SEMINARIO ACADEMIA PARLAMENTARIA: “Globalización impacta a partidos políticos y al Congreso Nacional”La afirmación la hizo el sociólogo y Doctor en Ciencias Políticas, Ernesto Ottone, en una conferencia titulada “El Congreso, el cambio histórico y la crisis de la política institucional”, realizada esta semana en el Seminario “El Congreso del Siglo XXI”, en el marco del Bicentenario del Congreso Nacional.
SEMINARIO ACADEMIA PARLAMENTARIA: “Globalización impacta a partidos políticos y al Congreso Nacional”La afirmación la hizo el sociólogo y Doctor en Ciencias Políticas, Ernesto Ottone, en una conferencia titulada “El Congreso, el cambio histórico y la crisis de la política institucional”, realizada esta semana en el Seminario “El Congreso del Siglo XXI”, en el marco del Bicentenario del Congreso Nacional.
El conferencista señaló que la globalización, interpretada como la contracción del tiempo y el espacio, causa un vertiginoso proceso de cambios, lo que afecta a la democracia en su dimensión procedimental y en la demanda de otorgar mayor igualdad.
Añadió que la revolución de las tecnologías de la información y el incremento de las redes sociales, han modificado acelerada y dramáticamente la sociedad. Señaló que hoy en Chile más celulares que habitantes en el territorio nacional y que su uso, junto a otras plataformas tecnológicas, han cambiado la forma de percibir y enjuiciar el entorno, lo que incide en la manera cómo se disputa el poder y cómo se ejerce.
Las TICs cuestionan la democracia, atenúan la intermediación de la élite con las personas y se desmaterializa a las instituciones, dijo. Indicó que quienes más sufren los cambios son los partidos políticos y su institución más representativa, el Congreso Nacional.
En esta doble crisis los partidos pierden legitimidad, se alteran sus anclajes sociales y sus electores se trasladan a figuras momentáneas. Asimismo, las actividades cívicas pierden fuerza, y los partidos sólo cobran vida para las elecciones.
Ottone afirmó que como los partidos son consustanciales a la democracia, deben adecuarse a la nueva realidad, porque no pueden ser reemplazados por los movimientos sociales. Sostuvo que la democracia es el sistema que mejor garantiza las libertades individuales, pone límites y reglas al ejercicio del poder y otorga respeto a las minorías.
Señaló que el mercado, la farándula y el espectáculo trasladan sus elementos a la política, corroyendo los viejos ritos republicanos y configurando lo que Castell llamó hace ya varios años la “personalización de la política”; enfatizó que ello tiene un correlato en la frase “siento, luego existo”. A ello contribuye el ejercicio de los medios, principalmente la televisión, que han mezclado la información con la entretención.
Alertó contra el ejercicio de regímenes que llamó “neo jacobinos”, que tienen un origen democrático, pero su práctica se aleja de este ideal, y citó, como ejemplo, el caso italiano, donde el actual Primer Ministro promueve una ley para ser inmune a ser investigado por la justicia.
La democracia, sostuvo, es un conjunto de reglas que requiere de una cultura democrática, sino es letra muerta. Sostuvo que los instrumentos políticos están rezagados respecto de la globalización en curso y enfatizó que el desafío es generar nuevas formas de confianza entre las instituciones y los ciudadanos.
Postuló la necesidad de reformar los partidos políticos para darles legitimidad, encantar a los ciudadanos y relacionarse de una manera diferente con los medios, que no sea replicar mecanismos de mercado como la farándula y el espectáculo.
Necesitamos instituciones y políticos que no nieguen, sino que naveguen en las nuevas tecnologías de la información, sólo así se podrá combatir el nihilismo imperante, dijo Ottone, tras citar a un personaje de Borges que describía cómo en un país imaginario los gobernantes fueron tornándose cada vez más irrelevantes.
El conferencista señaló que la globalización, interpretada como la contracción del tiempo y el espacio, causa un vertiginoso proceso de cambios, lo que afecta a la democracia en su dimensión procedimental y en la demanda de otorgar mayor igualdad.
Añadió que la revolución de las tecnologías de la información y el incremento de las redes sociales, han modificado acelerada y dramáticamente la sociedad. Señaló que hoy en Chile más celulares que habitantes en el territorio nacional y que su uso, junto a otras plataformas tecnológicas, han cambiado la forma de percibir y enjuiciar el entorno, lo que incide en la manera cómo se disputa el poder y cómo se ejerce.
Las TICs cuestionan la democracia, atenúan la intermediación de la élite con las personas y se desmaterializa a las instituciones, dijo. Indicó que quienes más sufren los cambios son los partidos políticos y su institución más representativa, el Congreso Nacional.
En esta doble crisis los partidos pierden legitimidad, se alteran sus anclajes sociales y sus electores se trasladan a figuras momentáneas. Asimismo, las actividades cívicas pierden fuerza, y los partidos sólo cobran vida para las elecciones.
Ottone afirmó que como los partidos son consustanciales a la democracia, deben adecuarse a la nueva realidad, porque no pueden ser reemplazados por los movimientos sociales. Sostuvo que la democracia es el sistema que mejor garantiza las libertades individuales, pone límites y reglas al ejercicio del poder y otorga respeto a las minorías.
Señaló que el mercado, la farándula y el espectáculo trasladan sus elementos a la política, corroyendo los viejos ritos republicanos y configurando lo que Castell llamó hace ya varios años la “personalización de la política”; enfatizó que ello tiene un correlato en la frase “siento, luego existo”. A ello contribuye el ejercicio de los medios, principalmente la televisión, que han mezclado la información con la entretención.
Alertó contra el ejercicio de regímenes que llamó “neo jacobinos”, que tienen un origen democrático, pero su práctica se aleja de este ideal, y citó, como ejemplo, el caso italiano, donde el actual Primer Ministro promueve una ley para ser inmune a ser investigado por la justicia.
La democracia, sostuvo, es un conjunto de reglas que requiere de una cultura democrática, sino es letra muerta. Sostuvo que los instrumentos políticos están rezagados respecto de la globalización en curso y enfatizó que el desafío es generar nuevas formas de confianza entre las instituciones y los ciudadanos.
Postuló la necesidad de reformar los partidos políticos para darles legitimidad, encantar a los ciudadanos y relacionarse de una manera diferente con los medios, que no sea replicar mecanismos de mercado como la farándula y el espectáculo.
Necesitamos instituciones y políticos que no nieguen, sino que naveguen en las nuevas tecnologías de la información, sólo así se podrá combatir el nihilismo imperante, dijo Ottone, tras citar a un personaje de Borges que describía cómo en un país imaginario los gobernantes fueron tornándose cada vez más irrelevantes.
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