Aconsejan a escolares evitar alzas de peso en vacaciones de invierno
Poca actividad física y alto consumo calórico son una mala mezcla en vacaciones de invierno. Expertas aseveran que los escolares podrían llegar a subir un par de kilos durante estos días que permanecen en casa.
Varios factores inciden en el desequilibrio nutricional de vacaciones. Dyana Sepúlveda Caro, nutricionista y académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, dice que los niños suelen levantarse más tarde, no tomar desayuno y, por la tarde, participar en actividades repletas de alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono simples, por ejemplo, idas al cine.
Es evidente que los niños querrán disfrutar de comida chatarra en estos días. La nutricionista comenta que lamentablemente “lo rico es lo que más engorda y hace mal, entonces, por nuestra salud y la de los niños debemos consumir la menor cantidad posible de comida chatarra. La clave está en comer pequeñas porciones y no de manera frecuente”. La experta dice que, como no se puede prohibir, se recomienda ingerir no más de dos veces al mes.
“Si un niño mantiene una dieta balanceada y en vacaciones sale con su familia y se come una hamburguesa con papas fritas, no le va a pasar nada, a menos que esto se convierta en algo cotidiano. Ingerir comida chatarra con mucha frecuencia, pone a los niños en riesgo no sólo de subir de peso, sino que abre la posibilidad de padecer hipertensión arterial y colesterinemia en el mediano plazo”, asevera la académica.
Para evitar las alzas de peso un consejo que no falla es equilibrar el consumo calórico con el gasto energético. Andrea Hidalgo Fernández, nutricionista y docente USS, recomienda entonces programar, en la medida que las condiciones climáticas lo permitan, actividades al aire libre. Correr, saltar, andar en bicicleta o simplemente pasear serán programas más beneficiosos para la salud que pasarse la tarde conectados a internet o viendo televisión.
COCINAR SANO
Otra buena idea es cocinar con los niños. De esta forma se entretendrán en familia y aprenderán a alimentarse de manera sana. Dyana Sepúlveda sugiere pensar en “preparaciones fáciles, con variedad de alimentos y de muchos colores”.
Algunas opciones son brochetas de verduras y carnes idealmente blancas, galletas de avena con mostacilla de colores, brochetas de frutas bañadas en yogur o sándwich de pan de molde integral.
En ocasiones el consumo de leche es motivo de discusiones con los niños. La nutricionista Andrea Hidalgo precisa que este alimento “contiene proteínas de alto valor biológico, diversas vitaminas y minerales, entre ellos el calcio necesario para el crecimiento y desarrollo de los huesos”. Agrega que, por ejemplo, un niño de 1 a 3 años necesita 500 mg de calcio o sea medio litro de leche al día.
“Si el niño no quiere tomar leche o no le agrada, puede consumir los derivados de ésta, como el yogur y el quesillo que también aportan cantidades considerables de calcio”.
En vacaciones una buena opción son los postres de leche, aunque se recomienda la moderación puesto que algunos contienen una cantidad elevada de calorías.
Así, con una alimentación saludable y un buen gasto energético, sus hijos volverán de vacaciones con buenos recuerdos y no con kilos extras.
RECUADRO
Recomendaciones
Dyana Sepúlveda, nutricionista de la USS, expresa que la dieta para los escolares debe ser equilibrada y contener los nutrientes que requieren. Dice:
-Comer sólo lo que les gusta es una mala práctica.
-Alimentos deben distribuirse durante el día para que el cuerpo tenga los nutrientes necesarios según sus exigencias.
-Estimular el consumo de alimentos crudos como ensaladas, además de agregar muchos colores y formas diferentes
-Incluir alimentos ricos en proteínas de origen animal como lácteos, carnes, huevos y pescados, en equilibrio con alimentos de origen vegetal, por ejemplo, cereales, legumbres, verduras y frutas.
-Alimentos ricos en hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, legumbres) son imprescindibles por su aporte de energía.
-Las frutas y ensaladas deben ser habituales y abundantes en la dieta.
-El agua es la mejor bebida, se puede complementar también con jugos de frutas naturales.
-El consumo de dulces, refrescos y “snacks” debe ser moderado.
-Controlar el exceso de grasas, azúcar y sal.
DESTACADOS
“Un factor que influye en el aumento de peso es que durante las vacaciones los niños duermen más y a veces no desayunan. Muchos tienen dietas que no incluyen fibras, ni frutas y verduras, sino alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono simples”, dice Dyana Sepúlveda, nutricionista.
“Una alimentación equilibrada es fundamental para que los niños no incrementen de peso durante las vacaciones de invierno. Sin embargo, a los padres les resulta difícil mantener los horarios de alimentación y evitar el desorden, la ingesta incontrolada de grasas y azúcares”, plantea Andrea Hidalgo, nutricionista.
