Estudio chileno aporta nuevos antecedentes sobre actividad reciente del volcán Villarrica
- La investigación se centró en la caracterización de rocas incandescentes emitidas por el macizo durante los últimos años, particularmente durante el periodo de mayor actividad instrumental registrado entre 2022 y 2024.
Actualmente, el volcán Villarrica se mantiene en alerta técnica verde, lo que indica una fase de estabilidad relativa. Esta condición responde a una disminución sostenida en los niveles de actividad interna, tras un periodo de significativa agitación registrado en años recientes. La ausencia de un lago de lava visible y la falta de explosiones en el cráter han descartado, por ahora, la necesidad de una zonificación de peligro inmediata en torno al macizo.
Entre 2022 y 2024, el volcán presentó un comportamiento inusualmente activo, con un aumento en las anomalías térmicas, variaciones sísmicas y deformaciones en su estructura. Estos indicadores alcanzaron una magnitud no vista desde ciclos previos, con rasgos comparables a los observados antes de la erupción de 2015.
En ese contexto, se llevó a cabo una investigación científica publicada en la revista “Bulletin of Volcanology”. El estudio fue liderado por un investigador de la Universidad de O’Higgins, con colaboración de especialistas de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica del Sernageomin y actores locales, consolidando un enfoque multidisciplinario.
El análisis se centró en las características petrológicas de las emisiones de rocas incandescentes expulsadas durante ese periodo. La principal hipótesis plantea una intrusión de magma más caliente proveniente de zonas profundas, que no llegó a emerger, pero que se habría acumulado en los reservorios internos del sistema volcánico, explicando las mediciones anómalas de actividad registrada por la red instrumental de Sernageomin.
Durante la fase de mayor agitación, las autoridades elevaron la alerta técnica a nivel naranja debido a la intensificación de diversos parámetros. Sin embargo, con el paso del tiempo, los registros mostraron una disminución progresiva, lo que permitió el retorno a niveles considerados normales para un volcán activo como el Villarrica.
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