Temporada incierta para la producción de papa
Foto INIA
Existe preocupación entre los productores de papa del Territorio Araucanía Costera para la actual temporada 2020-2021. En una zona, donde la producción de papa es una de las principales actividades económicas, a la preocupante situación sanitaria que afecta al país, se agrega la incertidumbre de un proceso de comercialización que aún no parte. La ausencia de agentes compradores tiene paralizada la comercialización de este importante producto. “En la zona, el término de la temporada 2019-2020, caracterizada por el efecto de una sequía que afectó negativamente el rendimiento entre un 15% y un 20%, se vio alterada por las restricciones producto de las medidas para contener la pandemia del coronavirus, que en algunos momentos se transformó en una dificultad para conseguir gente para efectuar la cosecha, escasez de fletes y transporte, y restricción para acceder a los mercados mayoristas tradicionales. Cabe señalar que en el ámbito de la agricultura empresarial, donde el cultivo se maneja mayoritariamente bajo condición de riego, los rendimientos fueron similares a superiores a la temporada anterior”, comenta Juan Inostroza, especialista de INIA Carillanca.
La comercialización de la producción partió muy lenta a inicio de la temporada de cosecha con precios bajos que se arrastraban desde octubre de 2019. Generalmente el mayor precio alcanzado por las papas en Chile es en octubre de cada año y desciende posteriormente con el inicio de la producción de papa nueva. No obstante, en la zona sur el precio se mantiene alto, ya que por ser la región productora de papa semilla existe prohibición de ingreso de papas de otras zonas y a esa fecha ya se observa una disminución de la papa de guarda, que presiona el precio local hacia el alza. Producto de la inestabilidad generada por el estallido social en octubre, en la zona sur disminuyó la fiscalización del comercio de papa clandestina, ingresando mucha papa proveniente de la zona norte, afectando negativamente los precios para los productores de papa nueva, mayoritariamente agricultores familiares de las comunas de Saavedra y Carahue. A fines de octubre e inicios de noviembre de 2019 se pagó en campo por papa nueva entre 18 mil y 15 mil pesos por saco de 25 kilogramos, solo por algunas semanas, bajando rápidamente a 10 mil pesos y menos, de mediados de noviembre en adelante. En ese período se pagó por papa de guarda entre 5 mil y 4 mil pesos llegando a 3 mil 500 durante el verano, donde prácticamente no habían agentes compradores en la zona. “En marzo, iniciada la cosecha de papa de guarda se pagaba 3 mil 200 pesos por saco puesto en el camión. Si bien, con las primeras medidas tomadas por las autoridades para contener la pandemia se produce un aumento de los precios que alcanzan a 15 mil pesos por saco en el mercado mayorista de Santiago y 10 mil a nivel de campo, después de una semana los precios vuelven a bajar a los niveles de inicio de la temporada de cosecha. Entre mayo y junio la comercialización de papa es muy baja, reportándose ventas muy limitadas a 3 mil 500 pesos por saco, destinado a los mercados locales. “Las dificultades que han enfrentado los productores de papa en la zona son la escasez de personas para efectuar la cosecha, restricción al traslado de la producción y falta de fletes y aumento del costo de los insumos. Sin embargo, el principal problema del sector en la región es la comercialización, debido los bajos precios de venta, tanto en los mercados locales como en los mayoristas y la ausencia de agentes compradores en la zona. Se estima que la situación anómala ligada a las restricciones por la condición de emergencia sanitaria ha disminuido la comercialización y venta de papa, retrasando también la cosecha en la zona central, existiendo por lo tanto disponibilidad de producción en todos los mercados. Cabe señalar que en la zona sur gran parte de la producción de papa está almacenada quedando aún superficies por cosechar”, puntualiza Inostroza.
Este panorama de incertidumbre puede afectar la decisión de plantación por parte de los agricultores, disminuyendo la intención de plantación. Se estima que la abundante oferta de papa de guarda, que permanecerá durante gran parte de esta temporada, presionará a la baja los precios de la papa de temprano. Respecto de la papa de guarda, habrá que esperar algunos meses para determinar cuál será el comportamiento del mercado.
Fuente: INIA
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