Diputado Vilches: "Debemos propender a interconectar los sistemas SING y SIC con corriente continua”

Publicado el 28 de septiembre del 2011



“Chile requiere de un parque generador combinado que considere una matriz que complemente la energía hidroeléctrica, térmica y limpia (ERNC), como sistema para proveer de los megawatts que el país requiere y con los que hoy no cuenta”, señaló el legislador UDI.





El diputado de la UDI e integrante de la Comisión de Minería y Energía, Carlos Vilches, dijo que la Comisión Nacional de Energía (CNE), debe contemplar la interconexión de los sistemas SING y SIC con corriente continua.



Según explicó el legislador por Atacama, “la experiencia de países, como Canadá, demuestra que ello es viable, y posibilitaría que los miles de kilómetros de transmisión fuesen más eficientes”.



Sostuvo que al no ser la interconexión corta, sino que abarca todo el norte grande y la zona centro del país -en donde la demanda de energía es mayor- se podría garantizar que el sistema aprovechará en plenitud la capacidad instalada“.



El diputado gremialista dijo que ésta es una inversión que se podrá amortizar con el menor precio que tendrá la energía en los próximos años, lo que redundará, por una parte, en el bajo precio del suministro eléctrico domiciliario y, por otra, en la disminución de los costos de generación”.



Parque combinado



El diputado Carlos Vilches sostuvo que “Chile requiere de un parque generador combinado que considere una matriz que complemente la energía hidroeléctrica, térmica y limpia (ERNC), como sistema para proveer de los megawatts que el país requiere y con los que hoy no cuenta”.



Para que el sistema de generación en Chile sea más estable, explica el parlamentario, se necesita diversificar su matriz energética; por ello, agregó, es absolutamente necesario legislar para establecer incentivos tributarios excepcionales que permitan construir centrales de energía limpia (solar o eólica) y, que los precios de los terrenos en donde el Estado es dueño puedan -una vez evaluados los proyectos- ser rebajados a objeto de permitir que en ellos se instalen centrales generadoras de electricidad.



El legislador señaló que el sostenido crecimiento del país conllevará una demanda mayor de energía que hoy no podemos generar y que -necesariamente- debe ser cubierta con nuevos proyectos.



Antecedentes



En Chile la industria eléctrica fue reestructurada en 1982 mediante un cambio en la regulación, a lo que siguió la privatización de las empresas del sector, cuya industria se organiza regionalmente en cuatro sistemas eléctricos interconectados, que son independientes entre sí, destacando por su mayor generación los sistemas SING y SIC.



En la zona norte opera el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING), que se extiende desde Arica hasta Taltal y posee el 31% de la capacidad instalada del país. Aunque sólo abastece al 6,21% de la población, que está concentrada principalmente en el borde costero y en lugares distantes unos de otros, es de vital importancia para cubrir los altos requerimientos de electricidad por parte de las grandes empresas mineras que operan en el norte.



El SING cuenta con una potencia instalada de 3.698,7 MW y su demanda máxima llega sólo a 1.907 MW; contando, además, con aproximadamente 5.736 km. de líneas de transmisión y que su parque generador está constituido por un 99% de unidades térmicas y sólo un 1% de unidades de generación hidráulicas.



Entre Taltal y Puerto Montt opera el Sistema Interconectado Central (SIC), que es el más grande del país, pues concentra el 68% de la capacidad instalada y abastece al 92,24% de la población. El SIC cuenta con una potencia instalada de 11.361,5 MW y su demanda máxima sólo alcanza a unos 6.139,1 MW. Sus líneas de transmisión, en tanto, llegan a aproximadamente los 8.732 km.



Como antecedente, es válido señalar que los otros dos Sistemas Eléctricos, de Aysén y Magallanes, tienen como potencia instalada, en el primero de los casos, un 40,2 MW y, en el segundo, 98,8 MW; abasteciendo, entre ambas, al 1,54% de población del extremo sur del país.



Dependiendo del sistema eléctrico que se analice, los factores de riesgo que afectan a los participantes de la industria tienen distintos efectos. No obstante, la actividad de generación presenta mayores riesgos que la de transmisión y la de distribución de energía eléctrica.



La generación eléctrica es, a diferencia de los otros segmentos de la industria, una actividad donde predominan los escenarios competitivos. En consecuencia, los resultados pueden ser afectados por escenarios de precios deprimidos o decisiones agresivas de política comercial.



Además de la competencia que deben enfrentar, los participantes de este sector están expuestos a riesgos de desabastecimiento o encarecimiento de los insumos utilizados para generar energía.



En el caso del SING, el aumento del precio del carbón y la restricción de los servicios de gas natural desde Argentina han afectado los costos y la disponibilidad de las centrales generadoras, encareciendo la energía eléctrica en el sistema, que proviene casi totalmente de unidades que utilizan estos combustibles. No obstante, aún en un escenario de crisis de abastecimiento, la posibilidad de que este sistema enfrente un racionamiento energético es baja, debido a que cuenta con una sobreinstalación de capacidad de generación, que prácticamente duplica la demanda del sistema.



En el SIC, la importancia de las unidades hidroeléctricas conlleva a que el sistema dependa principalmente de las condiciones hidrológicas. La incorporación de centrales a gas natural permitió aumentar la fortaleza del sistema frente a eventuales sequías; en contraposición, se introdujo la dependencia del abastecimiento de este combustible desde Argentina. Cabe destacar que, a modo de respaldo, cerca de un 60% de la capacidad instalada en centrales a gas natural puede operar con combustibles alternativos, pero a un costo considerablemente elevado.



Un tema no menor, es que para un sistema más estable también se necesita diversificar la matriz energética. Hacia 2035 el país duplicara su capacidad instalada y en los próximos 26 años, pasará de los actuales 14 mil MW a unos 38 mil MW.