Normativa de mascotas quedará bajo la tutela de los Ministerios de Salud y Educación

             Normativa de mascotas quedará bajo la tutela de los Ministerios de Salud y Educación

Publicado el 09 de agosto del 2013

La marginación del Ministerio del Interior y el traspaso de la tuición legislativa a las carteras de Salud y Educación fueron apoyados transversalmente al interior de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.

Con amplio nivel de consenso y de manera transversal, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados acordó esta semana radicar en los Ministerios de Salud y de Educación la tutela de la legislación relativa a mascotas y animales de compañía, marginando con ello al Ministerio del Interior. 

El proyecto (boletín 6499), hasta el pasado martes 6 de agosto, mantenía el criterio aprobado por el Senado en el primer trámite legislativo, que adjudicaba a Interior la tarea de supervigilar la normativa y dictar, por tanto, el reglamento. Sin embargo, después de varias sesiones de discusión, se consideró que el tema se asocia más con el ámbito sanitario y con el educacional, que con el de la seguridad pública.

“Nosotros le traspasamos la responsabilidad de gran parte de la ley a la autoridad sanitaria, en conjunto con el Ministerio de Educación, porque éste tiene responsabilidad a través de la Ley de Protección Animal que se decretó en 2009. Y también con la autoridad municipal que, según el marco de la ley y los aportes que entreguen Educación y Salud, puedan hacer ordenanzas acordes”, confirmó la diputada Karla Rubilar (RN).

Por medio de una indicación presentada por los diputados Enrique Accorsi (PPD), Juan Luis Castro (PS), Manuel Monsalve (PS), Marco Antonio Núñez (PPD), Karla Rubilar, Gabriel Silber (DC) y Víctor Torres (DC), aprobada con la sola objeción de la presidenta de la Comisión, diputada Marisol Turres (UDI), se determinó que “los órganos de la administración del Estado y, en especial, el Ministerio de Salud, Ministerio de Educación y la autoridad municipal, en ejercicio de sus respectivas atribuciones, promoverán la educación para la tenencia responsable de mascotas o animales de compañía, a fin de asegurar su bienestar y la salud de las personas y el ambiente”.

Asimismo, se acordó definir que el Ministerio de Educación podrá diseñar los contenidos mínimos en la educación de niños y adolescentes de temas relacionados con el cuidado de los animales de compañía, el compromiso de las personas con ellos, con el medioambiente, con la higiene y salud, tanto de las personas como de los animales.

La diputada Rubilar sostuvo que se está avanzando lo más rápido posible y precisó que se busca superar las discrepancias a través de normas de consenso. En todo caso, alertó que se van a topar con algunos inconvenientes a la hora de definir el financiamiento de la propuesta legal. “No vamos a terminar de aprobar la ley si no tenemos claro el presupuesto que traspasa Salud a los municipios para realizar la labor”, puntualizó.

Consultada sobre la problemática que podría presentarse con otras mascotas (distintas de los perros) que pudieran ser potencialmente peligrosas, como por ejemplo una serpiente pitón o un caimán, señaló que la normativa no está pensada para aplicarse a animales exóticos, porque ellos cabrían dentro de la normativa que regula el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Recalcó que la ley hoy en discusión, a grandes rasgos, tiene que ver con los animales que todos conocen como domésticos.

Informó que la normativa no considera la creación de nuevas perreras municipales, dado que éstas han demostrado no funcionar en la práctica, sino que se promueve la opción de centros de estadía temporal, que pueden ser hospitales veterinarios o lugares de hospedaje, en donde se pueden internar perros, procurar su recuperación e, idealmente, entregarlo en adopción a una familia.

Si bien no se llegó a votar en la oportunidad, si quedó establecido el criterio mayoritario para modificar el actual concepto de animal potencialmente peligroso. Así, se superaría la identificación de la peligrosidad con una determinada raza y se asociaría más bien ésta a un historial de agresión por parte del animal y/o algunas características físicas, tales como su tamaño o masa corporal.