Experiencias legislativas y políticas públicas fueron analizadas en Cumbre de la Obesidad

Publicado el 18 de octubre del 2011



La conferencia, realizada en las dependencias del Congreso Nacional de Chile, contó con la participación del presidente del Senado, del titular de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados y del congresista peruano Jaime Delgado.





Un detallado relato sobre las experiencias legislativas y políticas públicas impulsadas en Chile y Perú efectuaron hoy el presidente del Senado, Guido Giradi, el titular de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Javier Macaya (UDI), y el congresista peruano Jaime Delgado, en el contexto de la celebración de la Cumbre de las Américas y el Caribe sobre Prevención de la Obesidad y Enfermedades Crónicas no Transmisibles (ECNT), evento organizado por el Congreso Nacional de Chile.



La conferencia, moderada por el senador Francisco Chahuán, se inició con la intervención del senador Girardi, quien entregó una amplia cronología de las acciones que se han venido desarrollando en Chile, tanto desde el sector público como privado, las campañas impulsadas por los diversos sectores y los intentos legislativos que culminan con la tramitación del proyecto que modifica el sistema de etiquetado de los alimentos y que promueve la aplicación de un sistema de semáforo.



Recordó hitos del trámite de dicha iniciativa, en donde se apreciaron diferencias entre la Cámara de Diputados y el Senado, que debieron ser resueltas en comisión mixta; los cambios que sufrió desde la propuesta original al momento de despacharse del Parlamento; y la introducción de vetos presidenciales a algunas de las materias, como por ejemplo, una flexibilización a la publicidad de productos con alto contenido de sal o azúcar, cuando estos patrocinen eventos deportivos.



Defendió el sistema de semáforo, en donde se califica con verde a los alimentos sanos y con rojo a los más dañinos, estimando que ello es de fácil entendimiento para los consumidores, particularmente los niños, a diferencia del actual sistema de rotulación con información nutricional o la Guía Diaria de Alimentación (GDA).



En este plano, sostuvo que si una madre supiera que en cada bebida gaseosa se consume 11 terrones de azúcar o tuviera claro la cantidad de grasas saturadas que poseen algunas golosinas, probablemente no le permitiría a sus hijos su consumo.



Criticó que la industria alimenticia haya adoptado por motu propio el sistema de GDA, estimando que ello fue una iniciativa destinada a evitar la aplicación de un sistema que acusara de mejor forma aquellos productos dañinos para la salud. Además, dijo que, si bien el proyecto de nuevo etiquetado es positivo, aún queda mucho espacio por avanzar para atacar una problemática tan compleja como ésta.



A nombre del Presidente de la Cámara de Diputados, Patricio Melero (UDI), quien no pudo asistir a la conferencia por encontrarse en sesión de Sala, el diputado Macaya mostró un cuadro sobre la situación en Chile en torno a los índices de obesidad y avance de las enfermedades crónicas no transmisibles.



Particularmente llamó la atención respecto del incremento, año a año, de los índices de obesidad infantil (sólo entre 2009 al 2010 aumentó en un 5%), influyendo en este factor el aspecto cultural y educacional.



Explicó que, en la actualidad, la obesidad constituye la enfermedad nutricional más común en la población menor de 20 años y en la población escolar la tendencia se ha triplicado y adquiere iguales proyecciones en la preescolar, por lo cual se ha transformado en un problema de salud pública.



Respecto del proyecto de nuevo etiquetado reconoció que existen diferencias de opinión, particularmente en el ámbito de las libertades. Planteó que es importante tener una legislación racional que no sea atentatoria de los derechos y libertades de las personas.



El diputado Macaya también recordó otras materias abordadas en el Parlamento que apuntaron o apuntan al ámbito de la recreación y el deporte, como complemento de una vida sana; y la ley de posnatal de seis meses, que busca garantizar la lactancia materna.



Dentro de los desafíos, dijo que es necesario avanzar en un sistema de acreditación saludable, como por ejemplo en los lugares de trabajo o en la educación, con estándares de exigencia y de medición objetivos; promover en una regulación urbana para incentivar la actividad física; y exigir una información clara y precisa.



En este último tema, dijo que coincide con el Presidente Melero en que se debe privilegiar los incentivos por sobre las prohibiciones o imposiciones, considerando que estas últimas acciones no crean hábitos.



El congresista Delgado, abogado activista de los derechos de los consumidores en Perú, lamentó que se haya dejado un tema de la salud pública como éste en manos de las propias empresas. Sostuvo que la idea, no es quitar de mercado ciertos productos, sino restituir su carácter natural, como por ejemplo, en el caso del chocolate, en donde se da la paradoja -en algunos casos- que ni siquiera tienen cacao sino grasas saturadas, colorantes y saborizantes.



Criticó que las empresas dedican un gran espacio para promover sus productos, pero uno muy reducido, lleno de tecnicismos que poco se entienden, para explicar la composición nutricional de los alimentos.



En este plano, dijo que apoya el sistema de semáforo nutricional, pero consideró que no es suficiente, porque puede darse el caso que un producto cuente con tres logos verdes respecto de la cantidad de sodio, azúcar y grasas, pero no mida, por ejemplo, colorantes, preservantes, aditivos, tratamiento, etc.. “Entonces se valida como apto, un producto que podría no lo serlo”, acotó.



Planteó que sería oportuno aplicar junto al semáforo un mecanismo ideado en la Universidad de Yale por científicos y nutricionistas, que considera criterios de valoración (líneas de procesamiento, los verdaderos atributos, etc.), donde 1 es el peor alimento y 100 el mejor.



Consideró que ello sería de fácil apreciación por el consumidor, pero alertó que la aplicación de un sistema como éste requiere de construir una herramienta que sea uniforme. En ese sentido, llamó a la OMS a avanzar en esta línea, creando los estándares y proporcionándolo a los países que instauraría el mecanismo.



Dijo que la aspiración es que cada vez que una empresa vaya a solicitar un registro sanitario para su producto, la autoridad también evalúe las características del producto y le entregue una valoración conforme a los estándares. “No le podemos trasladar al público la obligación de convertirse en un nutricionista, tenemos que ponérsela fácil”, acotó.