LA PINTURA CHILENA BAJO EL PRISMA SIMBOLISTA: La muestra, que se presenta a partir del sábado 12 de noviembre en las Salas de Exposición del Segundo Piso Corporación Cultural de Las Condes , está integrada por más de 40 obras desde Alejandro Cicarelli hasta Lorenzo Moya, pasando por Alfredo Valenzuela Puelma, Sergio Montecino y Adolfo Couve.

0 Hasta el 31 de diciembre estará abierta a público la exposición "La mirada pertinaz". En la imagen, "Composición con huevo", de Ramón Vergara Grez.

A fines del siglo XIX surgió en Europa un grupo de pintores que se declaraba contrario al naturalismo impulsado por los impresionistas. Bajo el nombre de simbolistas y estrechamente ligados a la literatura y la poesía, sostenían que la pintura -como arte mayor- debía dar cuenta de problemas esenciales del hombre y propugnaban una pintura de contenido poético.



Reivindicaron la búsqueda interior y la verdad universal y para ello se valieron de la mitología y del lenguaje de los sueños, que recientemente gracias a Freud había sido concebido como un medio de expresión de la realidad.



Este movimiento, tan amplio como sus cultores, introduce la fantasía en la pintura y es el punto de partida de todos los movimientos de pintura figurativa (no abstracta) que se sucederían durante gran parte del siglo XX en las artes occidentales.



La exposición "La mirada pertinaz" -que se exhibe en la Corporación Cultural de Las Condes, a partir del 12 de noviembre- revisa la historia de la pintura chilena bajo el prisma simbolista, otorgándole una nueva lectura a las generaciones pictóricas que la conforman. De tal forma, contempla obras desconocidas o muy poco difundidas de connotados nombres, donde la realidad es manipulada a discreción de sus autores.



Desde fines del siglo XIX -con Pedro Lira y Alfredo Valenzuela como figuras emblemáticas- hasta el neorrealismo de figuras emergentes, nuestra pintura explora mundos desconocidos y plantea en el espectador la duda, el desconcierto y la inquietud ante imágenes oníricas y líricas. "La idea es revisar la historia del arte chileno, destacando nuevos movimientos como el simbolismo representado por el pintor José Backhaus, autor de un libro sobre el tema, e incluyendo grandes artistas que cultivaron diferentes miradas del arte chileno del siglo XIX y XX", señala Ernesto Muñoz, curador de la muestra integrada por más de 40 obras desde Alejandro Cicarelli hasta Lorenzo Moya.



“Esta exhibición de arte está construida desde los inicios de la pintura en la república y se desarrolla en varias líneas estéticas en el siglo XIX, las cuales son convocadas por obras de relevancia de la colección de la Pinacoteca de la Universidad de Concepción. Continúa su diseño en el siglo XX con pinturas tributarias de las corrientes nacidas al alero de la modernidad, y llegan hasta nuestros días para ver el desarrollo de algunos creadores actuales”, agrega.



La convocatoria surge en la mirada sobre las creaciones presentadas, las cuales se inscriben en el campo de la antropología como la obra de Francisco Javier Mandiola con su óleo denominado “Casa de una santera”. El arte finisecular nos lleva a la crónica de un viajero: Ernesto Molina, con una obra que detalla el interior de la Galeria Pitti de Florencia, obra entendida como una crónica visual en una época en que no se conocía el color en las reproducciones de impresos. Aún hoy ésta es una pieza llena de subjetividad como las obras de corte narrativo a las cuales se unen obras de Valenzuela Puelma donde aparece el cuadro de género, estilo que dio paso a la ilustración que servía de estímulo a los lectores de folletines. Un ejemplo claro de esto sería la obra “Escena trágica” del gran ilustrador Santiago Pulgar. Todas son obras que reproducen su tiempo como las de los artistas agrupados en la Generación del Trece representada aquí por Arturo Gordon. En el siglo XX, el arte busca en el interior de los temas. Aparecen obras pictóricas tratadas con un matiz de la curiosidad de su creador. Es el caso de la obra de Ortiz de Zarate sobre los dibujantes o la de "Madre e hija", pintura realizada por el maestro Julio Fossa Calderón. La pintura de Camilo Mori, retrato del afamado músico Pablo Garrido, es una obra que habla de la subjetividad como desplazamiento de lo real.



“En el arte chileno, entrado el siglo veinte, destacan tres artistas notables: Sergio Montecino, aquí presente con su Autorretrato con paleta, obra llena de claves visuales; Reinaldo Villaseñor, el maestro de temas populares que cubren amplios periodos de vida del creador con su Carrusel en la playa; y Adolfo Couve, gran pintor y buscador de instantes, también generoso formador de artistas, cuyas enseñanzas nos conducen a pintores de hoy, como el porteño José Basso, figura clave de la pintura contemporánea”, expresa el curador.



También están en este recuento, Eduardo Berg, Jorge Vilches y Lorenzo Moya, artistas vigorosos en sus búsquedas. Otros como Tatiana Lastarria y Paula Dûnner elaboran sus obras teniendo como canon una estética que se alimenta de la experiencia personal, territorio al que asimismo acude Matilde Huidobro. La muestra está conformada casi en su totalidad por obras pertenecientes a la Pinacoteca de la Universidad de Concepción, uno de los fondos pictóricos más cuantiosos y relevantes del país, y se complementa con obras de colecciones particulares.



Fecha, lugar y horatio: 12 de noviembre al 31 de diciembre en las Salas de Exposición del Segundo Piso Corporación Cultural de Las Condes (Avda. Apoquindo 6570). Martes a domingo, 10:30 a 19:00 horas.