bahía de Monterrey, Oceana o Greenpeace.
El papel de las administraciones públicas en los esquemas de ecoetiquetado
De momento, en la UE no existe una certificación oficial para el ecoetiquetado de los productos pesqueros. Lo que sí existe es una normativa que regula el sistema voluntario de etiqueta ecológica de la UE (Reglamento 66/2010) que se puede aplicar a cualquier bien o servicio suministrado para distribución, consumo o utilización en el mercado comunitario. El logotipo actual es la denominada “Eurohoja” y, en el campo de los productos del mar, se puede aplicar a la producción acuícola de pescado, marisco y algas.
No obstante, está pendiente la determinación de los criterios de concesión de la etiqueta ecológica para los productos alimentarios, incluidos los de la pesca y la acuicultura. Para determinar dichos criterios, la Comisión ha encargado un estudio para investigar la viabilidad de establecer unos criterios fiables que cubran el comportamiento ambiental durante la totalidad del ciclo de vida de los productos. En función de los resultados de dicho estudio, se determinará si es viable y cuáles serán los criterios de concesión de la etiqueta ecológica para los productos acuícolas y de la pesca.
Evolución esperada de los sistemas de ecoetiquetado de los productos pesqueros
Dado que el comercio de productos pesqueros atraviesa un auge sin precedentes y existe una preocupación cada vez mayor por los niveles de explotación de la pesca marina, es previsible que a corto y medio plazo se mantenga la tendencia positiva de los últimos 10 años en la aplicación y mejora de las actuales y nuevas ecoetiquetas. El futuro a largo plazo dependerá de la credibilidad que ofrezcan los sistemas de certificación voluntarios y del grado de participación de organismos como la FAO o las administraciones públicas en los esquemas de ecoetiquetado de los productos pesqueros. Alberto González de Zarate para alimentatec.com
fuente: prochile
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