Oxia Planum y Mawrth Vallis son los candidatos finales elegidos para el aterrizaje del robot explorador y la plataforma científica de superficie de la misión ExoMars 2020. Se trata de dos emplazamientos antiguos, que en los albores del planeta albergaron agua en abundancia.
Elegidos los Dos Candidatos Finales Para el Aterrizaje de ExoMars
30.03.17.- Oxia Planum y Mawrth Vallis son los candidatos finales elegidos para el aterrizaje del robot explorador y la plataforma científica de superficie de la misión ExoMars 2020. Se trata de dos emplazamientos antiguos, que en los albores del planeta albergaron agua en abundancia.
Una de las principales limitaciones técnicas para el lugar de aterrizaje era que su altitud debía ser bastante baja, con una atmósfera suficiente como para permitir el frenado del módulo de aterrizaje durante su descenso en paracaídas.
Además, en la elipse de aterrizaje de 120 x 19 km no podía haber formaciones que pudieran poner en peligro el aterrizaje, el despliegue de las rampas de la plataforma de superficie para la salida del rover ni el desplazamiento de este último. Así, fue necesario realizar un barrido de la región en busca de pendientes pronunciadas, materiales sueltos y grandes rocas.
En 2015, Oxia Planum fue elegida para someterla a una evaluación más detallada. Aunque esta fase aún no ha finalizado, las investigaciones efectuadas hasta el momento indican que la región cumpliría los distintos requisitos. No obstante, también había que escoger un emplazamiento alterativo, a elegir entre Aram Dorsum y Mawrth Vallis.
Tras dos días de reunión con expertos de la comunidad científica de Marte, la industria y el proyecto ExoMars, durante los cuales se presentaron los méritos de los tres emplazamientos, su estado de cumplimiento preliminar y sus limitaciones técnicas, se decidió que Mawrth Vallis sería el segundo emplazamiento en someterse a evaluaciones detalladas.
Un año antes del lanzamiento se decidirá definitivamente cuál será el lugar de aterrizaje de ExoMars 2020.
Los dos emplazamientos se encuentran al norte del ecuador, en una región salpicada de canales que van de los altiplanos del sur a los del norte. Ambos conservan una nutrida historia geológica que da cuenta del pasado más húmedo de Marte, hace miles de millones de años, por lo que constituyen destinos ideales para misiones como ExoMars, que buscan signos de vida pasada en el Planeta Rojo.
Oxia Planum se encuentra en la frontera donde numerosos canales desembocaban en las vastas planicies de las tierras bajas, y presenta capas de minerales arcillosos formados en condiciones de humedad hace unos 3.900 millones de años.
Las observaciones en órbita muestran que los minerales de Oxia Planum son representativos de los que se encuentran en una vasta área que incluye esta región, por lo que podrían ofrecer información de las condiciones experimentadas a escala global durante esa era de la historia marciana.
Mawrth Vallis es un gran canal de desbordamiento situado a varios cientos de kilómetros de Oxia Planum. La elipse de aterrizaje propuesta se encuentra justo al sur del canal. Toda la región presenta depósitos con numerosas capas de sedimentos arcillosos y una amplia variedad de minerales, lo que sugiere una presencia continua de agua, y quizá hasta lagunas localizadas, durante un periodo de varios cientos de millones de años.
Además, una serie de fracturas de color claro con ‘vetas’ de minerales alterados por efecto del agua apuntan a interacciones entre las rocas y líquidos en acuíferos subterráneos, e incluso a posible actividad hidrotermal que podría haber beneficiado la aparición de formas de vida antiguas.
Mawrth Vallis abre una ventana a un amplio periodo de la historia marciana que podría mostrarnos la evolución temprana del entorno del planeta a lo largo del tiempo.
Los esfuerzos ahora se van a centrar en conocer lo mejor posible los dos emplazamientos. Desde el punto de vista científico, esto incluirá identificar los puntos en que el robot podría utilizar su taladro para tomar muestras bajo la superficie, así como definir posibles recorridos que abarcarían hasta 5 km desde el lugar de aterrizaje, para así llegar al máximo número posible de puntos de interés.
En lo relativo a ingeniería, los equipos seguirán registrando la distribución y el tamaño de rocas y cráteres, y documentando los ángulos de las pendientes locales y la cobertura de la ‘arena’ blanda, para garantizar que el aterrizaje y los trayectos por el planeta sean lo más seguros posible. Ahora comenzará el estudio detallado de Mawrth Vallis.
El robot explorador y la plataforma científica de superficie transportarán instrumental para llevar a cabo un exhaustivo análisis del lugar de aterrizaje y sus alrededores. Mientras que el robot irá a distintos emplazamientos para analizar la superficie y el subsuelo en busca de signos de vida anterior, la plataforma estacionaria ofrecerá imágenes contextuales del lugar de aterrizaje, monitorizará el clima a largo plazo e investigará la atmósfera.
ExoMars, fruto de la colaboración de la ESA y Roscosmos, es una misión doble, que también incluye el Satélite para el estudio de Gases Traza, que llegó a Marte a finales de 2016. Además de su propia misión científica de análisis de la atmósfera en busca de gases poco comunes que pudieran estar relacionados con actividad biológica o geológica, el satélite actuará como relé de datos para la misión 2020.
Concepto artístico del rover de la misión ExoMars de la ESA. Image Credit: ESA/ATG medialab
Fuente: NASA
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