La OMS insta a ofrecer atención de calidad a las mujeres y los recién nacidos en las primeras semanas cruciales después del parto
La OMS insta a ofrecer atención de calidad a las mujeres y los recién nacidos en las primeras semanas cruciales después del parto
Se publican nuevas recomendaciones que subrayan la urgencia de apoyar la salud física y mental en el periodo posnatal
30 de marzo de 2022 Noticias departamentales Ginebra
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado hoy sus primeras directrices mundiales para apoyar a las mujeres y los recién nacidos en el periodo posnatal, es decir, las seis primeras semanas después del nacimiento, un momento crucial para garantizar la supervivencia del recién nacido y la madre y apoyar el desarrollo saludable del bebé, así como la recuperación y el bienestar mental y físico general de la madre.
En todo el mundo, más de tres mujeres y bebés de cada 10 no reciben actualmente atención posnatal en los primeros días tras el nacimiento, el periodo en que se producen la mayoría de las muertes maternas e infantiles. En ese plazo las consecuencias físicas y emocionales del parto –de lesiones a dolor recurrente y trauma– pueden ser debilitantes si no se tratan, pese a que con frecuencia son muy fáciles de tratar si se ofrece la atención adecuada en el momento adecuado.
«Una vez nacido el bebé sigue siendo necesario ofrecer atención de calidad a la madre y el recién nacido», ha señalado el Dr. Anshu Banerjee, Director del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente y Envejecimiento de la OMS. «De hecho, el nacimiento de un bebé es un acontecimiento que cambia mucho la vida, en el que se entremezclan sentimientos de amor, esperanza y emoción, pero que también puede provocar estrés y ansiedad sin precedentes. Los progenitores –especialmente las mujeres, cuyas necesidades se descuidan con demasiada frecuencia una vez nacido el bebé– necesitan sistemas sólidos de apoyo y atención de salud».
Además de tratar los problemas de salud inmediatos, las primeras semanas tras el nacimiento son cruciales para crear lazos y establecer comportamientos que inciden en el desarrollo y la salud del lactante a largo plazo. Las directrices incluyen recomendaciones para asesorar sobre la lactancia materna –por ejemplo, facilitar el anclaje y el posicionamiento en el establecimiento de la lactancia– y para ayudar a los progenitores a ofrecer una atención que se adapte a sus bebés recién nacidos.
En total, las nuevas directrices reúnen más de 60 recomendaciones que contribuyen a dar forma a una experiencia posnatal positiva para las mujeres, los bebés y las familias. He aquí algunas de las recomendaciones:
Atención de calidad en los establecimientos de salud para todas las mujeres y bebés durante al menos 24 horas tras el nacimiento, con un mínimo de tres reconocimientos posnatales adicionales en las seis primeras semanas. Ello debería incluir visitas domiciliarias, de ser posible, para que el trabajador de la salud pueda facilitar la transición a la atención en el domicilio. Si el parto ha tenido lugar en el hogar, la primera consulta posnatal debe ser lo antes posible, y no más de 24 horas después del nacimiento.
Medidas para detectar y responder a los signos de peligro que requieren atención médica urgente, ya se trate de la mujer o el bebé.
Tratamiento, apoyo y asesoramiento para facilitar la recuperación y gestionar los problemas habituales que las mujeres pueden experimentar después del parto, como dolor perineal y congestión mamaria.
Exploración de todos los recién nacidos para detectar anomalías oculares y deficiencias auditivas, y administración de la vacunación que corresponde al nacer.
Apoyo para ayudar a las familias a interactuar con los bebés y responder a sus señales, y mantenerse en contacto estrecho con ellos y ofrecerles calor y bienestar.
Asesoramiento sobre lactancia materna exclusiva, acceso a la anticoncepción y promoción de la salud posnatales, en particular la práctica de una actividad física.
Fomento de la participación de la pareja, para que esté presente en los reconocimientos, por ejemplo, y brinde apoyo a la mujer y atienda al recién nacido.
Cribados para detectar depresión y ansiedad posparto en la madre, con servicios de derivación y tratamiento de ser necesario.
En las recomendaciones se especifica la duración mínima de la estancia hospitalaria tras el nacimiento y se ofrecen orientaciones sobre los criterios para dar el alta, si bien se indica que el tiempo necesario dependerá de cada mujer y cada bebé, el contexto social, la experiencia del parto y la existencia de algún problema de salud. Se recomiendan consultas posnatales adicionales para las mujeres y los recién nacidos sanos entre 48 y 72 horas después del parto, entre siete y 14 días, y durante la sexta semana. Si se detectan riesgos para la salud, probablemente se requieran más consultas, con tratamiento que podría ser necesario mantener más allá de las seis primeras semanas.
«Los datos muestran que las mujeres y sus familias quieren y necesitan una experiencia posnatal positiva que les ayude a superar los inmensos desafíos físicos y emocionales que se producen después del nacimiento de los bebés, además de fomentar su confianza como progenitores», ha señalado la Dra. Mercedes Bonet, Funcionaria Médica del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS y del Programa Especial de las Naciones Unidas sobre Reproducción Humana (HRP). «Los servicios posnatales especializados deben proporcionar un apoyo vital para la salud física y mental, y ayudar a los cuidadores a que den lo mejor de sí al ofrecer la atención adecuada a sus recién nacidos».
Estas recomendaciones culminan una trilogía de directrices de la OMS para una atención de maternidad de calidad durante el embarazo, el parto y el posparto que se centran en atender las necesidades de todas las mujeres que dan a luz y de sus bebés. Las directrices propugnan los derechos a una experiencia de atención de salud positiva, en que las personas reciban un trato digno y respetuoso y puedan participar activamente en la toma de decisiones en materia de salud que les atañen.
Fuente: OMS
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