Después de 40 años vuelve a nacer un yunco en isla Chañaral
Después de 40 años vuelve a nacer un yunco en isla Chañaral
Esta ave se encuentra en peligro de extinción y se logró que volviera a nidificar en esta isla de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt luego de erradicar a los conejos. Además, gracias a dos sistemas de audios instalados en la isla que emitían sonidos de yuncos se logró atraer a las primeras aves que exploraron el lugar.
La historia se inició en septiembre de 2019 y tuvo sus frutos en noviembre de 2022, cuando se confirmó el nacimiento de un polluelo de yunco (Pelecanoides garnotii) en la isla Chañaral, de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, después de 40 años. Esto se logró gracias a la erradicación de los conejos de la Isla ya que eran una especie invasora y les habían ocupado sus nidos.
Si bien, como relató Cristian Rivera, guardaparques de isla Chañaral en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, el proceso de la erradicación de los conejos se inició en el 2013 en las islas Choros y Chañaral, fue en septiembre del 2019 cuando se comenzó con el proyecto de atracción social en este lugar, buscando atraer nuevamente a los yuncos para que pudieran volver a anidar.
“Usamos nidos artificiales de PVC y dos juegos de parlantes alimentados por energía solar que emiten llamadas de petreles para atraer a los adultos cercanos a anidar en la isla. Este fue uno de los primeros proyectos de este tipo en cualquier isla chilena. Sólo unos días después de que se instalaron los dos sistemas de sonido, los yuncos o petreles comenzaron a llegar a la isla para explorar los alrededores”, explicó Cristián Rivera.
Fotografía que acredita el nacimiento de un polluelo de yunco en la isla Chañaral, después de 40 años.
“Apenas tres años después de iniciar el proyecto, nuestro equipo ya había encontrado tres madrigueras excavadas de forma natural, y dentro de ellas esperaba una sorpresa increíble. Usando una cámara de madriguera, que permite ver en lo profundo de la cámara de un nido, pudimos observar nuestro primer polluelo de yunco documentado en la isla en al menos 40 años”, expresó Rivera.
Los petreles buceadores peruanos (conocidos localmente como “yuncos”) son pequeñas aves marinas que anidan en el suelo y son endémicas del sistema de la corriente de Humboldt que fluye a lo largo de la costa occidental de América del Sur. La isla Chañaral, ubicada a solo unas pocas millas de la costa de la Región de Atacama, albergó la población más grande de esta especie en el mundo, antes de que se introdujeran especies invasoras.
Para Coral Wolf, Gerente del Programa de Ciencias de la Conservación en Island Conservation, lo realizado en estas islas y lo acontecido en la isla Chañaral, es el resultado de un trabajo coordinado y mancomunado entre diferentes organismos.
Se utilizaron nidos artificiales de PVC y dos juegos de parlantes (alimentados por energía solar) que emiten llamadas de petreles, para atraer a los adultos cercanos a anidar en la isla.
Uno de los aspectos que más resaltó Coral Wolf, es que “durante algunas décadas, los petreles buceadores o yuncos no habitaron Chañaral, y dentro de la región sólo se podían encontrar en un puñado de islas. Estaban en riesgo de extinción global. Desde que los conejos invasores se removieron con éxito, nos hemos centrado en restablecer la población de petreles buceadores y desarrollar resiliencia para ellos y muchas otras especies únicas de esta región”.
La especialista en restauración de islas, María José Vilches, de Island Conservation Chile, dijo que el éxito tendrá un efecto colateral en la conservación de la región, ya que “las lecciones aprendidas de los sitios de atracción social en Chañaral han catalizado el interés en implementar herramientas de atracción social en sitios cercanos apropiados adicionales. Por ejemplo, Island Conservation planea agregar sitios de atracción social de yunco en la isla Pájaros Uno, donde eliminamos con éxito las ratas invasoras que llegaron con los humanos y que en poco tiempo ahuyentaron a los yuncos que allí nidificaban. Este trabajo ofrece esperanza a estas increíbles criaturas, que estaban a punto de perder su hábitat natural de forma permanente”.
Se construyeron nidos artificiales: un año y medio después se detectó la construcción de las primeras madrigueras naturales.
Fotos: CONAF
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