Nuevos autores inmigrantes que escriben en alemán crean nuevos términos y formas de expresión, renovando y enriqueciendo el género literario en lengua alemana, están presentes en la Feria del Libro de Leipzig.


¿Qué es un literato? La profesión de escritor es, en la era de los nuevos medios, cada vez más difícil de definir. Y más aún la de un escritor que no escribe en su lengua materna. Ese es el caso de muchos autores que emigran y comienzan a crear obras en un idioma que es suyo por adopción, pero no por naturaleza. Para Thomas Martini, que vive desde el año 1990 en Alemania, la definición no es algo que verdaderamente importe.
Martini vivió muchos años en Berlín, donde se desarrolla su primera novela, recientemente editada, “Payaso sin lugar” (Der Clown ohne Ort), un retrato sombrío y barroco de su generación, en la treintena y con la obligación de demostrar que todo está bien, una alegría falsificada que solo sirve para tapar el vacío y la impotencia que sienten ante el mundo en el que les toca vivir. A Thomas Martini y a otros escritores inmigrantes se los puede encontrar en la Feria del Libro de Leipzig 2013.
Estar en medio de crisis todos los días, pero no poder hacer nada para intentar solucionarlas debido a la falta de utopías, esa es la trama central de su libro, dice Thomas Martini. En conversación con DW, el autor señaló que su mirada cruda hacia esa temática se debe tal vez a su propia biografía, y que quizás haya logrado por eso también tomar distancia de ella. Martini no solo vivió la dictadura en la rumana Transilvania, de donde proviene, sino también la pobreza extrema. Apenas conoció el “perfume” del bienestar cuando llegó con su familia al sur de Alemania.
Vivir y escribir en más de un idioma
¿Cuántos autoras y autores en Alemania escriben en un idioma que no es el propio? Acerca de esa interesante pregunta, lamentablemente no hay estadística alguna. Klaus Hübner, encargado del premio Adelbert von Chamisso, otorgado por la Fundación Robert Bosch desde 1985 a escritores que escriben en alemán pero cuyo idioma natal es otro, estima, no sin cierta cautela, que deben ser de 2.000 a 3.000. según dijo a DW. El criterio más importante para otorgar el premio es, subraya Hübner, la calidad de la obra literaria, además del hecho de que representan un factor de diversidad que enriquece la literatura alemana actual.
''Wer ist Martha'' (''¿Quién es Marta'?''), de Marjana Gaponenko, en la Feria del Libro de Leipzig.
Entre los premiados por el “Adelbert von Chamisso Preis” figuran autores de renombre, como Zsuzsa Bánk, Aras Ören, Ilja Trojanoe o Feridun Zaimoglu. La escritora más recientemente premiada es Marjana Gaponenko, nacida en 1981 en Odessa, Ucrania. En su novela “¿Quién es Marta”? (Wer ist Matha?), Gaponenko cuenta la historia de una ornitóloga emérita de 96 años que vive los últimos días que le quedan como si fueran una fiesta. La joven autora evoca en esa obra todas las oportunidades perdidas del siglo XX. De esta obra, asegura Klaus Hübner, se puede realmente aprender cómo escribir buena literatura en alemán.
El nacimiento de algo totalmente nuevo
Hace mucho tiempo que Alemania es un país de inmigrantes, personas que llegan por diferentes motivos trayendo siempre su cultura y su idioma natal a cuestas. Cuando a la propia lengua se le suma el alemán, como en el caso de Marjana Garponenko, pueden surgir cosas maravillosas. Una literatura en la que el idioma nativo resuena entre las palabras, como es lógico, y en el que con nuevas y propias metáforas y estructuras idiomáticas, con invenciones lingüísticas y giros idiomáticos modificados se crean textos que, según Hübner, iluminan al lector de habla alemana. El resultado es un alemán que nunca antes habían leído ni escuchado.
Pyotr Magnus Nedov, autor de "Zuckerleben" (Vida de azúcar).
En el transcurso de las últimos cuatro décadas, la literatura de los escritores inmigrantes se ha vuelto increíblemente multifacética. Los autores, señala Klaus Hübner, escriben literatura alemana en la que se narran temas europeos y globales. El mundo de las propias experiencias fluye entre líneas y hace de las historias algo único. Como en la novela “Vida de azúcar” (Zuckerleben), de Pyotr Magnus Nedov, que nació en la ex Unión Soviética, vivió en Moldavia, Rumania y Austria, y estudió en París, Moscú, Montreal, Viena y Colonia. Pyotr Magnus Nedov tiene 31 años y, además de escritor, es especialista en Estudios Celtológicos, así como director y realizador de cine.
Nuevos escritores, ciudadanos del mundo
En la obra de Nedov se percibe su amor y su curiosidad por la vida, a contracorriente de la crisis. Dice que lo único que quería era escribir acerca de la crisis en Moldavia, de la transformación política y el hundimiento de ese país, y lo que esos fenómenos provocaron en la gente a comienzos de los 90.
En “Zuckerleben”, Nedov cuenta la historia de un chofer de camión y una pareja que anhela la muerte pero que no logra ser aplastada por él. Y dice que la agregó a su libro para hacerlo más accesible al público alemán. A Pyotr Magnus Nedov le gusta jugar con el humor y con la sensación de los demás de no saber si habla o no en serio. Pero lo que verdaderamente quiere transmitir, según él, es que su casa es el mundo. Es un ciudadano del mundo y un escritor. Y de esos hay cada vez más en Alemania.
Autora: Silke Bartlick/ Cristina Papaleo
Editora: Rosa Muñoz Lima


fuente. Deutsche Welle, http://www.dw.de/literatura-alemana-con-acento/a-16680062?maca=spa-newsletter_sp_alemaniaactual-2359-html-newsletter

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