Ciclo “A 100 años del inicio de la Primera Guerra Mundial “. Documento nº5: “ El tanque”
En 1916
durante la Primera Guerra Mundial, los alemanes emplazados junto al río Somme,
Francia deben haberse sentido muy desconcertados cuando vieron avanzar hacia
ellos 32 armatostes metálicos, fuertemente blindados y montado sobre llantas de
oruga.
Eran los
primeros tanques o carros de combate , una de las armas consideradas
indispensables dentro de un ejército moderno.
El
tanque es una creación de la ingeniería británica, aunque sus ideas básicas ya
fueron esbozadas por el pintor e inventor italiano Leonardo da Vinci, durante
el Renacimiento en el siglo XVI. Su construcción fue uno de los secretos mejor
guardados durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, gracias a una
pequeña estrategia. Cada una de las partes de los blindados fue construida en
una fábrica distinta y después, embaladas en grandes cajas, se simuló el envío
a Mesopotamia como si se tratara de tanques de agua. De ahí su nombre , thanks
en inglés, con el que siguen conociéndose en la mayor parte del mundo.
Ya
durante la guerra de los bóers entre 1899 y 1902, el Ministerio de Guerra
inglés encargó varias máquinas de vapor blindadas. . En 1912, el oficial alemán
Günther Busstyn proyectó el primer carro de combate, pero su aplicación se vio
limitada por la incapacidad del modelo para operar en terrenos accidentados. Lo
que espoleó el desarrollo de un vehículo de este tipo, fue el punto muerto que se produjo durante la
“guerra de trincheras”, en el primer conflicto mundial.
En 1914,
el Ministerio de Guerra y el Almirantazgo británico iniciaron por separado
estudios para desarrollar “naves terrestres”, iniciativa que acabaron por
aunarse.
El
primer prototipo, sometido en 1915 al primer lord del Almirantazgo, Winston
Churchill, consistía en una plataforma
montada sobre tres ruedas de 12 m de diámetro, tamaño necesario para
poder cruzar las trincheras alemanas, accionadas por un motor diesel. Sobre la
plataforma se instalarían tres torretas, cada una con cañones gemelos. Pero se
le consideró demasiado grande.
En 1916
, el fabricante de tractores William Tritton y el teniente W.G. Wilson
desarrollaron una idea nueva, basada en la tracción de oruga. Para que el
vehículo pudiera superar los parapetos germanos, de 1.20 m de altura, y cruzar
las trincheras de casi 3 m de ancho, dispusieron de llantas de oruga alrededor
de un casco en forma de rombo. Eso ampliaba la zona de tracción de contacto con
el suelo a un semicírculo de 18 m de diámetro.
Fuente: Suplemento
Icarito: “Historia del Siglo XX”, nº 293, Diario La Tercera, Santiago de Chile.
1988, pp 9.
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