Nuevo informe expone prioridades para abordar el desafío del empleo juvenil en África
Ciudad de Washington, 27 de enero de 2014. Una prioridad
importante para África será elevar el potencial de ingresos de la cada
vez más numerosa población juvenil en la región, lo cual requerirá la
adopción de medidas firmes en varios frentes, según el nuevo informe del
Banco Mundial Youth Employment in Sub-Saharan Africa (El empleo juvenil en África al sur del Sahara).
Ahora que los jóvenes constituyen el grupo más numeroso en la mayoría de los países, es más urgente que nunca allanar el camino para crear más oportunidades de trabajo productivo, señala el documento. Esto es válido independientemente del tipo de empleo que realicen, ya sea en el moderno sector asalariado de rápido crecimiento, en empresas familiares, o en millones de pequeñas granjas familiares.
La adopción de políticas adecuadas que aprovechen el hecho de que África es la región “más joven” del mundo —en comparación con otras zonas donde la población está envejeciendo aceleradamente— podría generar mayor prosperidad para los hogares y grandes beneficios económicos para los países africanos.
Jóvenes tratan de encontrar trabajos más productivos
“Todos los jóvenes deben adquirir un nivel básico de conocimientos en materia de lectura, escritura y aritmética, ya que sin los cuales su potencial de ingresos sigue siendo bajo”, dijo Deon Filmer, uno de los autores del informe y economista principal del Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo y la región de África del Banco Mundial. “También deben poder tener acceso a la tierra, el financiamiento y la capacitación, todo lo cual desempeña un papel importante en la mejora de sus perspectivas”.
En un breve video (i) sobre el desafío del empleo juvenil en África, jóvenes de ambos sexos de Etiopía, Kenya y Níger dan a conocer los retos que enfrentan cuando buscan trabajo, las necesidades que deben satisfacer para progresar aún más y sus aspiraciones futuras.
“Cuando terminé la escuela, tuve que dedicarme a la agricultura para alimentar a mis padres y hermanos”, dijo Felix Roa, quien vive cerca de Malindi, en la zona costera de Kenya. Él está cultivando un acre de maíz y al mismo tiempo atiende una pequeña tienda en la que vende solo unos pocos artículos de primera necesidad.
Aunque a Felix le gustaría ampliar su negocio o conseguir un empleo en la ciudad, aún no lo ha hecho, en parte porque carece de las calificaciones adecuadas. “Partir en busca de trabajo a la ciudad no sería fácil porque ya hay allá quienes compiten por los mismos puestos”, agregó.
Mayoría de los jóvenes buscará trabajo en el sector informal
Aunque el sector formal —conformado por empresas más grandes y donde existen empleos asalariados estructurados— llegará a ser finalmente el mayor empleador de África, casi el 80% de la población en la región trabaja en el sector informal, como es el caso de Felix, a menudo recibiendo ingresos muy bajos. Este último sector seguirá empleando a la mayoría de los jóvenes.
“Históricamente, el sector informal ha sido descuidado”, dijo Louise Fox, coautora del informe, execonomista principal del Banco Mundial y actual profesora visitante en la Universidad de California en Berkeley. “Los jóvenes, en particular en las zonas rurales y semiurbanas, suelen aprovechar las oportunidades cuando pueden. El informe sostiene que es esencial ampliar la ayuda para tener acceso a esas oportunidades”.
Los jóvenes enfrentan múltiples obstáculos en la búsqueda de vías para conseguir ingresos más altos. Por ejemplo, el Fondo de Acción Social de Uganda Septentrional ha demostrado que quienes recibieron dinero en efectivo para financiar cursos de capacitación y adquirir los activos necesarios para crear una empresa —aliviando las dificultades tanto en materia de habilidades como de financiamiento— ganaron un 41% más que los que no recibieron las donaciones.
Tanto en Liberia como en Uganda, la capacitación de las adolescentes en habilidades conductuales y técnicas permitió aumentar el empleo y al mismo tiempo dar mayor formación en aptitudes para la vida y reducir los comportamientos de riesgo. En Uganda, el empleo para las jóvenes que recibieron capacitación subió un 32%.
Los jóvenes de hogares pobres también pueden beneficiarse enormemente de las redes de protección social, ya sea mediante las transferencias regulares de dinero en efectivo de los Gobiernos a las familias más vulnerables, o las oportunidades de obtener ingresos que brindan los programas de obras públicas.
Todo esto ayuda a que las familias puedan seguir enviando los niños a la escuela y comprar alimentos suficientes para todos, incluso en situaciones de sequía o pérdidas repentinas de ingresos. Estas medidas protegen sus necesidades básicas de salud y educación. Mediante las redes de protección social también pueden ofrecerse actividades de capacitación a los jóvenes más pobres, tal como está sucediendo actualmente en los programas de obras públicas en Nigeria.
Empleo juvenil no es un desafío unidimensional
Como lo explica el informe, el empleo juvenil no es un desafío simple o unidimensional, y los Gobiernos africanos deberán actuar de diversas formas para abordarlo de una manera integral.
Las políticas gubernamentales tendrán que ayudar a crear capital humano y mejorar el entorno para los negocios, de modo que el sector privado pueda aprovechar las oportunidades que surgen de cambios inevitables en la competitividad de otras regiones. El documento enfatiza que se debe aumentar la productividad agrícola, las empresas familiares y el moderno sector asalariado para que todos los jóvenes puedan tener mejores perspectivas en el futuro.
