El informe sobre el estado de los recursos hídricos mundiales aporta datos sobre los ríos, el almacenamiento terrestre de agua y los glaciares

 

La Organización Meteorológica Mundial informa sobre la disponibilidad de agua dulce en un clima cambiante

Ginebra, 29 de noviembre de 2022 – La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha publicado el primer informe sobre el estado de los recursos hídricos mundiales, en el que se evalúan los efectos del cambio climático, medioambiental y social en los recursos hídricos de la Tierra. El objetivo de este balance anual es apoyar el monitoreo y la gestión de los recursos de agua dulce del mundo en una época caracterizada por la creciente demanda y el limitado suministro.


En el informe se brinda un resumen del flujo fluvial, así como de las principales crecidas y sequías. Se ofrecen perspectivas sobre las zonas críticas en cuanto a los cambios en el almacenamiento de agua dulce, a la vez que se ponen de relieve la función esencial y la vulnerabilidad de la criosfera (la nieve y el hielo).


En el informe se señala que, en grandes zonas del planeta, se registraron condiciones más secas de lo normal en 2021, un año en el que la distribución de las precipitaciones se vio influenciada por el cambio climático y un episodio de La Niña. La superficie con un flujo fluvial por debajo de la media fue, aproximadamente, dos veces mayor que la superficie por encima de la media, en comparación con la media hidrológica de 30 años.


“Los impactos del cambio climático suelen manifestarse por medio del agua, con sequías más intensas y frecuentes, inundaciones más extremas, lluvias estacionales más irregulares y la aceleración de la fusión de los glaciares, y generan efectos en cascada en las economías, los ecosistemas y todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Sin embargo, no se dispone de conocimientos suficientes sobre los cambios en la distribución, la cantidad y la calidad de los recursos de agua dulce”, afirmó el profesor Petteri Taalas, Secretario General de la OMM.


“El informe sobre el estado de los recursos hídricos mundiales tiene por objeto subsanar esta deficiencia en los conocimientos y proporcionar una reseña concisa sobre la disponibilidad de agua en diferentes partes del mundo. Estos datos orientarán las inversiones en las actividades de adaptación y mitigación vinculadas al clima, así como la campaña de las Naciones Unidas que se centra en brindar un acceso universal en los próximos cinco años a las alertas tempranas de peligros, como crecidas y sequías”, añadió el profesor Taalas.


Actualmente, 3 600 millones de personas tienen un acceso inadecuado al agua, como mínimo, un mes al año, y se prevé que esta cifra se incrementará a más de 5 000 millones de aquí a 2050. Entre 2001 y 2018, ONU‑Agua dio a conocer que el 74 % de todos los desastres naturales estuvo relacionado con el agua. En la reciente conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (27ª Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), se instó a los gobiernos a seguir integrando el agua en las iniciativas de adaptación, lo cual constituye la primera vez que se ha hecho referencia al agua en un documento final de una Conferencia de las Partes en reconocimiento de su importancia decisiva.


En la primera edición del informe, se examina el flujo fluvial, es decir, el volumen de agua que fluye por el canal de un río en un momento determinado. Asimismo, se evalúa el almacenamiento terrestre de agua, es decir, toda el agua que se encuentra en la superficie y la subsuperficie terrestre y la criosfera (agua congelada).


La información y los mapas complementarios se basan, principalmente, en datos modelizados (para lograr la máxima cobertura geográfica), así como en información obtenida por teledetección de la misión de almacenamiento terrestre de agua del Experimento de Recuperación Gravitatoria y Clima (GRACE) de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA). Los resultados de los modelos se validaron con respecto a los datos observados, cuando estuvieron disponibles.


En el informe, se hace hincapié en la falta de datos hidrológicos verificados y accesibles. Mediante la Política Unificada de Datos de la OMM, se procura acelerar la disponibilidad y el intercambio de datos hidrológicos, incluida la información sobre los caudales fluviales y las cuencas fluviales transfronterizas.


Flujo fluvial


En grandes zonas del planeta, se registraron condiciones más secas de lo normal en 2021, en comparación con el promedio del período hidrológico de referencia de 30 años.


Entre ellas, cabe mencionar la zona del Río de la Plata en América del Sur, donde una sequía persistente ha afectado a la región desde 2019, el sur y el sureste de la Amazonia, y algunas cuencas de América del Norte, por ejemplo, las de los ríos Colorado, Missouri y Mississippi.


