La Radio .
La Radio .
En 1912 cuando el radioperador del Titanic alertó a los buques que navegaban por aguas próximas que el lujoso trasatlántico había chocado con un iceberg, setecientas personas, de dos mil pasajeros se salvaron. Y ese número pudo haber sido mayor si el operador del barco más próximo hubiera estado en su puesto.
El envío de mensajes para salvar vidas fue una de las primeras aplicaciones que tuvo la radiotelefonía. Primero que nada la usaron los faros y las embarcaciones, para mantenerse en contacto con las estaciones terrestres. En 1903, unos 50 barcos mercantes ya disponían de este sistema inalámbrico. Luego, en la Primera Guerra Mundial, la radio jugó un papel de gran importancia, sobre todo en la batalla de Jutlandia, en 1916, donde hizo posible que por primera vez en un conflicto naval los barcos se comunicaran entre sí dirigidos por un mando único.
Sus inventores .
Como ocurre con la mayoría de los grandes avances técnicos, la transmisión radial no fue inventada por un solo hombre. Científicos como el italiano Guillermo Marconi, el canadiense Reginald Fessenden o e estadounidense Lee de Forest, entre otros, asombraron al mundo, al lograr a principios del siglo XX las primeras transmisiones de sonido y voces desde una distancia otra a través de las ondas radiales.
Los logros de todos estos inventores significaron el inicio de la conquista eléctrica del espacio, pero a ninguno de ellos se le puede considerar como el “padre” de la radio, porque antes existieron muchos otros, cuyos aportes hicieron posible la comunicación sin hilo.
Nada habría sido posible sí previamente Heinrich Hertz, el sabio alemán, no hubiera construido, en 1887, el primer circuito oscilante productor de ondas radiales capaces de viajar por el espacio-ondas herzianas-. O si el científico ruso A.S Popov no hubiera perfeccionado la antena.
Marconi, con su entusiasmo y clarividencia, fue el primero en “desempolvar” las ondas de radio de los laboratorios universitarios y elevarlas al plano comercial. Utilizando grandes antenas transmisoras logró en 1899, enviar el primer mensaje a distancia a través del Canal de la Mancha , y en 1901 captó la primera señal de radio trasatlántica. Fueron tres puntos, equivalentes a la letra S del alfabeto Morse que surcaron más de 3.200 kilómetros entre St. Johns, de Terranova, y Poldhu, en Inglaterra.
Fue Fessenden quien utilizando un micrófono para variar las ondas radiales, las adaptó a las ondas sonoras y logró, en 1906, hacer desde una emisora en Massachussetts la primera transmisión de la voz humana. Luego vino la solución al problema de la recepción con el invento del DIODO, por J.A.Fleming, y su posterior perfeccionamiento en 1909, con el TRÍODO de Lee de Forest. Este permitió recibir con pureza, así como también amplificar la difusión.
Se considera que la primera transmisión pública por radiofonía fue la del 15 de junio de 1920, hecha en Chelmsford, Gran Bretaña, de un concierto de la célebre soprano australiana Nellie Melba, quien cantó un aria de la opera La Boheme, de Puccini. A partir de esos años el proceso de la radio se aceleró en todo el mundo occidental. En 1921 se inauguró la primera emisora francesa, instalada en la cúspide de la torre Eiffel, y en 1922 surgió la British Broadcasting en Gran Bretaña
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
En 1912 cuando el radioperador del Titanic alertó a los buques que navegaban por aguas próximas que el lujoso trasatlántico había chocado con un iceberg, setecientas personas, de dos mil pasajeros se salvaron. Y ese número pudo haber sido mayor si el operador del barco más próximo hubiera estado en su puesto.
El envío de mensajes para salvar vidas fue una de las primeras aplicaciones que tuvo la radiotelefonía. Primero que nada la usaron los faros y las embarcaciones, para mantenerse en contacto con las estaciones terrestres. En 1903, unos 50 barcos mercantes ya disponían de este sistema inalámbrico. Luego, en la Primera Guerra Mundial, la radio jugó un papel de gran importancia, sobre todo en la batalla de Jutlandia, en 1916, donde hizo posible que por primera vez en un conflicto naval los barcos se comunicaran entre sí dirigidos por un mando único.
Sus inventores .
Como ocurre con la mayoría de los grandes avances técnicos, la transmisión radial no fue inventada por un solo hombre. Científicos como el italiano Guillermo Marconi, el canadiense Reginald Fessenden o e estadounidense Lee de Forest, entre otros, asombraron al mundo, al lograr a principios del siglo XX las primeras transmisiones de sonido y voces desde una distancia otra a través de las ondas radiales.
Los logros de todos estos inventores significaron el inicio de la conquista eléctrica del espacio, pero a ninguno de ellos se le puede considerar como el “padre” de la radio, porque antes existieron muchos otros, cuyos aportes hicieron posible la comunicación sin hilo.
Nada habría sido posible sí previamente Heinrich Hertz, el sabio alemán, no hubiera construido, en 1887, el primer circuito oscilante productor de ondas radiales capaces de viajar por el espacio-ondas herzianas-. O si el científico ruso A.S Popov no hubiera perfeccionado la antena.
Marconi, con su entusiasmo y clarividencia, fue el primero en “desempolvar” las ondas de radio de los laboratorios universitarios y elevarlas al plano comercial. Utilizando grandes antenas transmisoras logró en 1899, enviar el primer mensaje a distancia a través del Canal de la Mancha , y en 1901 captó la primera señal de radio trasatlántica. Fueron tres puntos, equivalentes a la letra S del alfabeto Morse que surcaron más de 3.200 kilómetros entre St. Johns, de Terranova, y Poldhu, en Inglaterra.
Fue Fessenden quien utilizando un micrófono para variar las ondas radiales, las adaptó a las ondas sonoras y logró, en 1906, hacer desde una emisora en Massachussetts la primera transmisión de la voz humana. Luego vino la solución al problema de la recepción con el invento del DIODO, por J.A.Fleming, y su posterior perfeccionamiento en 1909, con el TRÍODO de Lee de Forest. Este permitió recibir con pureza, así como también amplificar la difusión.
Se considera que la primera transmisión pública por radiofonía fue la del 15 de junio de 1920, hecha en Chelmsford, Gran Bretaña, de un concierto de la célebre soprano australiana Nellie Melba, quien cantó un aria de la opera La Boheme, de Puccini. A partir de esos años el proceso de la radio se aceleró en todo el mundo occidental. En 1921 se inauguró la primera emisora francesa, instalada en la cúspide de la torre Eiffel, y en 1922 surgió la British Broadcasting en Gran Bretaña
Fuente: Diario La Tercera: Suplemento ICARITO, nº 203, colección Historia del Siglo XX, inventos 1900-1988, Santiago de Chile, 1988.
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