20 AÑOS DE PINTURA DE JORGE MILOSEVIC ,quien expone en el Centro Artesanal Los Dominicos, hasta el 27 de noviembre.
“No me defino como impresionista, aunque pinto a partir de la realidad, en vivo, mirando el objeto, el paisaje, la persona, sin usar fotografías, pues ahí se detiene y se transforma en una imagen sin vida, sin cuerpo, mecánica. Me encanta el Impresionismo, su búsqueda de la luz, del color, de la mancha, de la pintura misma; pero también me fascinan los nabis, que continúan la búsqueda hacia la pintura, hacia la tergiversación propia de cada artista; los fauvistas y su pasión en el uso del color, en fin, la pintura abstracta y su búsqueda pura de la mancha y el color, la forma y la composición”, expresa Jorge Milosevic (1963), quien expone en el Centro Artesanal Los Dominicos, hasta el 27 de noviembre.
El artista presenta el resultado de dos décadas de trabajo creativo. Licenciado en arte formado en la Universidad Católica de Chile, Milosevic ha logrado desarrollar un cuerpo de obra contundente y fácilmente reconocible, con una impronta propia que lo emparenta a los viejos maestros impresionistas. En estos 20 años, su quehacer ha estado enfocado en cuatro áreas: pintura in situ de paisajes, urbanos e interiores; pintura de murales en residencias particulares y lugares públicos; pintura artística, en el contexto de la restauración, y pintura y realización artística para escenografías.
“A veces, cuando pienso en la pintura de Jorge, pienso en la vocación de pintor en estado puro. Pienso en el oficio de pintor en estado esencial. Una propuesta artística que parece, con insólito desparpajo, darle la espalda a la mayoría de las consideraciones que para tantos constituyen el non plus ultra del compromiso estético contemporáneo”, señala el artista Pablo Salinas en la presentación de la exposición.
Y agrega: “Frente al conjunto de su obra de esta revisión intermedia, se me corrobora la idea de que la suya es una praxis pictórica que, más que resolverse, verdaderamente eclosiona frente al fenómeno de lo natural. Son las claves que el fenómeno de lo visible propone las que el artista busca desentrañar una y otra vez por medio de comentarios plásticos de especial contundencia”.
Para Pablo Salinas, la pintura de Milosevic queda suspendida en el tiempo. Sus raíces están mucho más conectadas con Vuillard y los nabis o el catalán Mir que con cualquiera de sus pares más próximos a nuestro tiempo.
Le asalta la sensación “que su pintura es una isla, y que, pese a su amable estampa y ese incontestable aire de misionero de tolstoianas barbas, Milosevic es un pintor insolente. Insolencia es la suya al internarse con pulso impasible y contumaz en los vericuetos más radicales de la filiación naturalista. Los frutos de dos décadas de sostenida labor que vemos expuestos hoy, nos hablan de una obra que, centrándose en recursos exclusivamente pictóricos, alcanza cotas de inusual solidez y coherencia”.
Fecha, hora y lugar: 5 al 27 de noviembre de 2011 en las Salas de Exposición del Centro Artesanal Los Dominicos. Martes a domingo, 10.30 a 19.00 horas.
El artista presenta el resultado de dos décadas de trabajo creativo. Licenciado en arte formado en la Universidad Católica de Chile, Milosevic ha logrado desarrollar un cuerpo de obra contundente y fácilmente reconocible, con una impronta propia que lo emparenta a los viejos maestros impresionistas. En estos 20 años, su quehacer ha estado enfocado en cuatro áreas: pintura in situ de paisajes, urbanos e interiores; pintura de murales en residencias particulares y lugares públicos; pintura artística, en el contexto de la restauración, y pintura y realización artística para escenografías.
“A veces, cuando pienso en la pintura de Jorge, pienso en la vocación de pintor en estado puro. Pienso en el oficio de pintor en estado esencial. Una propuesta artística que parece, con insólito desparpajo, darle la espalda a la mayoría de las consideraciones que para tantos constituyen el non plus ultra del compromiso estético contemporáneo”, señala el artista Pablo Salinas en la presentación de la exposición.
Y agrega: “Frente al conjunto de su obra de esta revisión intermedia, se me corrobora la idea de que la suya es una praxis pictórica que, más que resolverse, verdaderamente eclosiona frente al fenómeno de lo natural. Son las claves que el fenómeno de lo visible propone las que el artista busca desentrañar una y otra vez por medio de comentarios plásticos de especial contundencia”.
Para Pablo Salinas, la pintura de Milosevic queda suspendida en el tiempo. Sus raíces están mucho más conectadas con Vuillard y los nabis o el catalán Mir que con cualquiera de sus pares más próximos a nuestro tiempo.
Le asalta la sensación “que su pintura es una isla, y que, pese a su amable estampa y ese incontestable aire de misionero de tolstoianas barbas, Milosevic es un pintor insolente. Insolencia es la suya al internarse con pulso impasible y contumaz en los vericuetos más radicales de la filiación naturalista. Los frutos de dos décadas de sostenida labor que vemos expuestos hoy, nos hablan de una obra que, centrándose en recursos exclusivamente pictóricos, alcanza cotas de inusual solidez y coherencia”.
Fecha, hora y lugar: 5 al 27 de noviembre de 2011 en las Salas de Exposición del Centro Artesanal Los Dominicos. Martes a domingo, 10.30 a 19.00 horas.
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