SE REABRE EL MUSEO DE LA CHILENIDAD EN LAS CONDES EN Casona Santa Rosa de Apoquindo


La pasión por el campo chileno, sus caballos, su cultura campesina, han movido montañas y en los próximos días se reabrirá el Museo de la Chilenidad, una apuesta por poner el valor de forma permanente todo lo que involucra la vida rural. Ha sido el entusiasmo de los miembros de la Federación de Criadores de Caballos Chilenos unidos a la Municipalidad de Las Condes quienes han concretado este anhelo.



La Semana de la Chilenidad -que trae a las grandes ciudades la cultura y vida del campo- se ha convertido ya en un clásico imperdible de las Fiestas Patrias, y no sólo en Las Condes sino que en muchas regiones del país. Pero esta actividad es temporal, por eso y en busca de una permanencia que permita educar, especialmente a los niños y jóvenes, es que se concreta este museo.



El terremoto causó estragos en las instalaciones de la casona de Santa Rosa de Apoquindo, ubicada en Padre Hurtado con Colón, y uno de los afectados fue este museo que ya había realizado su primera actividad con una exhibición de pintura sobre la escena campesina. Luego de eso vino el terremoto y todo quedó detenido. Ahora, restaurado el lugar, se reinician sus actividades.



Para llevar adelante este proyecto se creó una corporación que lleva el mismo nombre, que tiene vida autónoma y cuyo directorio es encabezado por el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, y el comité ejecutivo presidido por Agustín Edwards Eastman.



La cabeza y el corazón del proyecto ha sido el abogado Luis Valentín Ferrada -un entusiasta del campo chileno, muy "patriotero", como él mismo se define-, quien ha dado en comodato su colección para formar esta muestra permanente. Él ya armó un pequeño museo en Yerbas Buenas, Linares, que consistió en alhajar con una muestra de época la casa patrimonial Pareja, conocida con ese nombre porque ahí pernoctó el brigadier español Antonio Pareja. Sus tropas y los patriotas se enfrentaron en la "Sorpresa de Yerbas Buenas'', el 26 de abril de 1813.



Vehemente para hablar, agradecido de la colaboración de tanta gente que ha puesto el alma para hacer posible este museo y aunque cuidadoso en las palabras, no duda en criticar la forma en que el país ha abordado la cultura rural.



"Lamentablemente este es un país que condenó a la cultura campesina chilena a un tercer patio del modo más injusto, indebido, ignorante y con mucho desprecio. Toda la expresión huaso, huaso bruto, correspondió al tratamiento más desdeñoso que podía darse, y no sólo al personaje central. Mientras tanto, a la cultura urbana se le concedió una importancia desmedida y lo digo con fuerza porque el registro cultural urbano chileno, con las excepciones que se quiera, ha sido un registro copista, un imitador de otras culturas, un remedo de cultura europea, según las tendencias que estuvieran de moda. Desde esta perspectiva el registro cultural campesino, aun cuando su aparente pobreza fuese mayor, tiene el enorme valor de la autenticidad, de ser un registro creado por el propio pueblo chileno, por sí mismo''.



Pero las cosas han cambiado y estas iniciativas ahora encuentran acogida. El alcalde Francisco de la Maza explica que "en la municipalidad creemos que las tradiciones chilenas hay que cuidarlas, mostrarlas, que no podemos perderlas, por eso la iniciativa de la Semana de la Chilenidad. Pero este museo apunta a algo más permanente. La globalización, el intercambio comercial, muchas veces opaca la cultura e historia locales y una forma de mantenerla es con esta exhibición permanente y otras muestras más que vendrán''.



"Este museo tiene como figura central el recuerdo de los grandes maestros de la chilenidad, es un museo que de alguna manera es en sí mismo un homenaje a aquellos que como Tomás Lago trabajó por la chilenidad'', señala Ferrada. "Es interesante destacar que las grandes figuras de la cultura nacional y las que de verdad son conocidas y reconocidas en el extranjero tienen todo el sello del registro cultural campesino y no del urbano. Es lo que sucede con Nicanor y Violeta Parra, Gabriela Mistral, entre otros'', añade Ferrada. Por eso es que la corporación realizará un homenaje a los grandes maestros de la chilenidad, al mismo tiempo que reabrirá este espacio cultural.



El museo tendrá una muestra permanente que se irá ampliando para cubrir diversos aspectos del mundo agrario como lo deportivo, recreativo, vestimentas, poesía y música. "La muestra permanente -dice el alcalde de Las Condes- será una exposición completa, linda, que vale la pena visitar''. Además, sus organizadores esperan, a lo menos algunos días, contar con expresiones culturales en vivo, para que los visitantes tengan contacto directo, por ejemplo, con una tejedora de chamantos.



