MUSEO NACIONAL AERONÁUTICO Y DEL ESPACIO CELEBRÓ SU 68º ANIVERSARIO
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En la ocasión se presentó la restauración del primer avión que voló en la Antártica chilena en febrero de 1947.
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Con un especial acto, el Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio celebró un nuevo aniversario, en el que destacó la presentación y entrega al país de la restauración del primer avión que voló sobre la Antártica chilena: El hidroavión Vought Sikorsky, pilotado por el Teniente Arturo Parodi Aliste.
La actividad fue encabezada por el Director del Museo, General de Aviación Ricardo Gutiérrez Alfaro, y contó con la presencia del Subsecretario para las Fuerzas Armadas, Alfonso Vargas; el Director de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), General de Aviación Jaime Alarcón Pérez; los ex Comandantes en Jefe de la Fuerza Aérea, Generales del Aire Fernando Matthei Aubel, Fernando Rojas Vender, Patricio Ríos Ponce y Ricardo Ortega Perrier, además de autoridades civiles y militares del ambiente aeronáutico.
En la ocasión, el General Gutiérrez hizo un balance de las actividades desarrolladas en las diversas áreas de Museología, Restauración y Mantenimiento, Recepción de Monumentos Nacional y el Compromiso Social, Educacional y Difusión Institucional, destacando las 35 exposiciones a lo largo de Chile, las más de 120 mil visitas anuales y la distinción como uno de los 30 museos más destacados del ámbito aeronáutico a nivel mundial, publicado por la revista “Aeromagazine” en 2011.
Además de la labor de restauración del Vought Sikorsky, el director hizo hincapié en la entrega del Canberra PR9; Mirage Pantera 50DC Dual; F-5 “Tigre” y un Planeador L23 Super Blanik.
Los especialistas del Museo que trabajaron en el histórico hidroavión que llegó hasta la Antártica el 15 de febrero de 1947, lograron recuperar hasta sus más mínimos detalles, incluyendo instrumentos, matrícula y pintura original con la cual sobrevoló el Continente Blanco.
En el acto también se entregaron reconocimientos a empleados del Museo. Como Funcionario Destacado fue nombrado José Pavez y como Mejor Compañero, Flavio Navarrete. Así también, se distinguió al Suboficial de la FACh David Muñoz y a Benjamín Henríquez, quienes culminan sus labores en ese establecimiento.
Posteriormente las máximas autoridades presentes realizaron el descubrimiento de las placas que dan cuenta de la historia y ficha técnica de los 5 aviones presentados y restaurados para la muestra.
Luego se hizo un reconocimiento y agradecimiento a quienes fueron los gestores de las nuevas instalaciones construidas en 1992 que albergan la muestra aeronáutica: el General Fernando Matthei Aubel; General Jaime Lavín; Coronel Mario Jahn y el arquitecto Fernando Torres.
Asimismo, el General Matthei hizo entrega al Director del Museo de tres fotos históricas como regalo en su aniversario, señalando que “en estos aviones que vemos en este hermoso museo comenzaron mis sueños de volar. Me siento orgulloso del trabajo de muchas personas que han permitido tener esta espectacular muestra, pero por sobretodo al Coronel Jahn y al General Gutiérrez por su incansable labor”, dijo.
Al término de la ceremonia, los invitados recorrieron la exposición.
El Director de la DGAC, General de Aviación Jaime Alarcón Pérez señaló que “ésta es una muestra del patrimonio histórico aeronáutico para que la sociedad pueda venir y conocer la evolución y desarrollo que la aviación que ha tenido Chile. Es una muestra tangible que pocos países tienen la opción de acceder”.
Para finalizar, el director del Museo invitó a la ciudadanía a venir a celebrar los 68 años de la muestra, sobretodo a los estudiantes que se encuentran disfrutando sus vacaciones de invierno. “Tenemos abierto todo el año y de manera gratuita las diferentes muestras de la historia de la aviación para que la sociedad venga en familia”, dijo.
Quienes volaron en los más de 50 aviones que se exhiben en el museo ya no están, pero sus fieles máquinas se alzan en la actualidad como el testimonio vivo de vuelos en los que la adrenalina de los intrépidos pilotos bullía mientras superaban las borrascas australes, ignorando el quejido de las estructuras y haciendo oídos sordos al sentido de la supervivencia. /icc.
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