El logro de estas metas está estrechamente relacionado con un crecimiento económico más inclusivo —a medida que las economías africanas reducen su dependencia de las industrias extractivas y se orientan hacia otros sectores que tienen mayor potencial para emplear a un gran número de personas— y está en consonancia con el doble objetivo del Banco Mundial de terminar con la pobreza extrema y fomentar la prosperidad compartida
fuente: Banco Mundial
Ahora que los jóvenes constituyen el grupo más numeroso en la mayoría de los países, es más urgente que nunca allanar el camino para crear más oportunidades de trabajo productivo, señala el documento. Esto es válido independientemente del tipo de empleo que realicen, ya sea en el moderno sector asalariado de rápido crecimiento, en empresas familiares, o en millones de pequeñas granjas familiares.
La adopción de políticas adecuadas que aprovechen el hecho de que África es la región “más joven” del mundo —en comparación con otras zonas donde la población está envejeciendo aceleradamente— podría generar mayor prosperidad para los hogares y grandes beneficios económicos para los países africanos.
Jóvenes tratan de encontrar trabajos más productivos
“Todos los jóvenes deben adquirir un nivel básico de conocimientos en materia de lectura, escritura y aritmética, ya que sin los cuales su potencial de ingresos sigue siendo bajo”, dijo Deon Filmer, uno de los autores del informe y economista principal del Grupo de Investigaciones sobre el Desarrollo y la región de África del Banco Mundial. “También deben poder tener acceso a la tierra, el financiamiento y la capacitación, todo lo cual desempeña un papel importante en la mejora de sus perspectivas”.
En un breve video (i) sobre el desafío del empleo juvenil en África, jóvenes de ambos sexos de Etiopía, Kenya y Níger dan a conocer los retos que enfrentan cuando buscan trabajo, las necesidades que deben satisfacer para progresar aún más y sus aspiraciones futuras.
“Cuando terminé la escuela, tuve que dedicarme a la agricultura para alimentar a mis padres y hermanos”, dijo Felix Roa, quien vive cerca de Malindi, en la zona costera de Kenya. Él está cultivando un acre de maíz y al mismo tiempo atiende una pequeña tienda en la que vende solo unos pocos artículos de primera necesidad.
Aunque a Felix le gustaría ampliar su negocio o conseguir un empleo en la ciudad, aún no lo ha hecho, en parte porque carece de las calificaciones adecuadas. “Partir en busca de trabajo a la ciudad no sería fácil porque ya hay allá quienes compiten por los mismos puestos”, agregó.
Mayoría de los jóvenes buscará trabajo en el sector informal
Aunque el sector formal —conformado por empresas más grandes y donde existen empleos asalariados estructurados— llegará a ser finalmente el mayor empleador de África, casi el 80% de la población en la región trabaja en el sector informal, como es el caso de Felix, a menudo recibiendo ingresos muy bajos. Este último sector seguirá empleando a la mayoría de los jóvenes.
“Históricamente, el sector informal ha sido descuidado”, dijo Louise Fox, coautora del informe, execonomista principal del Banco Mundial y actual profesora visitante en la Universidad de California en Berkeley. “Los jóvenes, en particular en las zonas rurales y semiurbanas, suelen aprovechar las oportunidades cuando pueden. El informe sostiene que es esencial ampliar la ayuda para tener acceso a esas oportunidades”.
Los jóvenes enfrentan múltiples obstáculos en la búsqueda de vías para conseguir ingresos más altos. Por ejemplo, el Fondo de Acción Social de Uganda Septentrional ha demostrado que quienes recibieron dinero en efectivo para financiar cursos de capacitación y adquirir los activos necesarios para crear una empresa —aliviando las dificultades tanto en materia de habilidades como de financiamiento— ganaron un 41% más que los que no recibieron las donaciones.
Tanto en Liberia como en Uganda, la capacitación de las adolescentes en habilidades conductuales y técnicas permitió aumentar el empleo y al mismo tiempo dar mayor formación en aptitudes para la vida y reducir los comportamientos de riesgo. En Uganda, el empleo para las jóvenes que recibieron capacitación subió un 32%.
Los jóvenes de hogares pobres también pueden beneficiarse enormemente de las redes de protección social, ya sea mediante las transferencias regulares de dinero en efectivo de los Gobiernos a las familias más vulnerables, o las oportunidades de obtener ingresos que brindan los programas de obras públicas.
Todo esto ayuda a que las familias puedan seguir enviando los niños a la escuela y comprar alimentos suficientes para todos, incluso en situaciones de sequía o pérdidas repentinas de ingresos. Estas medidas protegen sus necesidades básicas de salud y educación. Mediante las redes de protección social también pueden ofrecerse actividades de capacitación a los jóvenes más pobres, tal como está sucediendo actualmente en los programas de obras públicas en Nigeria.
Empleo juvenil no es un desafío unidimensional
Como lo explica el informe, el empleo juvenil no es un desafío simple o unidimensional, y los Gobiernos africanos deberán actuar de diversas formas para abordarlo de una manera integral.
Las políticas gubernamentales tendrán que ayudar a crear capital humano y mejorar el entorno para los negocios, de modo que el sector privado pueda aprovechar las oportunidades que surgen de cambios inevitables en la competitividad de otras regiones. El documento enfatiza que se debe aumentar la productividad agrícola, las empresas familiares y el moderno sector asalariado para que todos los jóvenes puedan tener mejores perspectivas en el futuro.
El logro de estas metas está estrechamente relacionado con un crecimiento económico más inclusivo —a medida que las economías africanas reducen su dependencia de las industrias extractivas y se orientan hacia otros sectores que tienen mayor potencial para emplear a un gran número de personas— y está en consonancia con el doble objetivo del Banco Mundial de terminar con la pobreza extrema y fomentar la prosperidad compartida
fuente: Banco Mundial
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