Recopilando lo que ha sido la historia de museos dedicados a la conservación de piezas originadas en el mundo rural, Luis Valentín Ferrada cuenta que las piezas más valiosas se perdieron y otras están dispersas por el mundo.



"Probablemente el que más piezas recogió fue el Museo del Oro del Perú. Esto porque don Miguel Mujica Gallo, que era un hombre muy inteligente, culto y refinado, en los años 50 se dio cuenta de que en Chile todo esto estaba botado y legítimamente por sumas mínimas de dinero compró una cantidad de ataujía chilena impresionante. Fue una muestra de la ceguera chilena y de lo visionario de Mujica. Eso se debe a nuestra falta de cultura. Él es un caballero que merece mucho respeto. Además, las piezas están exhibidas en forma muy honrada dando cuenta de su origen, pero es una pena que estén en Lima y no en Chile''.



Ferrada destaca que a la hora de recoger el registro cultural campesino tiene a su favor el hecho de que esta cultura ha sido bastante impermeable a modas, lo que hoy permite, en términos patrimoniales e identidad nacional, recuperar ese acervo con mayor facilidad.



Patrimonio artístico



"El Museo de la Chilenidad -señala Ferrada- tiene una función específica que es la de servir como un ente de conservación y de recuperación de todo lo que es el patrimonio artístico propio de la cultura campesina chilena. En términos generales, esta cultura no había tenido en los últimos años un órgano, una institución que estuviera encargada de conservar, preservar, organizar con criterio de museología la recuperación del patrimonio artístico del campo chileno''.



El museo está, por ahora, enfocado en cuatro aspectos: la cultura del cuero, de la madera, de los metales y los textiles. "En el caso de la cultura textil chilena -destaca Ferrada- hay una clarísima influencia incásica, el país la hace suya de un modo especial. Ello se traduce en la chamantería y también las prevenciones, que se llevan en la montura para viajes largos. El chamanto se caracteriza por su decoración con dibujos, en tanto que las mantas se distinguen por la combinación de colores o franjas. Ambos son de tamaño similar y el material -lana o hilo- puede ser el mismo.



En la cultura de la madera que tiene su mayor expresión en los estribos, inmortalizados por Rugendas.



Otra rama se refiere a la presencia del tema campestre en las artes clásicas como sucede en la pintura. Un ejemplo de esto es el magnífico trabajo de Rugendas, y de casi todos los pintores chilenos que en algún momento de su vida artística han tocado el tema campesino. Por ahora, los grabados y pinturas están usados en la muestra como un aporte a la ambientación del espacio, en una etapa posterior se armará una sala dedicada a la pintura. También sucederá lo mismo con la música y la literatura.



Ataujía



En la muestra permanente destaca el trabajo de ataujía que se refiere a la aplicación de metales nobles sobre metales corrientes. Para esto se usan hilos de plata o de oro, también se conoce como chapeado. Se utiliza en las espuelas hechas de hierro, pero con aplicaciones de plata.



"La ataujía, palabra de origen mozárabe, es una expresión que nace de la pobreza, de hacer ver como plata lo que no es. Lima no tuvo ataujía porque ahí había mucha plata, así es que no la necesitaban'', cuenta Ferrada.



Sobre el origen de esta técnica en el país, explica el abogado, hay dos teorías, una lo atribuye a los maestros plateros de los jesuitas del 1700. Pero hay otra explicación que le parece más lógica al coleccionista. "La ataujía comienza en 1780 en el país y me parece que llegó desde España, pero vía inmigración vasca, grupo de gran tradición armera y la armería española tuvo una gran aplicación de ataujía. Llega a través de las armas y se la comienza a utilizar en los frenos de caballos, en todos los aperos metálicos, las cabecillas de monturas, las espuelas, en los arreglos de las riendas. Una ataujía que es un arte de herreros, no de joyeros, por eso inicialmente es un arte más bien tosco aunque llega a ser de gran refinamiento''.



Para Ferrada, la princesa desconocida de nuestra cultura, o la cenicienta, dejará de ser tal con este museo que recién parte y que tiene grandes aspiraciones para la cultura campesina.



Museo de la Chilenidad



Abierto al público desde el 26 de octubre. De martes a domingo, de 10 a 18 horas. Primer mes, entrada liberada. Teléfonos: 467 87 40 /41 /42



Texto: Diario "El Mercurio". Domingo 16 de octubre de 2011.

fuente. Municipalidad de Las Condes

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