INE se reúne con periodistas para abordar impacto del COVID-19 en la Encuesta Nacional de Empleo
Explicar los principales desafíos metodológicos que está enfrentado la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), el impacto que está generando en el mercado laboral la pandemia del coronavirus y facilitar el uso de la información que contendrá el boletín de empleo que publica el viernes 29 de mayo, fueron los principales objetivos del sexto encuentro del Ciclo de Conferencias para Periodistas que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) llevó a cabo este miércoles 27 de mayo, a través de una reunión virtual.
En la oportunidad, el jefe (s) del Departamento de Estadísticas del Trabajo, David Niculcar, detalló el plan de contingencia que el INE adoptó desde mediados de marzo para hacer el levantamiento de la encuesta. Este incluye la suspensión del trabajo en terreno, la recolección de datos vía llamadas telefónicas y la entrega de respuestas a través de un cuestionario autoaplicado. A ello se suma una constante coordinación y asesoría con organismos internacionales, como Cepal y la OIT, y con oficinas nacionales de estadísticas de países como Colombia, Uruguay y Estados Unidos, para compartir experiencias y recomendaciones.
Niculcar también adelantó algunas de las consecuencias de la pandemia que debieran verse reflejadas en los resultados de la ENE para el trimestre móvil febrero-abril de 2020 y para los siguientes, tanto entre la población ocupada como en la población desocupada y aquella fuera de la fuera de trabajo. Señaló, por ejemplo, que dada la ley de protección del empleo, se debiera esperar un aumento de los ocupados ausentes, es decir, de las personas que no trabajaron durante la semana de referencia de la encuesta debido a la suspensión temporal de su trabajo, pero mantienen un ingreso.
Asimismo, se mencionó que dada las restricciones de movilidad que impiden el normal desarrollo de las actividades económicas se observará un flujo importante de personas hacia fuera de la fuerza de trabajo (inactividad), las que en su mayoría no estarán buscando un empleo, pero estarán disponibles para trabajar, conformando lo que se denomina la fuerza de trabajo potencial. Este mayor tránsito hacia la inactividad hará que las presiones sobre el mercado laboral (aumento de la desocupación) se vean de cierto modo amortiguadas.
En la reunión también se aclararon conceptos técnicos y se dieron distintos ejemplos sobre cómo se aplican los criterios de OIT en la clasificación de la población ocupada, desocupada y fuera de la fuerza de trabajo (inactiva).
Durante el encuentro con los periodistas se dieron a conocer, además, las nuevas preguntas que se incorporan al cuestionario de la ENE para medir los efectos del coronavirus y que comenzaron a aplicarse el 18 de mayo. Estas se relacionan con las expectativas que tienen las personas sobre el plazo para volver a sus trabajos y con cómo han variado los ingresos recibidos por esos trabajos durante la pandemia.
En la oportunidad, el jefe (s) del Departamento de Estadísticas del Trabajo, David Niculcar, detalló el plan de contingencia que el INE adoptó desde mediados de marzo para hacer el levantamiento de la encuesta. Este incluye la suspensión del trabajo en terreno, la recolección de datos vía llamadas telefónicas y la entrega de respuestas a través de un cuestionario autoaplicado. A ello se suma una constante coordinación y asesoría con organismos internacionales, como Cepal y la OIT, y con oficinas nacionales de estadísticas de países como Colombia, Uruguay y Estados Unidos, para compartir experiencias y recomendaciones.
Niculcar también adelantó algunas de las consecuencias de la pandemia que debieran verse reflejadas en los resultados de la ENE para el trimestre móvil febrero-abril de 2020 y para los siguientes, tanto entre la población ocupada como en la población desocupada y aquella fuera de la fuera de trabajo. Señaló, por ejemplo, que dada la ley de protección del empleo, se debiera esperar un aumento de los ocupados ausentes, es decir, de las personas que no trabajaron durante la semana de referencia de la encuesta debido a la suspensión temporal de su trabajo, pero mantienen un ingreso.
Asimismo, se mencionó que dada las restricciones de movilidad que impiden el normal desarrollo de las actividades económicas se observará un flujo importante de personas hacia fuera de la fuerza de trabajo (inactividad), las que en su mayoría no estarán buscando un empleo, pero estarán disponibles para trabajar, conformando lo que se denomina la fuerza de trabajo potencial. Este mayor tránsito hacia la inactividad hará que las presiones sobre el mercado laboral (aumento de la desocupación) se vean de cierto modo amortiguadas.
En la reunión también se aclararon conceptos técnicos y se dieron distintos ejemplos sobre cómo se aplican los criterios de OIT en la clasificación de la población ocupada, desocupada y fuera de la fuerza de trabajo (inactiva).
Durante el encuentro con los periodistas se dieron a conocer, además, las nuevas preguntas que se incorporan al cuestionario de la ENE para medir los efectos del coronavirus y que comenzaron a aplicarse el 18 de mayo. Estas se relacionan con las expectativas que tienen las personas sobre el plazo para volver a sus trabajos y con cómo han variado los ingresos recibidos por esos trabajos durante la pandemia.
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