En Latinoamérica, por ejemplo, cientos de miles de cabezas de ganado mueren cada año a causa de la rabia contraída a través de los murciélagos vampiro






28 de septiembre de 2012, Roma - Se calcula que alrededor de 55 000 personas mueren de rabia cada año en el mundo, el 95 por ciento de ellas en Asia y África. La rabia es una enfermedad viral que afecta al sistema nervioso, y que a menudo es transmitida por perros infectados. La rabia también mata a los animales de granja. En Latinoamérica, por ejemplo, cientos de miles de cabezas de ganado mueren cada año a causa de la rabia contraída a través de los murciélagos vampiro. Este tipo de muertes del ganado por rabia ocurren en todo el mundo, pero a menudo no se informa sobre ellas.



Un exitoso proyecto en Bali, Indonesia, muestra que la rabia se puede controlar combatiendo el virus en los animales, antes de que pueda transmitirse a los seres humanos.





La rabia llegó por mar



Se cree que el virus de la rabia llegó por primera vez a la isla de Bali en 2008, con un perro infectado en el barco de un pescador de una de las islas vecinas, donde la rabia es endémica. A finales de noviembre de 2008, se confirmó en Bali la muerte del primer ser humano a causa de la rabia, y hasta 2010, el número de casos continuó aumentando de forma constante, alcanzando en ese año un pico de 11 muertes en un mes. Hasta la fecha, han muerto más de 140 personas.





El virus de la rabia, transmitido casi siempre por la mordedura o arañazo de un perro infectado, viaja a través del sistema nervioso hasta que llega al cerebro. Puede tardar semanas, o años, pero una vez que aparecen los síntomas, la enfermedad resulta casi inevitablemente fatal en el 100 por cien de los casos.





"La muerte de personas fue la voz de alarma de que la rabia se encontraba circulando entre la muy numerosa población canina de Bali ", explicó Katinka de Balogh, oficial de la FAO de sanidad pública veterinaria y coordinadora para la rabia.





Se estima que en Bali hay hasta 350 000 perros, la mayoría de los cuales son considerados perros vagabundos "comunitarios" Vagan libremente por las calles de aldeas y ciudades, donde su ladrido es un sonido característico que acompaña la vida cotidiana. Se dice que casi todas las familias tienen al menos un perro.





En las etapas iniciales de la llegada de la rabia a la isla -que previamente estaba libre de ella-, la atención se centró en la reducción de la población canina a través del sacrificio de animales, mientras que se hizo un menor uso de la vacunación. Sin embargo, continuaron aumentando los informes de nuevos casos de rabia, y los grupos de defensa de los animales intensificaron sus protestas contra el sacrificio de perros.





Cambio de táctica



En 2010, la Asociación protectora de animales de Bali (Bawa), financiada por la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA) y la Agencia Australiana para el Desarrollo Internacional (AusAID), inició en toda la isla campañas masivas de vacunación de forma gratuita, dirigidas a la población de perros callejeros. El resultado fue una marcada disminución de nuevos casos de infecciones de rabia en seres humanos. La Dirección de Sanidad Animal de Indonesia, al ver resultados concretos, se dirigió a la FAO en busca de apoyo técnico para aprovechar el impulso y las lecciones aprendidas luchando contra el virus de la rabia en Bali.





"Si se hubieran tomado medidas antes, podrían haberse salvado vidas y recursos. Pero en ese momento no existían sistemas de respuesta de emergencia y planes de contingencia para contener la propagación de los primeros casos aislados de rabia", señaló Katinka de Balogh.



"Ahora tenemos que hacer retroceder la enfermedad una vez que ya está en toda la isla, reduciendo continuamente la cantidad de virus que circula entre los perros en la isla", añadió.





Asistencia de la FAO



A principios de 2011, la FAO comenzó a trabajar con los servicios veterinarios para desarrollar una estrategia específica para combatir la rabia, coordinándose a distintos niveles: local, provincial y con las autoridades centrales en Yakarta. Además, los servicios de sanidad humana, las ONG locales y los grupos de protección de los animales también colaboraron en la creación de un frente unido contra la rabia. La FAO apoyó al gobierno ayudando a sentar a todas las partes implicadas a la mesa para poner en marcha un programa eficaz de lucha contra la enfermedad.





En la primera ronda de vacunaciones aplicadas por BAWA, se vacunaron unos 239 000 perros. En la segunda ronda, coordinada por el Servicio pecuario de la provincia de Bali y la Dirección de Sanidad Animal del gobierno central -con financiación de la FAO, Australia y Estados Unidos-, fueron vacunados otros 235 000 perros en el plazo de cuatro meses. Está en curso una tercera ronda de vacunaciones, que inclirá otros 250 000 canes.





La FAO también apoyó la capacitación de personal veterinario y pecuario en la captura de los perros, su inmovilización con redes y la administración de la vacuna contra la rabia de forma segura -para proteger a los perros, y a las personas a su alrededor-. También fueron capacitados para poner collares a los perros para marcarlos como animales vacunados. El Programa de Cooperación Técnica de la FAO incluyó igualmente:



Apoyo operativo para la vacunación de emergencia por el gobierno local después de los casos de rabia positivos;

El suministro de vacunas y equipo

Campaña de concienciación a gran escala de para que la gente sepa qué hacer si son mordidos por un perro

Apoyo a la coordinación entre médicos y veterinarios para la notificación y respuesta rápidas cuando las personas son mordidas por un perro

Apoyo a la supervisión del gobierno local de los perros vacunados y no vacunados en cada aldea para garantizar la cobertura de la vacunación





Inmunidad colectiva



Con más del 70 por ciento de los perros vacunados, los canes han adquirido lo que se denomina "inmunidad de rebaño". Con este nivel de cobertura de vacunación, el virus de la rabia no es capaz de propagarse en una población canina que tiene una protección inmunológica, y con el tiempo se extingue.



Las muertes por rabia en seres humanos han disminuido de 83 en 2010 a 26 en 2011. Hasta ahora, en 2012, sólo siete personas han fallecido víctimas de la rabia.





Un último obstáculo



Además, la vacunación tendrá que proseguir, ya que nacen constantemente nuevos cachorros que carecen de inmunidad. Una vez al año debe hacerse una revacunación con carácter general. Los casos de rabia experimentarán por lo tanto una disminución constante, hasta que un día lleguen a desaparecer de la isla.





Jim McGrane, jefe Asesor Técnico de la FAO, que dirige la labor sobre sanidad animal en Indonesia en relación a la rabia y la gripe aviar, subraya que sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer para garantizar el éxito.



"Al haberse producido cada vez menos casos de rabia cada mes que pasa, se corre el riesgo de que la gente baje la guardia, y no tome las medidas de precaución que es necesario adoptar", advirtió McGrane.



Para proseguir con estas últimas etapas de la campaña de Bali contra la rabia, el apoyo tiene que llegar pronto, en caso contrario la rabia seguramente volverá a hacer su aparición.

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