Al cuidado de la Fauna y flora silvestre.Por Marcela Cabrera. Encargada de Animales Silvestres.Hospital Clínico Veterinario Universidad San Sebastián

En Chile, contamos con múltiples lugares protegidos para la mantención de la fauna nativa y endémica como parques y reservas nacionales. También, contamos con una ley de caza que regula la caza, captura y recolección de fauna en todo el territorio nacional o en partes específicas de él.







Estas acciones constituyen un poderoso instrumento de gestión para la protección de la fauna. Sin embargo, no es suficiente y cada vez se hace más imperioso el desarrollo e implementación de programas de educación para la comunidad local, en especial de los niños que son muchas veces los que enseñan a sus padres y permiten crear algo más de conciencia.







Gracias al convenio que existe entre la Universidad San Sebastián sede Puerto Montt, SAG y SERNAPESCA, se reciben en nuestro Hospital Clínico Veterinario muchos animales silvestres heridos que son capturados por particulares que los entregan a las autoridades correspondientes, siendo cada vez más evidente la intervención del hombre en el daño que sufren estos animales.







Recientemente recibimos un ejemplar hembra de Cóndor Andino, animal que forma parte de nuestro escudo nacional y protegido por entidades internacionales y gubernamentales. Este ejemplar ingresó en estado crítico, intoxicado por plomo al consumir perdigones que se encontraban en el interior de presas cazadas y abandonadas por particulares.







Este no es el único caso de animales afectados por descuidos o ignorancia de la comunidad; son muchos los animales atropellados, que se ven obligados a cruzar los caminos, ya que su territorio natural se ha ido fragmentando a medida que transcurre el tiempo.







Tal es el caso de un ejemplar de Zorro Chilla que presentaba múltiples fracturas en cadera y columna, pero que gracias al tratamiento veterinario se pudo mantener con vida y recuperar su movilidad, manteniéndose actualmente aún en rehabilitación. Si bien fue posible salvar la vida de este ejemplar, es nula la posibilidad de reinserción a su medio natural, quedando destinada su vida al cautiverio e intentar su reproducción de manera artificial.







Son innumerables los animales, como pumas y guiñas que presentan heridas penetrantes, cazados por la creencia de que son ellos los que producen la muerte del ganado en muchos predios, sin entender que varios de los casos son producto de ataques de perros asilvestrados, abandonados previamente por dueños inconscientes.







Lamentablemente, en muchas ocasiones los esfuerzos de las autoridades y veterinarios no son suficientes, y se reciben animales en muy malas condiciones o ya fallecidos. Este fue el caso de la última Tortuga Olivácea que ingresó a nuestro hospital, con signos de trauma e inanición producto de la presencia de bolsas plásticas en el intestino, las que provocan obstrucciones, acumulación de aire en el interior y no permiten que las tortugas se puedan sumergir para protegerse y alimentarse, quedando a la deriva y propensas a traumas provocados por embarcaciones y naufragios.







Por esta y muchas otras razones, debemos considerar la gran cantidad de especies extintas, cuya desaparición se ha debido en gran medida a la intervención del hombre de forma consciente e inconsciente y, de mantener esta actitud frente a nuestra fauna y flora silvestre, continuaremos causando pérdidas irreversibles en nuestra biodiversidad.