Región del Sahel: Luchar contra la sequía y fortalecer la capacidad de adaptación de las comunidades

Ciudad de Washington, 5 de diciembre de 2013. El río Senegal atraviesa Guinea, Malí, Mauritania y Senegal para desembocar en el Océano Atlántico después de recorrer algunas de las partes más secas y propensas a la sequía de África occidental. 
Como cualquier recurso hídrico compartido, este río constituye un importante medio de sustento económico, social y cultural para más de 35 millones de personas, de las cuales 12 millones viven en la cuenca, que tiene una superficie de 300 000 kilómetros cuadrados.
El Proyecto de aprovechamiento de los recursos hídricos de multiusos de la cuenca del río Senegal por un monto de US$228,5 millones, aprobado hoy por el Directorio Ejecutivo del Grupo del Banco Mundial, es un nuevo intento para aliviar la escasez de agua y mejorar las perspectivas agrícolas de millones de personas de los cuatro países ribereños. Se trata de la segunda fase de un programa multisectorial de varias naciones que durará 10 años, y cuyo objetivo es aumentar la disponibilidad de alimentos, energía y riego, y satisfacer otras metas de desarrollo.
Impulsar la agricultura
Un importante alimento básico y favorito en gran parte de África occidental es el arroz. A lo largo de las orillas del río Senegal y adentrándose en el delta, el cultivo de este cereal es una ocupación importante y constituye la principal fuente de alimentos e ingresos para las comunidades agrícolas cuya situación depende en gran medida de la disponibilidad de agua para riego.
En la actualidad, la agricultura de regadío es limitada. Se aprovecha el potencial de riego de menos de la mitad de la cuenca del río Senegal, estimada en 375 000 hectáreas. Solo se pueden usar realmente 90 000 hectáreas de las 130 000 a 140 000 hectáreas que se han desarrollado. El nuevo proyecto permitirá la irrigación de 13 000 hectáreas, fortalecerá la integración regional y promoverá el aprovechamiento de los recursos hídricos de multiusos, con el fin de aumentar los ingresos y mejorar los medios de subsistencia de la comunidad.
La aldea de Thilene, en el norte de Senegal, es un ejemplo arquetípico de cómo se puede lograr un impacto transformador proporcionando riego a los agricultores. En ese lugar, un nuevo sistema de irrigación alimentado por el río Senegal está aumentando la producción de arroz y permitiendo que se obtengan niveles récord de cosechas tres veces al año.
“En el pasado teníamos grandes dificultades para obtener agua”, dijo Mamba Diop, un entusiasta agricultor que cultiva arroz y que también es presidente de la Unión de Agricultores de Thilene. “Hoy en día todo el mundo tiene agua, y todos pueden cultivar durante todo el año. Esto ha aumentado nuestros ingresos; la migración del campo a la ciudad se ha detenido porque todos los jóvenes están interesados ​​en la agricultura. Incluso pudimos poner electricidad en nuestra aldea y enviar a nuestros hijos a la escuela”.
Una historia similar está ocurriendo en el vecino país Malí, donde la confluencia del río Bakoye con el río Bafing dan lugar al río Senegal. Aquí, las comunidades han practicado la agricultura de subsistencia, y la falta de agua les impidió lograr la prosperidad hasta que se instaló un nuevo sistema de riego.
“Nuestra principal actividad es la agricultura, que es nuestra única fuente de ingresos”, dijo Sambali Sissoko, un agricultor de la aldea de Bafoulabé. “Estamos organizados en cooperativas y cada uno de nosotros tiene un terreno donde cultivamos repollos, cebollas, berenjenas, lechugas y maíz. Ahora podemos regar nuestras tierras, y tendremos una buena cosecha y más ingresos”.
Proteger la salud humana
Se necesitan grandes proyectos de infraestructura hídrica para satisfacer las crecientes necesidades de alimentos y energía de una población que va en aumento, y que prevé que se duplique cada 25 años. Pero en la cuenca del río Senegal, estos esfuerzos frecuentemente se asocian con enfermedades relacionadas con el agua.
Por ejemplo, el paludismo afecta a más del 14% de los niños menores de 5 años y al 9% de las mujeres embarazadas, que son los grupos más vulnerables. Entre los países ribereños, Guinea encabeza la lista con más del 54%, la tasa de prevalencia más alta, mientras que Mauritania registra 1,2%, el índice más bajo. Malí y Senegal informaron tasas de 3,1% y 2,1% respectivamente.