En África, algunos ríos, como el Níger, el Volta, el Nilo y el Congo, tuvieron caudales menores de lo normal en 2021. Asimismo, algunos ríos de partes de Rusia, el oeste de Siberia y Asia Central registraron caudales inferiores a la media en 2021.


Se observaron caudales fluviales mayores de lo normal en algunas cuencas de América del Norte, el norte de la Amazonia y África meridional (Zambezi y Orange), así como en China (la cuenca del río Amur) y el norte de la India.


Aproximadamente una tercera parte de las zonas analizadas se correspondió con la media de 30 años.



Se ha informado sobre crecidas importantes que provocaron numerosas víctimas, por ejemplo, en China (provincia de Henan), el norte de la India, Europa occidental y los países afectados por los ciclones tropicales, como Mozambique, Filipinas e Indonesia.


Etiopía, Kenya y Somalia han afrontado varios años consecutivos de precipitaciones inferiores a la media que han causado una sequía regional.


Almacenamiento terrestre de agua


Por almacenamiento terrestre de agua, se entiende toda el agua que se encuentra en la superficie y la subsuperficie terrestre.


En 2021, el almacenamiento terrestre de agua se clasificó como menor de lo normal (en comparación con la media calculada en el período 2002‑2020) en la costa oeste de los Estados Unidos, la zona central de América del Sur y la Patagonia, el norte de África y Madagascar, Asia Central y Oriente Medio, el Pakistán y el norte de la India.


Por otra parte, fue mayor de lo normal en la zona central de África, el norte de América del Sur, específicamente, la cuenca del Amazonas, y la región septentrional de China.


A más largo plazo, en el informe se señalaron varias zonas críticas con una tendencia negativa en el almacenamiento terrestre de agua. Entre ellas, se incluyeron la cuenca del río San Francisco del Brasil, la Patagonia, las cabeceras de los ríos Ganges e Indo, y el suroeste de los Estados Unidos.


En cambio, la región de los Grandes Lagos presenta una anomalía positiva, al igual que la cuenca del Níger, el Rift de África Oriental y el norte de la cuenca del Amazonas.


En general, las tendencias negativas son más fuertes que las positivas. Algunas de las zonas críticas se ven exacerbadas por la sobreexplotación de las aguas subterráneas con fines de riego. La fusión de la nieve y el hielo también tiene un impacto considerable en varias zonas, entre las que se incluyen Alaska, la Patagonia y el Himalaya.


Criósfera


La criósfera (los glaciares, la capa de nieve, los casquetes de hielo y, donde se encuentra presente, el permafrost) es el mayor reservorio natural de agua dulce del mundo. Las montañas suelen denominarse “torres de agua” naturales porque son la fuente de los ríos y del abastecimiento de agua dulce para 1 900 millones de personas, según se estima.


Los cambios en los recursos hídricos de la criósfera repercuten en la seguridad alimentaria, la salud humana y la integridad y el mantenimiento de los ecosistemas, además de que generan importantes impactos en el desarrollo económico y social. Estos cambios también representan el origen de ciertos peligros, como las inundaciones fluviales y las crecidas repentinas provocadas por los desbordamientos repentinos de lagos glaciares.


Con temperaturas más elevadas, la escorrentía anual de los glaciares generalmente aumenta en primer lugar, hasta que alcanza un punto de inflexión, al que se lo suele llamar “pico de agua”, a partir del cual la escorrentía disminuye. Las proyecciones a largo plazo de los cambios en la escorrentía glaciar y los momentos en que se alcanzará el pico de agua son datos esenciales para la adopción de decisiones en materia de adaptación a largo plazo.


Las evaluaciones futuras del informe de la OMM sobre el estado de los recursos hídricos mundiales ofrecerán un incentivo para analizar periódicamente los cambios en la criósfera y la variabilidad de los recursos hídricos en las cuencas y a nivel regional.



Comentarios

Entradas populares de este blog

En Semana Santa se movilizaron cerca de 5 mil toneladas de recursos y productos pesqueros en el país

Las 3 banderas de Chile

FALLECE ROY GARBER, UNO DE LOS PROTAGONISTAS DE LA SERIE “GUERRA DE ENVÍOS” EN A&E