IPC cumple 90 años midiendo la variación de los precios y reflejando la evolución de los hábitos de consumo del país

El primer cálculo oficial del índice se efectuó sobre la base de una canasta de bienes y servicios creada en 1928, que incluía 42 productos tales como el poncho de castilla, el cigarrillo y el pasaje en tranvía. Desde entonces, la medición ha pasado por una serie de mejoras metodológicas que han buscado situarla en concordancia con los estándares de la OCDE.
Este 2018 se cumplen 90 años desde que se conformó la primera canasta de bienes y servicios que sirvió de base para medir oficialmente la forma en que los precios de determinados productos variaban en un mes, a través de un indicador hoy conocido como Índice de Precios al Consumidor (IPC). Así, en todo este tiempo y gracias a las múltiples mejoras metodológicas que se han incorporado en la medición y a las periódicas actualizaciones efectuadas a dicha canasta, Chile ha podido contar con un índice oficial de precios que ha reflejado los distintos hábitos de consumo de las y los chilenos.
Para conmemorar la fecha de este importante indicador –que permite monitorear mensualmente cómo evoluciona la inflación, sirviendo como instrumento oficial para reajustar arriendos, créditos, pensiones alimenticias, sueldos, salarios y contratos públicos y privados, así como para calcular la Unidad de Fomento (UF) y la Unidad Tributaria Mensual (UTM)- , el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) publicó este martes 20 de marzo en www.ine.cl, una infografía que resume estos 90 años de historia del IPC, dando cuenta de cómo han evolucionado sus respectivas canastas. 

Vestuario solo de hombre
La canasta de 1928 contenía solo 42 productos, entre los cuales estaban el pan francés, la cerveza rubia, el vino tinto, los cigarrillos (considerados en el ítem Alimentos) y  el viaje en tranvía. Entre la ropa había solo prendas de hombre: terno, poncho, camisa y zapatos. Desde esa fecha y durante los siguientes casi 30 años, la canasta fue representativa solo del consumo efectuado por 68 familias de los mismos empleados del INE, que en aquellos tiempos se llamaba Servicio Nacional de Estadísticas y Censos.

La siguiente canasta fue creada en 1957 e incluyó muchos más productos: 112. Ahí se incorporaron, por ejemplo, los alimentos procesados como las salchichas, las bebidas cola, la plancha eléctrica, la pasta de dientes y la entrada al estadio. A la ropa de hombre se agregó la de mujer y niños.  Una de las más importantes mejoras metodológicas asociadas fue que a partir de esta fecha empezó a usarse la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) como referencia para definir los productos y servicios de la canasta del IPC, así como sus pesos relativos o ponderadores.

Aparecen más productos electrónicos

En la nueva canasta del IPC, con base diciembre 1969=100, el número de productos volvió a crecer sustancialmente, quedando en 305. Entre los productos que ingresaron por primera vez estuvieron la empanada de horno, el pollo entero, las almejas, el pago de dividendo, el refrigerador, los pañales de guagua, el teléfono particular, la radio y el televisor.

En la canasta de 1978 los productos aumentaron a 348 y para ellos se determinaron especificaciones técnicas relativas a la calidad, composición, peso, volumen, marca y envase. Algunos de los nuevos productos fueron el chicle, el hot dog, el combinado, la tetera, el cierre eclair, las botas de cuero para mujer, el automóvil, la motocicleta, la bicicleta y el pasaje en Metro.

En la canasta de 1989, en tanto, se estableció un criterio de gasto mínimo para la inclusión de los bienes y servicios. Los productos se incrementaron, llegando a 368, y se definieron nuevas especificaciones para ellos. Por ejemplo, las paltas a medir debían ser verde oscuras y de primera; el pisco, en botella y de 30 grados; las flores, en media docena y rosas rojas, y la película fotográfica, de 100 asas y para 36 fotos en colores.

A partir de la canasta de 1998 comenzaron a calcularse, además del IPC, los índices analíticos asociados, como el IPCX y el IPCX1. Asimismo, se realizaron esfuerzos por elevar la calidad y precisión del IPC, por lo que se incluyó un mayor número de artículos y productos, una mayor cantidad de precios recolectados por producto y mayor periodicidad en la toma de precio. Entre las incorporaciones estuvieron la comida china, el teléfono celular, el computador, la cámara fotográfica, el horno microondas, los servicios de televisión por cable y los servicios veterinarios.

Importantes mejoras metodológicas

En 2008 se estableció una canasta de transición que incorporó el sistema de Clasificación del Consumo Individual por Finalidad (CCIF). Al año siguiente, en 2009, con la nueva canasta, se produjeron algunos de los cambios más significativos en la medición del IPC, ya que se adoptaron estándares proporcionados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para facilitar la comparación internacional de la medición. Debido a lo anterior, y a que la EPF se amplió a todo el país, el IPC adquirió representatividad de los hábitos de consumo de las áreas urbanas de todas las ciudades capitales y de sus zonas conurbadas (antes abarcaba solo el Gran Santiago). Además, a partir de esta fecha se estableció que la canasta debía ser actualizada cada cinco años. Entre los productos que se incorporaron estuvieron el servicio de alarma para la vivienda, los anticonceptivos, los preservativos y el servicio público de internet.

La canasta con base año 2013=100 tuvo mejoras vinculadas con el uso de fuentes externas de información para ajustar gastos de la VII EPF, como el uso de las cuentas nacionales y de registros administrativos. Entre los nuevos productos destacaron el alimento para bebé, el servicio de transporte escolar, los gimnasios, la bebida energética y la banda ancha móvil.

Línea de tiempo - 90 años IPC

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