Según el Boletín El Niño/La Niña hoy de la OMM, podría producirse un episodio débil de La Niña

Según el último Boletín El Niño/La Niña hoy de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), puede que en los próximos meses, y por segundo año consecutivo, el tiempo se vea sujeto a la influencia de un episodio débil de La Niña en muchas partes del mundo.
La Niña, fenómeno conocido también como “anomalía negativa”, produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, que viene acompañado de cambios en la circulación atmosférica tropical.
El Niño y La Niña son fases opuestas de la interacción atmósfera-océano en el Pacífico tropical, que se denominan conjuntamente “El Niño/Oscilación del Sur (ENOS)”. Tienen efectos opuestos en las características del tiempo y el clima. Las zonas que se ven afectadas por precipitaciones inferiores a la media durante un episodio de El Niño registran por lo general precipitaciones por encima de la media durante un episodio de La Niña y viceversa.
“La influencia de algunos fenómenos climáticos a gran escala, como La Niña, se extiende a países en los que habitan millones de personas. Nuestra capacidad para predecir por adelantado esos fenómenos es de vital importancia para facilitar la planificación en sectores sensibles al clima, como el de la agricultura, los recursos hídricos, la salud pública, la energía o el transporte, y proporcionar alertas tempranas de los riesgos que conllevan”, manifestó Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.
El Boletín El Niño/La Niña hoy de la OMM indica que, desde el mes de agosto, en la parte oriental del Pacífico tropical se ha producido un rápido enfriamiento de las temperaturas de la superficie del mar, que se han acercado a los niveles de La Niña. No obstante, los indicadores atmosféricos se han mantenido fundamentalmente en unas condiciones neutras del ENOS. Para que se produzca un episodio de La Niña típico, es esencial que tanto el océano como la atmósfera presenten las características propias asociadas.
Existen probabilidades de entre el 50 y el 55% de que en el último trimestre de 2017 se den unas condiciones correspondientes a un episodio débil de La Niña, según el Boletín, que se basa en modelos climáticos de los principales centros de predicción del mundo y en las evaluaciones de esos modelos realizadas por expertos.
Si realmente ocurre un episodio de La Niña, lo más probable es que sea de intensidad débil, y se prevé que las condiciones vuelvan a ser neutras en el primer trimestre de 2018.
Otro escenario verosímil es que persistan las actuales condiciones neutras del ENOS hasta finales de año, con entre el 45 y el 50% de posibilidades. La formación de un episodio de El Niño prácticamente puede descartarse, según la OMM.
El año pasado se dieron unas condiciones cercanas a las de un episodio de La Niña. No es infrecuente que se produzcan dos episodios consecutivos de La Niña después de un episodio intenso de El Niño, como el que se produjo en 2015/2016.
Nota para los editores:
Por lo general, los efectos de La Niña son opuestos a los de El Niño, pero dependen de la intensidad del episodio, la época del año en que se produce y la interacción con otros factores climáticos.
Los episodios de La Niña se caracterizan por la presencia de un flujo de corriente en chorro de tipo ondulatorio sobre los Estados Unidos y el Canadá durante el invierno boreal, con temperaturas más frías de lo normal y una actividad tormentosa superior a la media en el norte, y con temperaturas más cálidas y menos actividad tormentosa en el sur.
Aunque cada episodio de La Niña es único, algunas características suelen ser recurrentes. Por ejemplo, es frecuente que La Niña vaya acompañada de precipitaciones en el este de Australia, Indonesia, Filipinas, Tailandia y el sureste de Asia. En general, este fenómeno provoca un aumento de las precipitaciones en el noreste del Brasil, Colombia y en otras zonas septentrionales de América del Sur, y unas precipitaciones inferiores a las del régimen habitual en el Uruguay, parte de la Argentina, a lo largo de la costa del Ecuador y en el noroeste del Perú.
Generalmente, los episodios de La Niña se asocian a un aumento de las precipitaciones en el sur de África y a una déficit de precipitación en la zona ecuatorial del África Oriental, por ejemplo en el este de Kenya y Somalia, así como a un déficit de las precipitaciones del monzón del noreste en las partes más al sur del Asia Meridional.
La Niña tiende a suprimir toda actividad ciclónica tropical en las cuencas de las partes central y oriental del Pacífico y a intensificarla en la cuenca atlántica.
Es importante tener en cuenta que El Niño y La Niña no son los únicos factores que condicionan las características climáticas a escala mundial. A escala regional y local puede encontrarse información aplicable en las predicciones climáticas estacionales regionales o nacionales, tales como las elaboradas por los Centros Regionales sobre el Clima (CRC) de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los Foros regionales sobre la evolución probable del clima (FREPC) y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN).

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