Joven ganó premio por sus buenas notas y por eso perdió beca top. Por seis mil pesos, Arelis Pérez no pudo obtener beneficio estatal

C uando cursaba tercero medio, Arelis Pérez entendió, o creyó entender, que la única posibilidad de beca que tenía, dado el nivel de ingresos de sus padres, era la de Excelencia Académica, y que para eso debía mantener su promedio de notas. “Por eso me exigí más, le dediqué más horas al estudio, para mantener mi 6,7”, dice. “Además que siempre me dijeron lo mismo: que debía estudiar para surgir, que debía esforzarme para llegar a ser alguien…”.
Silencio breve y terrible. Luego, una voz contaminada por la rabia y la pena: “Ahora creo que todo fue por las puras”.
El caso de Arelis es tan dramático que para entenderlo hay que tener en cuenta ciertas variables. Primero, que efectivamente mantuvo su promedio 6,7, nada menos que el mejor rendimiento de todos los egresados del Instituto San Pablo Misionero de San Bernardo, que fue donde estudió. Segundo, que la beca de Excelencia Académica financia un máximo de 1.150.000 pesos del arancel anual de la carrera. Tercero, que ponderó 707 puntos en Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile, donde ya se matriculó y cuyo arancel referencial bordea los 4.200.000 pesos. Y cuarto, que a principios del 2012 la empresa donde trabaja su madre premió al hijo del empleado con el mejor promedio de notas. Arelis postuló y ganó. El premio consistió en un bono de 200.000 pesos que ingresaron netos en el sueldo de enero del 2012 de su madre.
Ahora vienen las malas noticias. Para acceder a la beca de Excelencia Académica no sólo es necesario tener buenas notas (el egresado debe ser parte del 7,5% de los alumnos con mejores promedios de su establecimiento), sino también se debe pertenecer a uno de los cuatro primeros quintiles de ingresos, según la encuesta Casen, y que representan a las familias con menores recursos. Los del quintil V no tienen derecho a beca alguna.
El quintil se calcula dividiendo el ingreso promedio mensual de un hogar por el número de sus integrantes. Es como un ingreso per cápita, pero por grupo familiar. Todos los cálculos de Arelis le indicaban que pertenecía al IV quintil, cuyo límite con el V es la irreductible cifra de 333.909 pesos per cápita. Basta un solo peso más de ingreso familiar y ya se pasa al quintil V.
Pues bien, se entregan los resultados de las becas y Arelis se entera que pertenece al quintil V. Desesperada, saca los cálculos una vez más y descubre que, efectivamente, está pasada del quintil IV al V por unos seis mil pesos. Ahora viene lo peor.
“Seis mil pesos”, se repitió mentalmente Arelis, y enseguida recordó aquel bono de 200.000 pesos que ganó por sus buenas notas. Ese bono forma parte del ingreso familiar porque fue incluido directamente en el sueldo de su madre en enero del 2012. ¿Y si no se hubiese ganado ese premio? Arelis hizo el cálculo una vez más, esta vez sin el bono, y para dar fe de su cálculo facilita las liquidaciones de sueldo de su madre. El resultado es una abominación. Está dentro del quintil IV, el de las becas… por tres mil pesos.
“Si no le hubiesen dado ese bono a mi mamá, o mejor, si yo no hubiese postulado a ese premio, me habrían dado la beca”, dice Arelis.
No es justo. Yo me esforcé. Siento que aquí no se valora el esfuerzo


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Ministerio dice que Arelis podrá estudiar con crédito

Explicaciones del jefe de la División de Educación Superior

D os consideraciones del jefe de la División de Educación Superior del Mineduc, Juan José Ugarte. “Uno, que Arelis no quedará sin financiamiento. Ella está preseleccionada para el Crédito con Aval del Estado (CAE), que es un crédito al 2% de interés y que se paga una vez titulado, sin sobrepasar el 10% de los ingresos. Y dos, hay que recalcar que las políticas públicas persiguen privilegiar a los más pobres y en la medida que existan más recursos, extendámoslos después para los que tengan mayores recursos”.
-¿No se puede hacer una excepción con este caso?
-Los beneficios están definidos por los quintiles y la Casen. Nosotros no podemos salirnos de ese marco. Sería una injusticia frente a otros que tengan condiciones similares o que no hayan recibido beneficios.
-Independiente de este caso, estar en el límite bajo del V quintil y quedar en la universidad viene a ser una tortura.
-Por eso mismo que el CAE lo logramos llevar al 90% de la población. Los únicos que quedan excluidos son el 10% más rico de los chilenos. Repito: ella va a tener acceso al financiamiento.
-Pero es diametralmente distinto ganarse una beca de excelencia académica a encalillarse por décadas, que más parece una condena.
-Nosotros reconocemos el talento de Arelis y entendemos que el acceso al financiamiento es clave para los estudios. Felizmente tenemos este nuevo instrumento, que es un crédito que es contingente al ingreso.

Cómo se calcula el quintil

El gran coladero de las becas

El quintil es algo así como el ingreso per cápita, pero por hogar. Se calcula sumando todos los ingresos en una familia dividiéndolos por el número de integrantes. Por ejemplo, si una familia la integran papá, mamá e hijo y los sueldos sumados dan en total un millón de pesos, el promedio por persona será de 333.333 pesos, por lo que pertenecerán al IV quintil y por muy poco. El grueso de las becas está destinado a los primeros tres quintiles.

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Chiste cruel

Cristóbal Bellolio

Todas las políticas de subsidios, bonos y transferencias condicionadas tienen doble filo. Por un lado, entregan ayuda indispensable a familias vulnerables para mejorar su condición. Pero por otro lado, desarrollan una cierta dependencia y dinámica asistencialista de la cual es difícil escapar. La mayoría de estos recursos se entregan cuando los beneficiarios se encuentran bajo una determinada línea de haberes ingresos. El incentivo perverso –pero bastante humano- es no querer abandonar ese estado por miedo a perder dichos beneficios.
Algo parecido está lamentando la estudiante que por su esfuerzo y dedicación en el colegio fue acreedora de un premio en la empresa de su madre. Este reconocimiento se tradujo en dinero y mejoró la liquidación mensual de su familia. ¿Resultado? Con este suplemento quedaron justito dentro del quintil socioeconómico para el cual el Estado no contempla becas de excelencia académica para la universidad. Chiste cruel.
La culpa evidentemente no es de la empresa. Por el contrario, parece una política bien intencionada y destacable de responsabilidad social con los empleados. Sin embargo, deberían tomar nota de la inflexibilidad del sistema y en el futuro contabilizar el premio de otra manera. Con el modelo actual, la estudiante sale perjudicada porque su madre ya no recibirá esos ingresos extra y regresará al quintil inmediatamente inferior.
La otra opción es que las propias universidades o el Ministerio de Educación sean capaces de distinguir con más detalle, a través de las fichas de acreditación socioeconómica, las diversas fuentes de ingreso familiar y excluir complementos transitorios otorgados precisamente por mérito académico. De lo contrario el mensaje al estudiante es clarito: esfuérzate un poco menos, deja que otro se lleve el premio y luego cobra tus beneficios correspondientes. 

Fuente: Diario Las Últimas Noticias,, domingo 3 de marzo de 2013 pp 2 y 4