Gracias a una gestión adecuada de las masas de agua y la distribución de mosquiteros, cada vez más comunidades que viven en la cuenca del río Senegal están cerca de ver desaparecer el paludismo de sus vidas. El proyecto ya ha distribuido 3,1 millones de mosquiteros tratados con insecticidas de larga duración. Como resultado, el uso de estos medios de protección ha aumentado en general del 27,6% al 46%.
El pueblo de Richard Toll, situado en la ribera sur del río en el norte de Senegal, es un ejemplo revelador. Al comentar sobre cómo la batalla contra el paludismo se está librando con éxito, el Dr. Alassane Tall, un médico del centro de salud local, señaló que gracias a la masiva distribución de mosquiteros es muy raro encontrar una casa en el pueblo en que no haya uno. “Hoy en día, casi no tenemos casos de paludismo aquí”, afirmó.
Durante una entrevista, Sall Dieynaba Sy, madre de dos niños pequeños, dio testimonio del éxito de la distribución de este mecanismo de protección, y agregó: “Cada día, cada noche, durante todo el año, mis hijos y yo dormimos bajo un mosquitero”.
Pescar para comer
Después de la agricultura, la pesca es la segunda actividad económica más importante en la cuenca del río Senegal. Las prácticas de pesca no sostenibles y los cambios hidrológicos están afectando negativamente los medios de subsistencia de muchas comunidades.
Para respaldar el desarrollo de los recursos pesqueros en aguas interiores y la acuicultura en áreas seleccionadas de la cuenca del río, el proyecto está proporcionando fondos para fortalecer las instituciones relacionadas, el desarrollo de programas sostenibles de gestión de pesca, el apoyo a la valorización de las capturas de peces mediante una mejor infraestructura de almacenamiento, y el financiamiento de programas de acuicultura.
“La pesca es nuestra actividad principal, es la que nos permite satisfacer las necesidades de nuestras familias”, dijo Serigne Ba, quien ha practicado el oficio durante tres décadas y es presidente de la Asociación de Pesca de Thiago en Senegal. “Con los nuevos barcos y redes de pesca, podemos ir más lejos, atrapar más peces, y conservarlos durante más tiempo, porque ahora tenemos contenedores refrigerados. Esto nos permite vender el pescado a nivel local y a mercados alejados, como el pueblo de Richard Toll”.
Coordinación y cooperación es clave para un impacto transformador
La Organización para el Desarrollo del Río Senegal (OMVS, por sus siglas en francés) fue creada en 1972 para promover el crecimiento coordinado de los sectores hídrico y energético. Bajo la dirección conjunta de Guinea, Malí, Mauritania y Senegal, la OMVS armoniza los esfuerzos de planificación e inversión en la cuenca de manera de mitigar los riesgos de inversiones hídricas en gran escala y compartir los beneficios entre los países ribereños.
En declaraciones sobre la importancia de un enfoque multifacético para el desarrollo sostenible de la cuenca del río Senegal, el Alto Comisionado de la OMVS, Kabiné Komara, dijo: “Más de 12 millones de personas que viven a lo largo del río solían ser las más pobres de la zona. Este proyecto ha mejorado las condiciones sanitarias, y ha contribuido al aumento de los medios de subsistencia. Mediante una mejor gestión de la pesca, la seguridad alimentaria ha mejorado y los ingresos han aumentado considerablemente. Nuestro respaldo a la agricultura no ha consistido solo en regar los campos, sino también en ofrecer a los agricultores orientación y formación, junto con pequeños préstamos que permitieron el mejoramiento de la tecnología agrícola y el intercambio de conocimientos”.
Mientras los cuatro países de la cuenca del río Senegal trabajan juntos para mejorar el bienestar de sus poblaciones, no hay duda de que la activa coordinación y estrecha cooperación están dando resultados.
“La segunda fase del Proyecto de aprovechamiento de los recursos hídricos de multiusos de la cuenca del río Senegal está ayudando a las comunidades a garantizar el crecimiento económico, mejorar el bienestar, y enfrentar y adaptarse al cambio climático”, señaló Shelley Mcmillan, especialista superior en Recursos Hídricos y líder del proyecto. “Este modelo de colaboración ofrece perspectivas muy prometedoras para otras partes de África al sur del Sahara”.


fuente: Banco Mundial 

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