Jóvenes rurales de Atacama conocen experiencias de asociatividad, agroecología e innovación en Coquimbo
Foto gentileza INDAP
Por Avelino Araya
Con apoyo de INDAP, un grupo de jóvenes rurales de Atacama visitó las experiencias de trabajo colaborativo en producción de fertilizantes y abonos líquidos que realizan emprendedoras del programa Prodesal en la Región de Coquimbo, así como también el trabajo de expertos del centro experimental del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) en Pan de Azúcar, La Serena, quienes están adaptando algunas especies frutales a las condiciones de sequía.
Cristián Flores, hortalicero de la comuna de Freirina y miembro de la Mesa de Jóvenes Rurales que apoya INDAP Atacama, destacó la importancia de la gira técnica. “Pudimos aprender ÿ apreciar cómo un grupo de emprendedoras del Prodesal está desarrollando biofertilizantes y bioinsecticidas amigables con la naturaleza, y algo que nos interesó mucho fue saber que este tipo de productos hace que las hortalizas y frutas tengan una trazabilidad sana y segura desde su producción hasta llegar al consumidor, lo que pone en valor las cualidades de los productos de la Agricultura Familiar Campesina”, expresó.
Añadió que “a muchos de nosotros nos motiva e interesa que la gente se sienta segura de lo que come, ya que cada vez más se están demandado productos sanos y con alto valor nutricional, por tanto es un objetivo para muchos jóvenes rurales poder desarrollar una agricultura limpia”.
La gira continuó al centro experimental del INIA en Pan de Azúcar, donde ingenieros agrónomos mostraron a los jóvenes el trabajo de adaptación para mejorar cualidades de especies frutales como las cerezas, un producto altamente demandado en países como Estados Unidos y Alemania.
“Lo principal en el campo experimental fue conocer la forma de trabajo que tienen los profesionales de INIA en torno a la aclimatación de cerezos traídos desde el sur, logrando variedades precoces que resisten mejor a condiciones extremas de falta de agua o déficit hídrico como consecuencia del cambio climático. También conocimos el trabajo con otras especies como macadamios y papayos con muy buenos resultados de adaptación a la sequía”, señaló Cristián Flores.
Sobre la experiencia recogida en la gira, dijo que ”para el grupo fue vital darse cuenta que se puede hacer agricultura limpia con bajos costos, dando al mismo tiempo seguridad y confianza a la gente; y por el lado de la asociatividad, el trabajo en equipo y la colaboración juegan un papel importante, porque hace que cada rol de un productor en el grupo sea algo significativo”.
“Creemos que es importante que más jóvenes se motiven a hacer agricultura en Atacama, en algunos casos continuando lo que sus familias han hecho durante años o bien captar la atención de otros jóvenes, en especial de colegios o escuelas agrícolas, para que al igual que nosotros puedan desarrollar sus ideas de emprendimiento. Es una forma de seguir dando seguridad alimentaria en cada territorio”, concluyó Flores.
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