FUENTE. Universidad San Sebastián
Varios factores inciden en el desequilibrio nutricional de vacaciones. Dyana Sepúlveda Caro, nutricionista y académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián, dice que los niños suelen levantarse más tarde, no tomar desayuno y, por la tarde, participar en actividades repletas de alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono simples, por ejemplo, idas al cine.
Es evidente que los niños querrán disfrutar de comida chatarra en estos días. La nutricionista comenta que lamentablemente “lo rico es lo que más engorda y hace mal, entonces, por nuestra salud y la de los niños debemos consumir la menor cantidad posible de comida chatarra. La clave está en comer pequeñas porciones y no de manera frecuente”. La experta dice que, como no se puede prohibir, se recomienda ingerir no más de dos veces al mes.
“Si un niño mantiene una dieta balanceada y en vacaciones sale con su familia y se come una hamburguesa con papas fritas, no le va a pasar nada, a menos que esto se convierta en algo cotidiano. Ingerir comida chatarra con mucha frecuencia, pone a los niños en riesgo no sólo de subir de peso, sino que abre la posibilidad de padecer hipertensión arterial y colesterinemia en el mediano plazo”, asevera la académica.
Para evitar las alzas de peso un consejo que no falla es equilibrar el consumo calórico con el gasto energético. Andrea Hidalgo Fernández, nutricionista y docente USS, recomienda entonces programar, en la medida que las condiciones climáticas lo permitan, actividades al aire libre. Correr, saltar, andar en bicicleta o simplemente pasear serán programas más beneficiosos para la salud que pasarse la tarde conectados a internet o viendo televisión.
COCINAR SANO
Otra buena idea es cocinar con los niños. De esta forma se entretendrán en familia y aprenderán a alimentarse de manera sana. Dyana Sepúlveda sugiere pensar en “preparaciones fáciles, con variedad de alimentos y de muchos colores”.
Algunas opciones son brochetas de verduras y carnes idealmente blancas, galletas de avena con mostacilla de colores, brochetas de frutas bañadas en yogur o sándwich de pan de molde integral.
En ocasiones el consumo de leche es motivo de discusiones con los niños. La nutricionista Andrea Hidalgo precisa que este alimento “contiene proteínas de alto valor biológico, diversas vitaminas y minerales, entre ellos el calcio necesario para el crecimiento y desarrollo de los huesos”. Agrega que, por ejemplo, un niño de 1 a 3 años necesita 500 mg de calcio o sea medio litro de leche al día.
“Si el niño no quiere tomar leche o no le agrada, puede consumir los derivados de ésta, como el yogur y el quesillo que también aportan cantidades considerables de calcio”.
En vacaciones una buena opción son los postres de leche, aunque se recomienda la moderación puesto que algunos contienen una cantidad elevada de calorías.
Así, con una alimentación saludable y un buen gasto energético, sus hijos volverán de vacaciones con buenos recuerdos y no con kilos extras.
RECUADRO
Recomendaciones
Dyana Sepúlveda, nutricionista de la USS, expresa que la dieta para los escolares debe ser equilibrada y contener los nutrientes que requieren. Dice:
-Comer sólo lo que les gusta es una mala práctica.
-Alimentos deben distribuirse durante el día para que el cuerpo tenga los nutrientes necesarios según sus exigencias.
-Estimular el consumo de alimentos crudos como ensaladas, además de agregar muchos colores y formas diferentes
-Incluir alimentos ricos en proteínas de origen animal como lácteos, carnes, huevos y pescados, en equilibrio con alimentos de origen vegetal, por ejemplo, cereales, legumbres, verduras y frutas.
-Alimentos ricos en hidratos de carbono (pan, pasta, arroz, legumbres) son imprescindibles por su aporte de energía.
-Las frutas y ensaladas deben ser habituales y abundantes en la dieta.
-El agua es la mejor bebida, se puede complementar también con jugos de frutas naturales.
-El consumo de dulces, refrescos y “snacks” debe ser moderado.
-Controlar el exceso de grasas, azúcar y sal.
DESTACADOS
“Un factor que influye en el aumento de peso es que durante las vacaciones los niños duermen más y a veces no desayunan. Muchos tienen dietas que no incluyen fibras, ni frutas y verduras, sino alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono simples”, dice Dyana Sepúlveda, nutricionista.
“Una alimentación equilibrada es fundamental para que los niños no incrementen de peso durante las vacaciones de invierno. Sin embargo, a los padres les resulta difícil mantener los horarios de alimentación y evitar el desorden, la ingesta incontrolada de grasas y azúcares”, plantea Andrea Hidalgo, nutricionista.
FUENTE. Universidad San Sebastián
Comentarios