¿Podremos prevenir la obesidad infantil durante vacaciones?. Por:Nicole Chaigneau V. Psicóloga Universidad San Sebastián
OPINIÓN
La obesidad infantil perjudica la salud física y mental. Interfiere en la conformación de la identidad de niños y adolescentes, disminuye su autoestima y dificulta la integración social, estableciendo una especie de barrera de contacto frente a los demás.
Un estudio realizado en España durante el presente año, alerta acerca de la importancia del entorno familiar como factor de riesgo para el continuo incremento de la obesidad. Señalan algunos de sus condicionantes, como la predisposición genética, el sedentarismo, los horarios irregulares de alimentación, y el menor número de horas de sueño nocturno diario. Todo ello alude a una dificultad en el establecimiento de rutinas estables y hábitos saludables, los que aportan también seguridad y certeza a los niños en desarrollo.
En las largas vacaciones escolares es probable que muchos niños dediquen gran cantidad de horas a ver televisión o se entretengan frente a video juegos o computadores, con un mínimo gasto energético. Esto no sólo responde a un cambio generacional en las actividades lúdicas sino que refleja la nueva estructura y dinámica familiar, de menor tiempo de intercambio comunicacional entre padres e hijos.
Los padres siguen siendo los principales responsables, primero en estar atentos al estado de salud general de sus hijos y luego, en destinar horas de su tiempo a establecer actividades en que se conjugue la entretención y la actividad física, idealmente en contacto con la naturaleza y con los alimentos que ella nos provee sin mayor elaboración, como frutas y verduras; aunque podría bastar con poner una buena música y bailar con ellos en un restringido lugar de la casa.
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