Ministerio de Agricultura confirma cumplimiento de Ley de Alcoholes en producción de chicha
Con el objetivo de valorar el cumplimiento de las disposiciones de la Ley de Alcoholes y su reglamento, el ministro de Agricultura, José Antonio Galilea, junto al director nacional (S) del Servicio Agrícola y Ganadero, Horacio Bórquez, visitaron esta mañana la chichería artesanal de Hernán Urbano Pinto, en la localidad de El Monte.
En el lugar, el ministro Galilea indicó que Fiestas Patrias es la temporada en la que se registra el mayor consumo de chicha en el país, brebaje que se caracteriza por mantener mayoritariamente una elaboración artesanal. “Por ello, el Minagri, a través del SAG, fiscaliza la elaboración de estos productos, a fin de garantizar que correspondan genuinamente a esos tipos de bebidas alcohólicas y así evitar que sean falsificados, adulterados o elaborados fuera de norma”.
Asimismo, la autoridad destacó que este permanente trabajo del SAG ha permitido que “celebremos que durante los últimos años, el 100% de las muestras analizadas en la Región Metropolitana han cumplido todas las disposiciones legales vigentes, lo que demuestra un gran compromiso de parte de los elaboradores de la zona por entregar un producto de calidad para los consumidores”.
Cabe destacar que la producción de chicha en el ámbito nacional se estima cercana a los 800 mil litros, destacándose como las principales regiones productoras Maule con 443.990 litros y Valparaíso, con 231.600 litros.
El director nacional (s) del SAG, señaló que a pesar de que la producción de esta bebida está regulada y controlada por ley, “es conveniente que los consumidores adquieran y consuman chichas sin ningún olor extraño -de buen aroma entre fruta y vino-, sin sabor a sacarina, sin partículas en suspensión y, en el caso de dudas sobre el producto, exigir procedencia con documentación de respaldo”.
Las prácticas no autorizadas y que constituyen las infracciones más comúnmente detectadas en la etapa de producción son la adición de agua, uso de endulzantes artificiales no permitidos, uso de preservantes no autorizados y elaboración de chicha a partir de materias primas no permitidas, entre otros.
En tanto, el SAG debe velar también por el cumplimiento de los aspectos administrativos, tales como libros de existencia, emisión correcta de guías, despacho y facturas, entre otros.
Los infractores se exponen a sanciones que van desde las destrucción de toda la partida muestreada hasta el pago de una multa máxima de 150 UTM (más de $5.780.000.-) En el caso de reincidencia en la falta, el SAG puede ordenar la clausura de los locales.
En el lugar, el ministro Galilea indicó que Fiestas Patrias es la temporada en la que se registra el mayor consumo de chicha en el país, brebaje que se caracteriza por mantener mayoritariamente una elaboración artesanal. “Por ello, el Minagri, a través del SAG, fiscaliza la elaboración de estos productos, a fin de garantizar que correspondan genuinamente a esos tipos de bebidas alcohólicas y así evitar que sean falsificados, adulterados o elaborados fuera de norma”.
Asimismo, la autoridad destacó que este permanente trabajo del SAG ha permitido que “celebremos que durante los últimos años, el 100% de las muestras analizadas en la Región Metropolitana han cumplido todas las disposiciones legales vigentes, lo que demuestra un gran compromiso de parte de los elaboradores de la zona por entregar un producto de calidad para los consumidores”.
Cabe destacar que la producción de chicha en el ámbito nacional se estima cercana a los 800 mil litros, destacándose como las principales regiones productoras Maule con 443.990 litros y Valparaíso, con 231.600 litros.
El director nacional (s) del SAG, señaló que a pesar de que la producción de esta bebida está regulada y controlada por ley, “es conveniente que los consumidores adquieran y consuman chichas sin ningún olor extraño -de buen aroma entre fruta y vino-, sin sabor a sacarina, sin partículas en suspensión y, en el caso de dudas sobre el producto, exigir procedencia con documentación de respaldo”.
Las prácticas no autorizadas y que constituyen las infracciones más comúnmente detectadas en la etapa de producción son la adición de agua, uso de endulzantes artificiales no permitidos, uso de preservantes no autorizados y elaboración de chicha a partir de materias primas no permitidas, entre otros.
En tanto, el SAG debe velar también por el cumplimiento de los aspectos administrativos, tales como libros de existencia, emisión correcta de guías, despacho y facturas, entre otros.
Los infractores se exponen a sanciones que van desde las destrucción de toda la partida muestreada hasta el pago de una multa máxima de 150 UTM (más de $5.780.000.-) En el caso de reincidencia en la falta, el SAG puede ordenar la clausura de los locales.
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