“Así nació Puerto Varas”. Por Padre José Neudorfer Sch,s.v.d .

Se sabe muy poco sobre el origen d e nuestra ciudad. Casi tan poco como nuestros primeros años de vida. Al parecer, nuestros antepasados no tuvieron tiempo para preocuparse de dejar documentos para la posteridad, por estar en la dura lucha por fundar un lugar habitable.

Es mejor indagar anécdotas y detalles a nuestros abuelos, antes que intentar encontrar algo en libros o revistas.

Muchos no saben que nuestra ciudad comenzó a formarse en Puerto Chico, donde había negocios pequeños entre los que se destacaba la casa Chile-Argentina, de don Enrique Fritsch. Este comerciante traía de Argentina todo tipo de mercaderías, especialmente lana, y exportaba productos chilenos, como nuestro buen vino, naturalmente.

Entonces se creía que allí quedaría el centro del nuevo pueblito, definitivamente. Incluso el gobierno abrió una oficina de Correos y Telégrafos, instaló una Subdelegación del Juzgado y construyó, en el comienzo del camino a Puerto Montt, la primera escuela, con capacidad para 20 alumnos y atendida por la profesora Rosalía Velázquez. Entre sus alumnos figuraba don Carlos Heim, quien aprendió a leer y a escribir castellano en esa escuela. Pero los niños debían continuar sus estudios. Para ellos sus padres los debieron enviar a Puerto Montt: al Colegio San Javier o a la Escuela Alemana, en los que tuvieron que quedar internos por casi todo el año, debido a las dificultades del viaje.

Don Otto Raddatz, ciudadano portovarino, conserva frescos en su memoria recuerdos de su infancia. Nos cuenta: “cuando éramos muchachos nos entreteníamos pescando truchas con anzuelo, vendiendo cada una a cinco centavos. Entonces con nuestra “platita” íbamos a la casa Chile-Argentina a comprarnos chocolates…… Mi abuelito, que había llegado desde Danzig, era propietario de una herrería….. pero no por eso no tenía derecho a trabajar como dentista en caso de apuro: él mismo fabricaba en su propia fragua las herramientas para las extracciones atendiendo a los que ya no podían soportar por más tiempo los dolores”.

Un problema difícil de resolver fueron las comunicaciones entre las distintas colonias, por la falta de vías terrestres, debido a la complicada geografía de nuestra zona. Por muchos años el mejor puente de comunicación fue el lago; había numerosos barcos a vapor como el “Chile”, el “Elba” y el “Cóndor”. Estos daban una grandiosidad que hoy ya no existe en el lago Llanquihue. Como recuerdo sólo quedan los puertos: Puerto Rosales, Puerto Fonck, Puerto Octay…. En éste , están bajo agua los restos del barco “Enriqueta”. El “Santa Rosa” terminó su vida en 1958 en el muelle de Puerto Varas, de donde fue sacado su esqueleto metálico.

Varios vapores navegaban entre esta ciudad y “La Poza”, como el velero “Gaviota” y el “Llanquihue”, que se quemó allá. Pero la peor desgracia fue la que sufrió el “Colonia”, cuya caldera explotó, dejando un saldo de 13 muertos, mientras que otros 13 se salvaron gracias a la valiente actitud del señor Greif.

Con el tiempo aumentaron las casas en la bahía del actual Puerto Varas. Así, puede decirse que entonces existían dos poblaciones diferentes, que estaban unidas por una senda a través del boscoso monte y un camino que bordeaba el lago.

Al parecer, con cierta visión del futuro, se construyó la primera iglesia en la entrada a Puerto Varas, y no en Puerto Chico, y de la cual existen fotografías que al retratan con solo una torre ( las más antiguas) y, posteriormente , con dos.

Puerto Varas progresaba……….. hasta el punto de contar, a fines del siglo pasado, con tantas casas, que podía pedir el reconocimiento del Supremo Gobierno, el que se lo concedió mediante el Decreto Nº 4838, con fecha 30 de octubre de 1897.

“Vista la precedente solicitud del Senador Ramón Ricardo Rozas, en que pide se conceda el título de Villa a la población de Puerto Varas, ubicada en el Departamento de Llanquihue, y teniendo presente el desarrollo alcanzado por esa población, decreto: Concédese el título de Villa a la referida población de Puerto Varas. Anótese, comuníquese, Silva Cruz; Federico Errázuriz Echaurren”.

Don Otto Raddatz continúa: “ ¡Era tan agradable, en las tardes de verano, pasearse por la plaza recién trazada…..! Tocaban las campanas de la iglesia, que lo hacían también en caso de incendio……Desde joven pertenecí a la Compañía de Bomberos. En 1905, cuando se fundó la 2ª Compañía, mi padre dueño de una tonelería, donó a la naciente Compañía cien baldes de madera para su equipamiento.

Pero en 1911 hubo un incendio en que las campanas no sirvieron: ¡Era la misma la que estaba en llamas! Cuatro años después se construiría la Tercera , en el lugar donde se encuentra hoy”.

Transcurrieron los años…….En 1911 Puerto Varas ya estaba conectado al resto del país a través del ferrocarril. Se pensó en construir una estación en Puerto Chico Alto, donde ahora está la Población Alessandri, pero el dueño del terreno no lo quiso ceder. Se debió buscar otro lugar. Más cerca de Puerto Varas, don Francisco Klenner ofreció gratuitamente un extenso sitio, que fue aceptado con gusto.

Se supone que los agrimensores Hess y Decher influyeron en esta determinación, por tener sus propias casas muy cerca del lugar donde estaría la estación. La calle Decher, paralela a la vía férrea se llama así en recuerdo del segundo.

Desde entonces Puerto Varas progresó rápidamente. Año a año caía parte de la selva antes impenetrable. Donde antes hubo senderos hay hoy día caminos pavimentados; donde crecían flores silvestres, florecen hermosas rosas, que le dan la característica a la ciudad.

A través de sus 80 años , Puerto Varas ha tenido un desarrollo económico.



























Fuente: Anuario 1977 del Colegio Germania de Puerto Varas, pp 74-76.