Un programa de horticultura urbana de la FAO en las cinco principales ciudades de la República Democrática del Congo (RDC) ha permitido aliviar los niveles de desnutrición crónica en las ciudades y creado excedentes con un valor de mercado que supera los 400 millones de dólares EEUU.

10 de junio de 2011, Roma - Un programa de horticultura urbana de la FAO en las cinco principales ciudades de la República Democrática del Congo (RDC) ha permitido aliviar los niveles de desnutrición crónica en las ciudades y creado excedentes con un valor de mercado que supera los 400 millones de dólares EEUU.

El programa, lanzado en respuesta al éxodo masivo hacia las ciudades tras cinco años de conflicto en el este del país, ayuda ahora a los productores locales a obtener 330 0000 toneladas de hortalizas anuales.

Esta cifra contrasta con las 148 000 toneladas obtenidas en 2005/2006, con un incremento del 122 por ciento en tan sólo cinco años. Menos del 10 por ciento de las hortalizas producidas son consumidas por los beneficiarios del proyecto.

Las 250 000 toneladas restantes se venden en mercados urbanos y supermercados, por hasta 4 dólares EEUU/kilo en el caso de las principales hortalizas: tomates, pimientos verdes y cebollas.

Cerca de 11,5 millones de personas viven en las cinco ciudades en las que se desarrolla el proyecto: Kinshasa, Lubumbashi, Mbanza-Ngungu, Kisangani y Likasi. La población total de la RDC es de unos 68 millones de habitantes.

Hortalizas en abundancia

Los niveles de producción suponen cerca de 28,6 kilos de hortalizas anuales por residente urbano. Ello se consiguió a través de la puesta en marcha de un programa de horticultura urbana de la FAO de 10,4 millones de dólares EEUU, financiado por Bélgica e implementado por el Ministerio congoleño de Desarrollo Rural desde el año 2000, contando con un fuerte apoyo de los consejos municipales.

"Este programa ha incrementado la ingesta diaria per cápita de micronutrientes -con diferentes tipos de fríjoles, tomates, papas, zanahorias y otras hortalizas- y es por ello una enorme ayuda en la lucha contra la desnutrición, especialmente entre los niños y las mujeres lactantes que viven en las ciudades", señaló Remi Nono-Womdim, oficial de agricultura de la FAO. Se calcula que la mitad de los niños de la RDC sufren desnutrición crónica.

60 000 empleos

Además de alimentos, el programa ha ayudado también a dar empleo e ingresos a 16 000 horticultores a pequeña escala involucrados en la iniciativa, y a 60 000 personas más que forman los eslabones de la cadena hortícola desde el huerto a la mesa del consumidor.

El proyecto de la FAO en la RDC es un modelo emblemático de cómo ayudar a las ciudades a producir sus propios nutrientes y micronutrientes para seguir el ritmo de una demanda creciente. La cifra mundial de residentes urbanos es hoy mayor que la de personas viviendo en zonas rurales, y al situarse las ciudades de más rápido crecimiento en los países en desarrollo, el cultivo de hortalizas en ciudades, suburbios y barrios de viviendas precarias es esencial para mejorar la nutrición y la seguridad alimentaria de los países pobres.

Lubumbashi, la segunda ciudad mayor de la RDC, ha crecido un 50 por ciento en tan solo diez años, para alcanzar 1,5 millones de habitantes. Gracias al proyecto de la FAO, la producción local de hortalizas ha podido seguir este ritmo. Hoy en día los huertos comerciales que rodean la ciudad producen cerca de 60 000 toneladas de hortalizas al año, empleando a 7 800 horticultores a pequeña escala.

Los inmigrantes rurales aportan sus conocimientos

La FAO comenzó su trabajo en la RDC con un estudio previo de los obstáculos a la horticultura urbana y periurbana. El estudio concluyó que las principales dificultades eran la falta de seguridad en la tenencia de la tierra, un acceso limitado al agua, los bajos rendimientos debido a la escasa calidad de las semillas y la ausencia de técnicas de producción apropiadas y de créditos accesibles para los agricultores.

Otros obstáculos incluyen el número limitado de personal formado en el Ministerio de Desarrollo Rural y la falta de tecnologías post-cosecha e instalaciones de mercados que obligan a los productores a vender directamente en sus explotaciones a precios más bajos.

"Fue una ayuda que muchos de los nuevos residentes urbanos eran inmigrantes rurales que ya contaban con conocimientos básicos de producción agrícola", señaló Nono-Womdim. También había disponibles amplias zonas de tierra fértil, en especial alrededor de Lubumbashi.

El enfoque de la FAO

Lo primero que hizo la FAO fue establecer una estructura institucional para servir de enlace entre la FAO, el gobierno y las autoridades locales con las asociaciones de horticultores y campesinos. Suministró nuevas variedades de cultivos e invirtió en la reparación de la infraestructura para el riego y en obras para controlar las inundaciones, lo que ofrece el beneficio añadido de suministrar agua limpia e inocua a las comunidades.

Los campesinos han visto incrementarse sus ingresos en forma drástica. El promedio de ingresos anuales en Kinshasa y Lubumbashi, por ejemplo, pasó de 500 dólares EEUU en 2004 a 2 000 dólares en 2010, y en Likasi el aumento fue desde los 700 dólares a 3 500 dólares en el mismo período, con incrementos similares en otras ciudades.

Para garantizar al consumidor la inocuidad y calidad de los productos, la FAO introdujo la gestión integrada de la producción y la protección, que ayuda a reducir la dependencia de los plaguicidas sintéticos.

Trabajo por hacer

Queda todavía trabajo por hacer y el Servicio Nacional de la RDC para la horticultura urbana y periurbana está preparándose para hacer frente a los desafíos que se avecinan.

"Lo bueno es que hemos demostrado que este objetivo puede alcanzarse, lo que necesitamos ahora es aumentar la producción en la RDC y otros lugares de África", concluyó Nono-Womdim.

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